Se trata de un compendio entre escultura, fotografía y pintura con temáticas sociales, que ambos artistas elaboraron como parte de su posición hacia los cambios constantes y arbitrarios a que debe inscribirse.

“Es una muestra colectiva, la obra es un trabajo conceptual, por lo que la Sala se convierte en una instalación”, explicó el maestro Jamir Eduardo Güiza, coordinador de este espacio cultural y académico.

Obras en tela y trabajos pictóricos sobre maniquís caracterizan esta obra, que por lo menos en la trayectoria de Romero es descrita por Benhur Sánchez como algo “singular” fundamentado en la “ingenuidad”.

En cuanto al ibaguereño Rico, en su trayectoria artística de más de 30 años predomina la representación de carácter contestatario, y en las pinturas que llegan a esta universidad pública no será la excepción.

“Graciela es de una voluntad férrea, terca a veces, paciente en la mayoría frente a los resultados y una trabajadora incansable, impresionante”, añade Sánchez.