Desde niños hasta personas de la tercera edad se vincularon a esta celebración, en la que con orgullo exhibieron a sus caballos y compartieron en familia.

Muchos estaban ansiosos por salir a las calles y vivir el encuentro que se retomó este año, después de que en 2018 no hubo cabalgata.

Y es que este espacio se ha convertido en un ritual para los ibaguereños, que ya le dieron la bienvenida al folclor con el que rememoran el amor a la tierra firme.

Familias, amigos y parejas lucieron orgullosos a sus ejemplares, y disfrutaron un tiempo de esparcimiento.

“Agradezco a la Alcaldía por la Cabalgata, la gente fue muy colaboradora; es muy bueno que se presenten este tipo de espacios porque son agradables para compartir en familia”, comentó Lorena Murcia, una de las caballistas.

Asimismo, los espectadores que estuvieron detrás de las vallas quedaron cautivados con la presentación de los equinos que se caracterizaron por su diversidad.

Como en el caso de Juanita Pacheco de 12 años, quien participó por primera vez de la Cabalgata Sanjuanera con ‘Mele’ (su ejemplar), a quien le adornó la cabellera con unas llamativas cintas y chaquiras.

Para esta edición la participación infantil tuvo gran protagonismo, los menores quienes estuvieron acompañados de sus padres en la jornada mostraron su amor por la tradición y el respeto por los animales.

“Estamos muy contentos compartiendo en familia; es de tradición, a mi hijo lo traemos desde que tiene cuatro años”, comentó una de las participantes que se vinculó a la programación con su hijo de 12 años.

Recorrido

Los animales desfilaron por las calles de Ibagué en la ruta que dio inicio en la Institución Educativa INEM Manuel Murillo Toro, y continuó por la avenida Guabinal hasta la calle 25.

Posteriormente los caballistas tomaron la avenida Ambalá hasta la calle 59 e ingresaron al barrio Onzaga donde culminó.

Tardanza

A pesar de que la cabalgata contó con una amplia participación, algunos rostros de espectadores demostraron molestia debido a la tardanza para dar inicio.

Algunos expresaron su disgusto porque el evento, que estaba programado a las 10 de la mañana, terminó desarrollándose casi dos horas después, y muchas familias se desplazaron a las calles con la intención de que los niños disfrutaran del desfile equino.