Ibagué Festival: una celebración musical sin precedentes

SUMINISTRADAS - EL NUEVO DÍA
El Ibagué Festival dejó en la capital musical una huella que impulsa y motiva al desarrollo de este tipo de espacios y marcó un precedente en la realización de eventos musicales en la ciudad.

Las flores que nacen en agosto empezaron a teñir de rosado los ocobos y a tapizar de pétalos a Ibagué. Así, adornada y florecida, la capital musical de Colombia le dio la bienvenida a miles de personas que llegaron desde distintos lugares del país atraídos por un encuentro musical que tuvo lugar durante cinco días.

La ciudad se llenó de gente mientras que a las plazas, los teatros, los parques y las calles los envolvieron distintos géneros de música. Convocado el público, reunidos los artistas y dispuesta la ciudad como escenario, la promesa que hizo el Ibagué Festival de integrar las músicas del país y del mundo comenzó a cumplirse.

 

Conciertos

Con la esperada presentación de Monsieur Periné en el emblemático Teatro Tolima se dio inicio a este Festival que se instaló en los lugares más representativos de Ibagué. El aforo total de este concierto fue un indicador de lo que sucedería los días siguientes en los eventos programados.

El encanto, la energía, el colorido y la alegría de esta primera noche de concierto se propagó durante cinco días y contagió al público para disfrutar de todas las propuestas musicales, contrastantes y diversas, que tuvieron lugar en cada escenario.

El sol, el clima cálido y la brisa de Ibagué hicieron de parques y plazas los escenarios perfectos para disfrutar de los conciertos que allí se realizaron. La plaza Murillo Toro, el Parque Centenario y el Parque del Sur en el barrio Kennedy se llenaron de vida con el montaje escénico que realizó el Festival y que propició el ambiente ideal, colorido e iluminado, para disfrutar de los contrastes musicales.

Igualmente, lugares icónicos de la capital musical como el Conservatorio del Tolima, el Conservatorio de Ibagué y la Universidad del Tolima fueron la casa de artistas nacionales e internacionales de música académica y tradicional.

Un total de 16.500 personas asistieron a los conciertos en estos escenarios que estuvieron a cargo de aclamados artistas como Puerto Candelaria, Teresita Gómez, las cantadoras Lina Babilonia, Elizabeth Quiñónez y Anita Carranza del Caribe, el Pacífico y los Llanos Orientales respectivamente, Ali a.k.a. Mind, Martina La Peligrosa, Los Gaiteros de San Jacinto, Omer Quartet, La 33, Mauricio y Palodeagua, entre muchos otros.

Los conciertos del Ibagué Festival fueron espacios para que el público conociera nuevos géneros y diversificara sus gustos musicales y hábitos de escucha, pues en los escenarios se mezclaron sonatas con salsa, hip-hop con música clásica, fandangos con joropos, tropipop con bambucos.

Tal vez uno de los conciertos más emotivos fue el de las cantadoras y Puerto Candelaria, el 18 de agosto en el Parque Centenario, pues el público reaccionó con tal emoción hacia los artistas que hubo bailes colectivos, vitoreos, lágrimas, risas, mensajes de unión y paz de parte de los artistas y un solo aplauso de los asistentes quienes agradecieron con sinceridad el espectáculo.

Igualmente, el concierto de cierre, inusual y arriesgado, mezcló la música clásica de la acordeonista Hanzhi Wang y el hip-hop de Ali a.k.a. Mind y Letal Fuzion. Allí, la música se convirtió en un canal para los mensajes y la energía positiva y una excusa para el disfrute entre familia y amigos.

 

Otras actividades

Por otra parte, el Festival realizó otras actividades como clases magistrales de instrumento, talleres, clínicas, charlas y exposiciones de lutería, conversatorios, una exposición de arte apoyada por Artbo, programa de la Cámara de Comercio de Bogotá, y una muestra de artesanías organizada por Artesanías de Colombia.

El Conservatorio del Tolima fue la principal sede de estos espacios en los que el público pudo apreciar otros oficios alrededor de la música. Las charlas de lutería reunieron a 100 personas, las clínicas y talleres de construcción de instrumentos musicales convocaron a 200 participantes de los cuales 70 fueron niños, las clases contaron con 100 estudiantes, la exposición de instrumentos atrajo a otro centenar de personas y contó con la presencia de personalidades como la primera dama, María Juliana Ruiz; Juliana Márquez, madre del Presidente de la República; el exfiscal Alfonso Gómez Méndez y el artista ibaguereño Santiago Cruz, quien se llevó de regalo una guitarra construida por los lutieres de la Fundación Salvi, organizadora del Festival.

Además, alrededor de 120 personas asistieron a los conversatorios sobre música, cultura y economía programados en el Museo de Arte del Tolima y otras 200 a la instalación artística e interactiva ‘Autómata Celular’ que se presentó en este mismo espacio y contó con intervenciones musicales a cargo de artistas de la ciudad.

 

Los logros del Festival

El Ibagué Festival dejó en la capital musical una huella que impulsa y motiva al desarrollo de este tipo de espacios y que marcó un precedente en la realización de eventos musicales en la ciudad.

La puntualidad de todas las actividades, la gratuidad de su programación, el acceso para familias, personas de todas las edades, la calidad artística, humana, organizativa, logística y el nivel de producción y montaje de escenarios sobresalieron a simple vista. La concha acústica Garzón y Collazos nunca se había visto tan colorida, arreglada y bonita e hizo que se volviera a apreciar el Parque Centenario.

Cada día, un concierto del Ibagué Festival se transmitió en vivo por Señal Colombia, un logro que fue posible gracias a la gestión de la Fundación Salvi y que no se veía desde hace tiempo en los eventos de la ciudad. Así, las músicas de este encuentro fueron escuchadas por todos los colombianos y la imagen de Ibagué como capital musical se hizo visible en el país.

El programa de mano del Festival fue, más que una guía de conciertos y artistas, un libro lleno de historias y reflexiones acerca de la música, un referente turístico y un souvenir que recuerda esa estética y esa producción impecable de la que fueron testigos los ibaguereños durante cinco días de Festival. La mayoría de hoteles tuvieron ocupación absoluta, el centro de la ciudad cambió de ritmo, las noches se llenaron de vida y el comercio local se benefició.

Por su parte, Ibagué demostró el amor que le tiene a las músicas que se crean en Colombia, el respeto a la diversidad, la buena acogida, la asistencia en familia y el aprecio y gratitud por los eventos que construyen una mejor ciudad para todos.

Niños, adultos, bebés, jóvenes, locales, nacionales y extranjeros estuvieron unidos por la música. Ibagué dejó claro que esta es y seguirá siendo la capital musical de Colombia.

Credito
EL NUEVO DÍA

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