Dirigir de nuevo a un grupo de jóvenes talentosos, en su mayoría provenientes del Tolima, es, para el ibaguereño Germán Gutiérrez, un compromiso moral al que ya se ha acostumbrado durante sus más recientes años.

Lo es con más fuerza al regresar a Colombia al menos unos días, debido a su responsabilidad como director invitado de la Filarmónica Joven de Colombia (FJC), en una gira que inició el martes en Cartagena y terminará este domingo en Bogotá.

“Cada vez que tengo una buena excusa para venir a Colombia es una dicha para mí (...). Lo dije en público al terminar el concierto: ‘me siento tan orgulloso de ser colombiano y ver cómo crece el programa (la FJC). Es que tenemos los mejores músicos jóvenes del país”, dice.

Gutiérrez, recordado por haber dirigido durante varios años la Orquesta Sinfónica del Conservatorio del Tolima, además de calificar como exitosa esta gira, reconoce en ella una oportunidad para que los artistas que han hecho parte de ella conozcan artistas de otras latitudes.

“Los llevan a Santa Marta a un resort a encontrarse toda una semana con músicos de renombre, como los de la Orquesta de Cámara Mahler, de Alemania. Uno ve la línea ascendente desde ese día hasta el concierto de Cartagena y va a seguir ascendiendo, hasta que lleguemos a Bogotá”, expone.

Y hay del Tolima

El hecho de que en la nómina de la agrupación exista un significativo número de integrantes tolimenses es aún más gratificante, ya que le trae grandes emociones ver integrantes que conoció desde que apenas iniciaban sus estudios musicales.

“Me he encantado de ver estos niños, que ya los conozco de hace mucho tiempo de cuando eran niños, saben de mí porque me han visto dirigir; por ejemplo, algunos desde que estudiaban en el Conservatorio de Ibagué.

“Me produce mucha alegría, porque es como encontrarse uno con un primo que le dice ‘somos primos pero como que hace mucho tiempo no nos vemos’, y eso me hace reflexionar sobre el tesoro que tenemos en Ibagué”, considera.

De hecho, este acercamiento con el talento regional lo devuelve también “al Conservatorio del Tolima de hace 30 o 40 años, cuando empecé a estudiar (...). A esta institución tenemos que seguirla fortaleciendo para que siga produciendo músicos profesionales del país”, indica.

De gran dimensión

La FJC, en su consideración, ha sido posible gracias al alto interés de la empresa privada por inyectar recursos a la cultura, algo que debería verse más en el Tolima.

Lo anterior lo justifica en que “se me hace que el apoyo gubernamental o privado, de cualquier clase, lo han mermado mucho, lastimosamente. Cómo se le dice a la sociedad tolimense que necesitamos una institución mucho más fuerte”.