Emprender el vuelo

Los momentos de “despegar” o de “aterrizar” suelen ser los dos pasos claves a la hora de cristalizar un proyecto.

Cuando escuchaban los planes que teníamos, nuestros abuelos siempre advertían: “Es hora de volar y no gastar pólvora en gallinazos”.

¡Ese consejo era y es válido!

Veo a muchas personas que se entusiasman con propuestas buenas, pero que no hacen nada en concreto para ejecutarlas.

Muchos se quedan en la típica frase: ¡Hay que esperar! De esta forma, nada les resulta efectivo.

Hay quienes buscan desesperadamente invertir sus pensamientos en miles de iniciativas, pero al final ninguna de ellas les resulta suficientemente buena como para emprenderla.

Debo aclarar que me agrada que la gente viva ‘invadida’ de ideas, pero me molesta que sea tan miedosa para realizarlas.

Así las cosas, poco a poco muchos se van ‘bajando de nota’ y se desesperan a un grado tal que ‘tiran la toalla’. Lo peor es que todas esas ideas, convertidas en frustraciones, terminan ahogadas en un mar de pesares.

Todos deben valorar al máximo las cualidades que tienen, pero también es fundamental planificar las propuestas a seguir y, por supuesto, aterrizarlas.

Es hora de que los proyectos sobrevivan al contacto con la realidad. No más ideas que se quedan solo en el borrador y que no logran profundas transformaciones en su vida.

No es suficiente con decir lo que quiere hacer, es fundamental saber qué piensa hacer para caminar hacia esa meta.

Para ello es fundamental evaluar los ‘pro’ y los ‘contra’, apropiarse de mediciones precisas o hacer el ‘mercadeo necesario’ para saber si eso que tiene en mente puede llegar a feliz término.

Fijar metas, determinar plazos a cumplir y, sobre todo, ser perseverante son tres pasos claves.

Decídase a implementar acciones; es decir, deje atrás la idea de que empezará mañana. Cuanto más espere, más le costará pasar a la acción y más propenso estará a que lo dominen los temores.

No espere a que sea fin de semana para ser feliz, a que esté en vacaciones para descansar, a tener cierta edad para hacer lo que quiere, a ganarse la lotería para invertir o a encontrar un trabajo mejor para disfrutar su oficio laboral.

Dicho de otra forma: Deje de esperar tanto mientras la vida se la pasa antes sus ojos de un modo pusilánime.

Todo llega cuando deja de esperar y vive el momento totalmente, no importa que deba correr riesgos.

Recuerde que la palabra clave de su éxito es “ahora”.

Salga al ruedo y propóngase cumplir todos esos proyectos que tiene hoy en mente.

De no hacerlo, le pasará lo que nos advertían los abuelos; o sea que “gastará pólvora en gallinazos”.

¡Dios lo bendiga!

Credito
EUCLIDES KILÔ ARDILA

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