Concluye un fantástico viaje por el mundo

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En la Plaza San Pedro se firmó el final más feliz para esta edición del Cartagena Festival Internacional de Música. Melodías colombianas y francesas se hermanaron esa noche.

Sencillamente sorprendente. Con una impecable presentación de la Sinfónica Nacional de Colombia -SNC- y la Sinfónica de Cartagena -OSC- se escribieron las últimas páginas doradas del Festival Internacional de Música para su versión 2017.

Y todo sucedió en un marco perfecto: la Plaza de San Pedro, con sus fuertes vientos que a medida que pasaban, creaban un refuerzo envolvente a los sonidos de la percusión y que, con lo caprichoso que es el Todopoderoso, confería mayor carácter al concierto.

Comenzó muy bien y terminó mucho mejor, ya que las notas iniciales fueron marcadas por el gran Antonio Arnedo, con su jazz y el ensamble Encuentro Francia - Colombia, al lado de la joven trompetista del país ‘galo’ Lucienne Renaudin-Vary.

A medida que transcurría la velada, cuyas sillas ya no estaban vacías casi media hora antes de que comenzara, la temperatura iba subiendo y los asistentes se sumergían cada vez más a bordo de esta integración binacional.

Luego, actuaron los integrantes del proceso social de la OSC con obras de Léo Delibes y Jacques Offenbach, y aquí ya se empezaba a incrementar el poder natural de la percusión antes nombrado. Parecía la acústica de un gran teatro.

Pero la fuerza de ese ‘huracán’ artístico se hizo más incontenible, con la llegada a la tarima de Santiago Cañón, quien con solo 22 años se ha venido consolidando como uno de los mayores referentes jóvenes en su instrumento, el violonchelo. Impecable.

Con la batuta de Federico Hoyos y Massimo Morganti, fluyó la primera parte de la presentación, en que también se destacó el ‘Porro de la Suite No. 2’ del tolimense Gentil Montaña, en reemplazo de la cumbia Pequeña suite de Adolfo Mejía.

La nostalgia por lo vivido durante 10 días empezaba a apoderarse del respetable, cuando llegaron los extractos de la ópera ‘Las Bodas de Fígaro’, interpretadas por algunos de sus personajes. Esta vez, sin maquillaje ni pesado vestuario. Encantó.

Siendo las 11:15 de la noche del sábado, se daba por terminada entonces la edición número 11, que, podría decirse, quedó grabada en la memoria de propios y visitantes por el alto nivel que dejó cada componente: ¡será hasta el número 12!

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EL NUEVO DÍA

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