La música tradicional colombiana está de luto, falleció Rodrigo Silva, “El Mariscal”

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Sobre el medio día de este lunes 8 de enero, falleció el maestro Rodrígo Silva Ramos, uno de los máximos exponentes de la música tradicional colombiana e integrante del dueto Silva y Villalba, reconocidos como “Los Mariscales de la Hispanidad” en Nueva York.

El intérprete de canciones como “El Bucanero”, “Siempre vivirás Tolima” y “Me llevarás en tí” fue internado en la clínica Medicadiz de Ibagué, luego de sufrir afectaciones en su salud durante varios días por una neumonía que lo venía aquejando.

Han sido distintas la manifestaciones de sorpresa y solidaridad para la familia, amigos y seguidores por parte de personalidades como el Gobernador del Tolima, Óscar Barreto Quiroga, el Alcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo y el Senador Jorge Robledo a través de sus redes sociales.

Cabe anotar que el maestro Silva, padeció cáncer en sus cuerdas vocales. Sin embargo su espíritu y buen sentido del humor lo caracterizaron como un hombre responsable y entusiasta que mantuvo en alto la tradición, la cultura y el folclor del país. Para él, la música, la familia y sus amigos fueron la cura a todo.

El amigo de todos, el que nació para el canto, el hijo del Tolima grande, quedará en la historia de un país que siempre acogió sus canciones como homenaje a la tierra que lo vio nacer. Además, de siempre preocuparse porque las nuevas generaciones también se apropiaran de la música tradicional, luego de su partida:

“Cuando yo me muera,

que suenen mil guitarras

que canten las cigarras

y que no haya lamentos”. 

La música tradicional colombiana está de luto. Paz en su tumba.

 

Así fue la vida musical del maestro rodrigo silva, ‘mariscal de la hispanidad’

De madre chaparraluna y padre ibaguereño, Carmen Ramos Manrique y Luis Silva Gamboa, el consagrado compositor nació en Neiva el 14 de noviembre de 1944. Fue el último de diez hijos y quedó huérfano de padre a los dos años. Su madre se vio obligada por las circunstancias económicas - era empleada del Capitolio Nacional - a repartir los hijos con sus familiares, correspondiéndole a Rodrigo permanecer al lado de su tío Rafael, médico chaparraluno, pariente de Darío Echandía, con quien pasó los años de su niñez en la apacible población de Garzón.

Era de tal dinamismo que lo apodaban el ‘Diablo’, pero a pesar de su constante indisciplina era buen estudiante. De todos modos tuvo que pasar por varios colegios hasta que en las vacaciones de sexto bachillerato, al ir a cumplirle una diligencia a su familia en la cálida Espinal, termina perdidamente enamorado y marcha a la iglesia.

Sus años en el colegio San Luis, de Facatativá - hacía el cuarto de primaria - contaron con la grata complicidad del rector del colegio, un anciano amante de la música cuyo tesoro estaba en la tenencia de muchos acordeones vallenatos. La natural curiosidad de los alumnos hizo que los tomaran para dar un concierto escandaloso que sin embargo dejó entrever al director, Ceferino Rey, que el niño Rodrigo sobresalía por sus virtudes musicales y lo dejó ensayar en el despacho de la rectoría.

Montado ya un amplio repertorio, decidió fundar su primer conjunto con los ritmos de la carrasca, la tambora, el acordeón y las maracas - él hacía también de cantante - y el grupo resultó indispensable para todas las fiestas del colegio. Fue tal el impacto logrado por los menores que un acucioso padre de familia los llevó a la Radio SantaFé, donde actuaron desde entonces todos los domingos.

Allí entendió Rodrigo Silva, de una manera clara, que se colmaba plenamente con la música. Los otros instrumentos no tuvieron espera. El piano, la guitarra, el saxo, el banyo. el clarinete, por todos pasarían con su entusiasmo.

Recién casado se dedica al cultivo de arroz y ajonjolí, aprovechando que su hermano era gerente de un molino y su cuñado el dueño. Las tierras, la asistencia técnica a tiempo y los consejos debidamente aprovechados, empezaron a darle el rostro de la prosperidad y de siete hectáreas fue pasando a 22, a 45, a ser dueño de tractores, carros y, al final, de una quiebra porque no llovió durante muchos meses.

Compuso su pirmera canción a los 12 años llamada ‘Tiple Viejo’ y para la época de la violencia, en una finca ubicada entre el Huila y Tolima donde pasó varios años, presenció los atropellos de que eran víctimas los campesinos. Escribió entonces su canción ‘Viejo Tolima’, que plantea el desgarramienbto de los seres que terminan expoliados y se quejan de ello con las palabras: ‘me quitaron el rancho con las vaquitas/ y aunque era n tan poquitas / eran de mí’.

Finalizando la década de los años sesenta, conformó el dueto con Álvaro Villalba, con quien obtuvo diversos reconocimientos nacionales e internacionales.

El dueto tuvo la fortuna de ingresar pisando duro al salón del prestigio, particularmente en un un tiempo difícil porque en aquellos días estaban en su máximo apogeo los hermanos Martínez, Garzón y Collazos, Espinosa y Bedoya, Obdulio y Julián, el Dueto de Antaño y Los Tolimenses, por ejemplo, grupos que provocaban por su calidad la convicción generalizada de que ‘ahí no cabe nadie’. Y además nadie se atrevía. Silva y Villalba demostraron al mundo de los músicos que nada era imposible.

Si bien es cierto, Silva y Villalba han alcanzado homenajes y distinciones importantes como ‘La orden del Bunde’, la ‘Pacandé’, las máximas distinciones de la Alcaldía de Ibagué, varias de la Gobernación, entre ellas la ‘Cacique Calarcá’, el título de ‘Mariscales de la hispanidad’ es el más grande de los honores en su carrera artística.

Con una cinta tricolor en el pecho, Silva y Villalba experimentaron aquella mañana de 1992 la mayor emoción de sus vidas. Cuando llegaron a la Catedral de San Patricio, de pie sobre el colosal tapete que iba dese el atrio a la famosa Quinta Avenida, el cardenal O’Connnor los esperaba. Así, el dueto colombiano ingresó triunfal a la galería de la fama con iguales derechos que sus antecesores ‘Cantinflas’, Placido Domingo, Julio Iglesias, Toña la negra y Pedro Vargas. Texto tomado del libro “Protagonistas del Tolima. siglo XX”.

 

Lo que trinaron

@OscarBarretoTol “El Mariscal de la Hispanidad, Rodrigo Silva, nuestro gran orgullo tolimense, traspasó tierras y demostró al mundo lo mejor de nuestra raza”.

@GA_Jaramillo “Lamentamos la muerte del maestro Rodrigo Silva, su aporte a nuestra cultura es invaluable. Paz en su tumba”.

@JERobledo “Con la muerte de Rodrigo Silva desaparece un grande de la música colombiana.Mis condolencias a sus familiares, amigos y entusiastas de sus canciones”.

Credito
EL NUEVO DÍA

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