“No somos mexicanos ni brasileros: somos músicos”

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El Cuarteto Latinoamericano, el Quinteto Villa-Lobos, el carranguero Jorge Velosa y el Colectivo Colombia son otros co-protagonistas especiales del Festival.

La música es una sola, va más allá de fronteras y prejuicios. No hay acento que interfiera en la pasión de escribir e interpretar melodías entre dos o más nacionalidades: lo tienen muy claro el Cuarteto Latinoamericano y el Quinteto Villa-Lobos.

Hoy, cuando se acaba la edición número 11 del Festival de Música de Cartagena, queda a la orden del día el ejemplo de estos dos grupos potenciado con esa inspiración artística que genera en ellos alternar en los escenarios de La Heroica.

El primero, mexicano, tiene 35 años de trayectoria, y el segundo, brasilero, tiene 55, y con esa suma de experiencias, tan solo importó entregar un repertorio que, más que calar en los sentidos, realce la importancia de la diversidad cultural.

Luis Carlos Justi, oboísta del Quinteto, expone que “cuando hay empatía entre las personas, la música va además de ello. La comprensión personal y musical (entre ambos grupos) fue inmediata, quizá porque no somos mexicanos ni brasileros: somos músicos.

“Ya pasamos por arriba de esa definición de fronteras o diferencias, y así es la música. Pasa lo mismo cuando hacemos música brasilera, colombiana o mexicana, porque son culturas que reconocemos como importantes”, agrega.

Nada es primitivo

Para el Quinteto y el Cuarteto, la cultura de África no es primitiva, ni Europa es “la dueña de la cultura, pues hay culturas europea, brasilera, colombiana… Distintas, y eso es rico y variado, y cuando uno piensa la música así, nos comprendemos de inmediato”.

En el mismo punto de ese debate está el gran exponente de la carranga Jorge Velosa, quien lo hizo saber a su manera, con cantas (literatura popular de su región), coplas, romances y relatos, además de sus canciones insignes.

Fueron dos tardes de alegre nostalgia en Casa 1537: la primera, con Monsieur Periné y el Colectivo Colombia, y la segunda, con esta última agrupación, dirigida por Antonio Arnedo, quien ha conferido al jazz un toque académico a partir de su disco ‘Travesía’ (1996).

“Fui bautizado como en verso, soy Jorge Luis Velosa Ruiz”, dijo antes de iniciar lo que, en su picardía, llamó “amancebamiento musical” entre esas propuestas, con tiple, guacharaca, bajo eléctrico, percusión, contrabajo y su voz unida a la de Lucía Pulido.

En dos horas, el producto de ese trabajo de recuperación del patrimonio oral del altiplano de los Andes nos hizo vestirnos de montaña, recordar que “lo poco que cuesta un tiple y lo bonitico que suena, ¡y lo mucho que cuesta un rifle y lo jeroz que suena!”.

Tan fácil como hacer una guitarra…

Uno de los componentes que han llamado la atención en el Festival de Música de Cartagena es el taller de Instrumentos no convencionales, en los que niños y jóvenes aprenden cómo a partir de elementos de uso diario se pueden fabricar muy útiles artefactos.

En la Casa Museo Arte y Cultura La Presentación se llevó a cabo durante cuatro días este programa, en el que predominaron las botellas, los tubos PVC y la madera para la elaboración de las familias vientos, cuerdas y percusión.

Sumado a ello, continuó el Taller de Lutería, en el que, de manera muy didáctica, 12 jóvenes educados en el oficio transmitieron el saber de la elaboración de violines, violas, guitarras y demás a centenares de beneficiados de diversas edades.

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EL NUEVO DÍA

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