“Para apreciar a Astor hay que saber escuchar”

Colprensa - EL NUEVO DÍA
Entrevista con Laura Escalada Piazzolla, viuda de Astor Piazzolla, quien dirige la Fundación Astor Piazzolla, la cual trae a Colombia el Quinteto de Astor Piazzolla.

Cuando murió Astor Piazzolla, el 4 de junio de 1992, Laura Escalada Piazzolla vio partir el amor de su vida. El duelo le tomó mucho tiempo, hasta que comprendió que la mejor manera de mantenerlo vivo, era buscar la manera de que su legado continuara su viaje de conquista de nuevos públicos y, quizás, lograr que en su tierra natal, Argentina, se le diera el valor a su arte que nunca recibió en vida.

Así, hace 25 años creó la Fundación Astor Piazzolla con la que realiza actividades artísticas y educativas siempre en torno a la obra del gran maestro que revolucionó el tango, lo cual le costó la crítica de un gran sector de músicos de su país, mientras que en otras partes del mundo era elogiado y su música difundida.

Dentro de las actividades de dicha fundación se encuentra el Quinteto de Astor Piazzolla, que originalmente estaba integrado por los músicos que acompañaron, en su última etapa al maestro argentino. Desde hace 20 años se renovó y esa formación llegará a Bogotá y Medellín, continuando con su labor de difundir la música que lleva la firma de Piazzolla.

Laura Escalada Piazzolla habló con COLPRENSA sobre estos 25 años de labores en mantener vivo el legado de este gran músico y de lo que serán las actividades de conmemoración de los 100 años de su natalicio en 2021.

Mantener vivo a Astor

-¿Por qué creó la Fundación Astor Piazzolla?

Pensé que alguien tenía que seguir con el legado de mi marido, por lo que creamos la Fundación Astor Piazzolla en 1994, dos años después de su fallecimiento, con el claro propósito de darlo a conocer dentro de la gente joven, la gente que no lo conocía. Allí realizamos actividades artísticas para mantener este legado vivo.

-¿Qué tipo de actividades realizan en la fundación?

No solo música, abarcamos una gran cantidad de disciplinas artísticas como pintura, escultura, escritura, pero siempre como base la música de Astor Piazzolla. También hacemos clínicas, en especial en el exterior, donde estaban muy interesados en su manera de escribir música, que era muy libre al escribir, donde solía poner palabras argentinas que no se entendían afuera.

Ha sido la oportunidad de dar a conocer esas joyas que en vida no fueron muy conocidas, y, a la vez, tener un lugar, un centro, para recaudar un montón de recuerdos de las cosas que hizo antes de conocernos.

-¿Y el Quinteto Astor Piazzolla?

Al principio era el Quinteto que lo acompañó en la última etapa de Astor Piazzolla. Más adelante lo quisieron cambiar, cosa que no permití, entonces ellos se desvincularon y hace 20 años llamé a Julián Vat para que asumiera la dirección del Quinteto para que liderara la búsqueda de nuevos músicos. Es un Quinteto maravilloso.

Hemos recorrido el mundo, en especial los países donde la música de Astor siempre ha sido muy apreciada, en épocas cuando en Argentina, Astor no era tenido en cuenta, no lo nombraban, no lo tenían en cuenta.

-¿Por qué ocurría eso?

Mientras que en otros países lo admiraban, en Argentina no lo pasaban por la radio. Decían que sus temas eran muy largos y lo eran. Ellos no pasaban canciones que superaran los tres minutos, por lo que de inmediato Astor escribió un tema llamado ‘Tres minutos con la realidad’ que fue un boom y no tuvieron más remedio que empezar a emitir su música.

Todo para él fue un desafío. Solo bastaba con decirle que alguna cosa no se podía hacer y de inmediato la hacía, siempre estudiando, nunca dándolo todo por aprendido, por lo que es sin duda el hombre que más sabía de tango.

-¿Por qué tanta resistencia?

Era una época en Argentina donde podías hacer cualquier cosa menos tocar a la madre, que era el tango, y Astor tocó la madre y lo cambió. Hoy en día no puedes discutir más la importancia y el legado de Astor, como se hacían en aquellos tiempos.

-¿Qué tipo de tango le gustaba a Astor?

Conocía todos los tangos. Le hizo un homenaje a bandoneón, instrumento del cual conocía todo, componiendo ‘Tristezas de doble A’, haciendo referencia a los viejos bandoneones alemanes que existieron antes de la guerra donde él realiza un solo, nunca lo escuché tocar así.

Le gustaba pasearse por los viejos tangos. Tenía tangos predilectos, otros no tanto, pero siempre respetando a todos los artistas. Jamás despreció el tango 2x4, siempre exaltó la posibilidad de la diversidad.

-¿Cuál era su propósito con el tango?

Su objetivo era adornar, engalanar el tango y llevarlo a otros niveles en búsqueda, entre otras cosas, poder acercar a los jóvenes al tango.

-¿Un tango para bailar?

Era sorprendente cuando recorríamos Europa y nos encontrábamos con los anuncios de los ballets en los cuales se promocionaban sus nuevos montajes y veíamos que los hacían con música de Astor Piazzolla. Era algo que no entendía bien, porque en esa época en Argentina se decía que el tango no se bailaba.

Fue el momento en que, poco a poco Piazzolla empezó a pisar fuerte en Buenos Aires, pese a que nunca fue el Piazzolla que es hoy en día.

-¿Cómo serán los homenajes en el 2021 cuando se conmemoren los 100 años del natalicio de Astor Piazzolla?

Me han llamado de todo el mundo que quieren realizar celebraciones en el 2021 por el natalicio de Astor Piazzolla. La fundación es dueña de la marca registrada, por lo que estamos estudiando todas las propuestas para dichas celebraciones, que mantengan la calidad y el prestigio que él siempre tuvo en vida.

-¿En qué están trabajando ahora?

Estamos en pleno desarrollo de nuevas grabaciones de la música de Astor Piazzolla. Por lo pronto son cuatro producciones y ya contamos con tres grabadas. ‘Revolucionario’ ya lo publicamos con canciones que son muy conocidas de la obra de Astor. El segundo será sinfónico, en lo cual él trabajó mucho, y el tercero con obras magistrales pero que la gente casi no conoce. Esperamos pronto hacer la cuarta producción.

-Para alguien que no conoce la música de Astor, ¿por dónde comenzar?

Para apreciar a Astor hay que saber escuchar. Para ello, hay que pasar por muchos grandes clásicos, empezando por Bach, aunque se aburran, para luego meterse al jazz, bien tocado, porque Astor vivió muchos años en Estados Unidos y ahí logró ese fondo que tiene su música, una fuerte base de jazz.

Así, puede empezar a escuchar a Astor de a poco, que no se atiborre y que vaya descubriendo que en su música siempre está el tango, ese es el gran desafío. Es una buena forma de acostumbrar al oído a la buena música, porque si no educa su oído, jamás apreciará la buena música.

Credito
COLPRENSA

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