El realismo mágico de ‘Gabo’ es invitado a la Feria del Libro Filbo 2015

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
La historia de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo), siempre ha tenido un país invitado de honor que lanza “la casa por la ventana”.

Este año, al cumplirse un año del fallecimiento de Gabriel García Márquez, las directivas de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo) decidieron que fuera Macondo, el espacio literario que Gabo creó e inmortalizó a través de sus novelas, el invitado a la edición 28.

Se trata del pueblo ficticio que García Márquez creó en su novela ‘Cien años de soledad’, la misma que detrás de ‘El Quijote de la Mancha’ fuera catalogada como la segunda obra literaria más importante de nuestro idioma.

De hecho, hace cerca de una década, se lanzó la propuesta de renombrar a Aracataca, municipio donde nació ‘Gabo’, con el nombre de Macondo, con el fin de reactivar la economía de este pueblo que históricamente ha estado inmerso en la pobreza, aunque la medida no tuvo acogida alguna.

Pero ahora, Macondo tendrá un lugar de privilegio dentro de la Filbo 2015, con un pabellón propio, que tendrá el apoyo de la Cámara Colombiana del Libro, la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte y el Ministerio de Cultura.

Una gran comitiva

Allí se harán presentes traductores de la extensa obra de Gabriel García Márquez, así como académicos expertos en su obra, junto a invitados especiales, nacionales e internacionales, que le rendirán homenaje a la máxima obra del fallecido Premio Nobel colombiano.

Para ello, se utilizarán tres mil metros cuadrados del recinto ferial de Corferias para que Macondo sea una realidad en Bogotá. Además, desde ya, tres expertos de la obra del Nobel efectúan el trabajo curatorial del pabellón y tres creadores desarrollan el trabajo artístico del espacio.

El equipo de expertos lo encabeza Jaime Abello Banfi, amigo personal de Gabo y quien es director de una de sus grandes obras, la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. También figuran la escritora y periodista Piedad Bonnett y el crítico literario Ariel Castillo.

Credito
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