Cuenta regresiva para el estreno del filme ‘La tierra y la sombra’

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
La ópera prima del caleño César Augusto Acevedo, ‘La tierra y la sombra’, ganadora de la Cámara de Oro en la edición número 68 del Festival de Cannes, es una historia hecha a punta de emociones. Es un homenaje a las mujeres trabajadoras, que luchan por su tierra, que se arraigan a ella y que nunca desfallecen ante la idea de mantener una familia unida.

Sobre el filme

No es una película rosa. Menos aún pornomiseria ‘Made in Colombia’. Tampoco está llena de diálogos. Más bien son escasos. Los personajes no hablan mucho, porque viven un encierro no solo físico, por la casa y el lugar, sino visceral.

Es la poesía visual de una familia atrapada en una casa en medio de los cañaduzales del Valle del Cauca, contada de la manera más honesta. Es la historia de un campesino que regresa a su hogar después de 17 años, para cuidar de su hijo moribundo y de su nieto de 6 años, mientras su mujer y su nuera trabajan como corteras de caña para sustentar el hogar.

La historia partió de la vida de César: “El conflicto nació de lo que fue mi familia. En un principio junté fantasmas en esa casa y no podían hablarse entre ellos, no podían conectarse, porque ya no estaban conmigo”.

Y agrega que “a lo largo de los años, durante la realización de esta película, tomé distancia y traté de construir una historia que le llegara a todo el mundo”.

Confiesa que desde un comienzo supo que iba a contar esa historia en los cañaduzales, “la caña hace parte del paisaje emocional de mi vida. Quienes me conocen, pueden leer otros sentidos más profundos. Yo reconstruí algunos recuerdos”.

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