RAE, en campaña contra anglicismos

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Por medio de una campaña con dos productos ficticios, la Real Academia Española lidera una batalla en contra del uso desmedido de voces extranjeras tanto en la publicidad como en la vida cotidiana.

“Likéame la foto”, dice una. “Bueno, pero tú me faveas”, responde otra. Son amigas, tienen 11 o 12 años, van en el subterráneo de Buenos Aires, ensimismadas en sus celulares, e intercambian imperativos mediante gentilezas virtuales.

Una le está pidiendo a otra que ponga ‘Me gusta’ en una imagen que acaba de compartir en sus redes sociales, la otra lo cambia por un ‘Favorito’ a la frase que recién publicó en Twitter. Pero, como a buen entendedor, pocas palabras, lo dicen de la manera más corta posible: con un término derivado del inglés, lengua en la que, en general, se popularizan las redes y las nuevas tecnologías.

A esta altura del fanatismo generalizado por las series, “no spoilear” -no revelar nada de la trama que el interlocutor no haya visto- es casi un mandamiento, y son muchos los usuarios de Internet que saben que “stalkear” se trata de revisar hasta el último detalle de la vida virtual de aquella persona cuya pista se está persiguiendo.

La Real Academia Española difundió un corto publicitario para denunciar esta “invasión inglesa”, e hizo foco en cómo los anglicismos se multiplican en el ambiente publicitario.

Palabras como ‘light’, ‘eco friendly’ o ‘anti-age’ se usan, según un estudio conjunto de la RAE y la Universidad Complutense de Madrid, porque el español sufre “un complejo de inferioridad” respecto del inglés.

Para intentar mostrar cómo una palabra sajona “suena bien” en el contexto de la publicidad, la RAE grabó el aviso de un perfume con fragancia ‘swine’ y otro de anteojos de Sol con ‘blind effect’. Cuando los interesados recibían su encomienda, descubrían que, como ‘swine’ quiere decir ‘cerdo’, la fragancia no era agradable, y que con los mencionados anteojos no podía verse nada porque ‘blind effect’ significa ‘efecto ciego’.

“Las palabras tienen que ver con la globalización de la economía, hace años que las lenguas están más en contacto que nunca. Lo tecnológico, que trae muchos vocablos del inglés, está especialmente presente en esta época. Pero a principios del siglo XX eso pasaba con el francés: de allí viene, entre otras, ‘carnet’”, afirma el uruguayo Ricardo Soca, autor de ‘La fascinante historia de las palabras’.

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EL NUEVO DÍA

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