San Pedro en Espinal: una fiesta de herencia cultural

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En la Tierra del Bunde, las familias colombianas disfrutaron de un recorrido inmerso en el folclor de las regiones. En un solo sitio se pudo apreciar la riqueza de 15 departamentos del territorio nacional.

Esta vez, los tractores que recolectan el arroz y el algodón salieron de los cultivos para transportar en genuinas e inspiradoras carrozas a las embajadoras del Folclor nacional, por las principales calles de la ‘Ciudad de la Tambora’.

Las familias, desde el más pequeño hasta el más adulto de sus integrantes, tomaron puesto y bajo un sol radiante recibieron a las quince candidatas que buscaban el título de Reina Nacional del San Pedro. Y tal parece que fue de agrado del Santo en mención, pues con gran decoro el clima y la alegría fueron protagonistas.

Las tradiciones artísticas de Colombia se congregaron durante el recorrido del Desfile Folclórico Nacional del San Pedro, dejando ver el talento y las características especiales de las muestras, que llegaron desde las costas, los llanos, los altiplanos y la selva. Tal fue el caso de regiones que enaltecieron la herencia cultural de sus pueblos.

Por esa razón, en una organizada logística, propios y visitantes se integraron al desfile, acercándose a las reinas y compartiendo con las delegaciones que representaron entre otras particularidades, quehaceres, creencias y cosmovisiones.

Además, la inclusión también hizo parte de la jornada con una alta presencia de niños y personas con capacidades diversas que mostraron su talento. Sonrisas, zapateos, faldeos y cantos estuvieron a la orden del día.

 

Las reinas son del pueblo

Y es que el desfile Folclórico al Reinado Nacional del San Pedro, también, tiene en cuenta las habilidades y destrezas de las jóvenes para ser embajadoras de sus departamentos, por ello una parte fundamental del recorrido, fue la presentación que hacen frente al jurado, el cual en esta versión se ubicó en una tarima por la carrera Séptima, a un costado de la Catedral.

Allí, la reina de Cundinamarca le apostó a su voz y por ello cantó, mientras que su comparsa a la par, mostró en una coreografía el proceso de hilar algodón.

Otra de las presentaciones que gustó fue la de la señorita Meta, quien con su zapateo, contagió a los espectadores de los sonidos del arpa, la guitarra y las maracas.

Por su parte, Norte de Santander lució y bailó con elegancia junto a sus acompañantes, que se ganaron la admiración de los visitantes, pues sus trajes típicos inspirados en la labor diaria de los campesinos era apta para un clima frío, sin embargo, no importó la alta temperatura que se registró en tierra espinaluna, siempre mostraron su mejor rostro. 

Caquetá y Putumayo sobresalieron por traer a Espinal su riqueza ancestral alusiva a la selva colombiana y la cercanía a la cordillera de Los Andes, en medio de los músicos adultos, habían niños que hacían parte de la comparsa, manteniendo así un lazo cultural entre generaciones.

La señorita Tolima como embajadora de la ‘Tierra Firme’, se destacó por su elogiada interpretación de El Contrabandista, sus pasos animaron a los espectadores quienes se sintieron representados por la candidata y no dudaron en darle su aval con los aplausos.  

Fue así como la cultura de diferentes rincones de Colombia se entrelazaron en una sola fiesta que trajo unión y sentido de pertenencia por lo propio, enalteciendo el patrimonio inmaterial de los pueblos.

Credito
ALEJANDRA CAVIEDES - XIMENA VILLALBA

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