La cultura se vivió en 2018

Fue un año de grandes retos que trajeron consigo logros y preocupaciones. El área cultural del departamento merece más atención del Estado y de la ciudadanía en general.

Trascendiendo fronteras

Llevando en alto la bandera vinotinto y oro, artistas de áreas como la música, el teatro, la pintura, la fotografía, la gambiología y la danza llegaron a otros países para demostrar su talento y enaltecer los procesos de quienes con pasión y dedicación trabajan día a día en ellos.

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En Brasil estuvo el Colectivo Armatoste, para resaltar cómo la gambiología toma cada vez más forma desde el ingenio colombiano. El teatro de marionetas también cruzó mares hasta llegar a Europa, donde Leonardo Jiménez, de la compañía Mohán Machín Títeres, narra ‘La sombra del jaguar’; por el lado de la música, el Coro Polifónico Nuevo Tolima se lució con su participación, primero, en el festival PAZa la Ópera, en Neiva, y luego, en Panamá, como único representante colombiano; de igual manera, la solista Luz Stella Arenas obtuvo un segundo lugar en el género bolero en el Concurso Nacional en Caicedonia, Valle del Cauca.

La danza no se quedó atrás: con una gira que comprendió Brasil y México, la compañía Icorpo, dirigida por Jhonny Caicedo, representa al Tolima en los más prestigiosos festivales de danza contemporánea. Y para seguir hablando de México, por primera vez la pintura y la fotografía Pijao llegó a la Galería de Frida Kahlo, gracias al trabajo del Día de Muertos de las maestras Graciela Romero, Claudia Ortiz y Rocío García.

 

Nuevas visitas

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De nuevo, la capital del Tolima tuvo grandes invitados de honor que, desde la cultura, conocieron y visibilizaron nuevos procesos en beneficio de la región, en la que se han puesto los ojos internacionales. Tal fue el caso de las embajadoras de Italia, Caterina Bertolini, y Austria, Marianne Feldmann, quienes se hicieron presentes para enterarse de la Tecnología en Luthería del Conservatorio del Tolima y la Semana Internacional en Ibagué, respectivamente.

 

Procesos

Las prácticas rurales y urbanas se fomentan a partir de la cultura y la educación, tal es el ejemplo de la biblioteca campesina de la vereda El Gallo, liderada por Consuelo Cendales; la Casa Cultural del Sur, ubicada en el antiguo puesto de salud del barrio Kennedy en el sur de Ibagué, que cumplió su primer año de labores, y la Escuela de Formación Artística y Cultural, Efac, que se lucieron este año con actividades que incluyeron a grandes y pequeños de la ciudad en las músicas del mundo.

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Otro proceso que ha tomado fuerza es la casa cultural Écnico, en el corredor norte de Ibagué, donde los jóvenes han sido protagonistas, así como los laboratorios Latis, en varios municipios. Por otra parte, la biblioteca Darío Echandía, que ahora es también un centro cultural, se catalogó, además de centro académico, como un espacio de reflexión en cuanto la proyección cultural del departamento.

 

De avances y olvidos

* Conservatorio del Tolima: este año, la institución pública musical de educación superior obtuvo grandes logros, entre ellos la transformación de parte de su infraestructura, lo que permitió espacios óptimos para la comunidad académica, que tiene proyectado crecer con la aprobación de nuevos programas, entre ellos las tecnologías en Luthería y en Audio y Producción musical.

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* Panóptico: aun cuando se instaló la Casa de la Memoria, continúa la espera de su terminación y adecuación en donde se han anunciado espacios como el Museo de la Música, en el que la ciudad tendría un nuevo e importante referente para defender su título.

* 20 años de Mundopalabra: dos décadas al servicio de la palabra que ya no es solo tolimense, sino internacional, congregando a las familias y otros públicos desde el entretenimiento y la reflexión. Además, sigue reforzando su congreso de educación, que atrae a grandes académicos.

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* Museo de Arte del Tolima, MAT: pese a que lleva 15 años al servicio del arte regional, nacional e internacional, a comienzos de este año sus directivas emitieron un llamado de atención al Estado y la ciudadanía, quienes, de alguna manera, olvidaron su existencia. Aunque se han sostenido varios encuentros, hubo interés del Gobierno departamental y recientemente se inició obras de mantenimiento, este espacio, por el que han pasado grandes y nuevos exponentes, necesita mayor intervención y gran sentido de pertenencia.

 

Rueda el carrete tolimense

Aunque reconocidas iniciativas de cine tolimense desaparecieron, otras han tomado una fuerza contundente que los posiciona para largo tiempo. Es el caso de festivales de universidades, así como itinerantes regionales, por ejemplo, el de San Bernardo, que en su segunda edición acogió a su población y movilizó buena parte de turistas culturales, con la presencia de reconocidos cineastas; de igual manera, Ibagué fue la sede inaugural de la Semana del Cine Colombiano, que se movilizó por otros municipios, proyectando las cintas más elogiadas del sector.

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Por último, pero no menos importante, se cuentan procesos como Cinexclusión, que ofrece oportunidades y otras visiones del mundo a jóvenes recluidos en centros penitenciarios, y otras historias como el cortometraje ‘La cauchera’, rodadas en la región por cineastas locales.

 

Para todos, todo

 Festivales, encuentros y concursos hicieron parte de una nutrida programación en la que diversos públicos tuvieron puntos de encuentro que se consolidan con cada versión. Es de resaltar, los festivales más antiguos como el de Música Colombiana, el Mangostino de Oro, el Nacional del Bunde y el Festival Folclórico Colombiano, que siguen vigentes en la memoria colectiva de la región y los colombianos.

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Por otra parte, están las nuevas propuestas como Canto a Colombia en Concierto, que creció, debido a importantes agrupaciones; el Festival y Encuentro de Danza Contemporánea, que tuvo en la ciudad a los mejores del área y encantó a propios y visitantes. También el Concurso Internacional de Violín, que reafirmó la importancia de la ciudad como epicentro mundial del instrumento; el Encuentro de Poesía y Narrativa Ibagué en Flor, el primer Festival Público de Punk; el Encuentro de Hip-Hop, que abre otros espacios para la escena, y la inolvidable versión 17 del Festival Internacional Ibagué Ciudad Rock, que este año se lució con su cartel y demostró, junto a los otros eventos, la necesidad de un escenario óptimo para este tipo de actividades.

En cuanto a la región, cabe resaltar otras plataformas para las músicas tradicionales y alternativas como Chaparral Quiere Rock y La Magdalena Fest, con que se pretende reconstruir la memoria de sus pueblos, tanto en el norte como en el sur del departamento. ¡Larga vida a cada uno!

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Credito
EL NUEVO DÍA

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