Cuatro jóvenes y dos docentes de la familia de instrumentos metales de la institución musical Amina Melendro de Pulecio viajan hoy a Argentina, con el fin de participar en el 9° Festival Isla Verde Bronces 2015, que iniciará este domingo y se extenderá hasta el 7 de febrero.

Ellos son los docentes Hernán Fernández (corno) y César Sabogal (trompeta), y los estudiantes Jesús David Camacho, Daniel González, Juan Diego Sánchez (trompeta) y Julián Santiago Naranjo (trombón).

¿De qué trata?

En este encuentro, en Córdoba, cada año se capacita y perfecciona a instrumentistas de bronce (trompeta, corno, trombón, eufonio/ fliscornio y tuba) de todo nivel y edad.

Allí acuden grupos de diversas nacionalidades a recibir los conceptos de 12 maestros de dicha rama musical de todo el mundo, y entre quienes recibirán la formación están los seis integrantes de la ‘Amina’.

“Es hacer efectiva una realidad y un hecho de que nuestros niños puedan viajar a este festival”, considera Jaime Enrique Naranjo, padre de familia de uno de los muchachos.

Orgulloso, agradece el apoyo de la institución educativa, a partir de un presupuesto aprobado por la rectora, Sandra Barón Valbuena, y al Consejo Directivo, así como a la Asociación de Padres de Familia, que colaboró con actividades tales como rifas y venta de tamales.

“Estamos invitando a todos los padres de familia, pues pensamos hacer una fundación para que tengamos los recursos y no estar vendiendo tamales o pidiendo limosna para que nuestros hijos salgan a hacer la cultura del Departamento”, indicó.

“Mostrar mi talento”

Con esa premisa va Daniel Felipe González Henao, de 10 años, un enamorado de la trompeta, quien describe su viaje como “una oportunidad que me da el Conservatorio para mostrar mi talento musical gracias al maestro Édgar Cruz. Es muy importante para mí estar con maestros del exterior y aprender muchas cosas nuevas”.

También está a la expectativa de dicha ‘pequeña gira’ Jesús David Camacho, quien destaca que en vista de este Festival, “practicamos de todo; es muy raro salir por primera vez del país, y aprendimos lo necesario para poder estar y participar”.

El sacrificio cuesta

Al principio fueron 11 estudiantes los seleccionados para el Festival, pero, debido a las dificultades económicas de muchos, solo cuatro siguieron en firme para ello.

Son aproximadamente tres millones 600 mil pesos los que invertirá cada estudiante en su viaje, primordialmente entre costos de tiquetes, preinscripción, inscripción, pero, como lo asegura Julio Camacho, padre de Jesús:

“Todos estos sacrificios se hacen con ganas de que los chicos aprendan y saquen ese potencial que tienen de artistas y poner en alto el Conservatorio de Ibagué”.