“Nunca me coronaron” Yuliana Cárdenas

JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA
La exsoberana confiesa que nunca se montó en su papel de reina, y que de hecho es una reina frustrada, pues nunca le dieron corona. Sumado a ello está sometida a una exigente rutina para recobrar su figura, la cual concluirá con su pasó por el quirófano, de donde espera retornar a las pasarelas.

En la historia del Reinado Nacional de la Belleza, Yuliana Cárdenas Mejía bien podría llevarse el título de la representante tolimense de quien más se despotricó durante la contienda real.

Calificativos como ‘caballo grande ande o no ande’ o ‘es un edifico alto con el último piso vacío’, son algunos de los que aún recuerda haber escuchado hasta por parte de las comentaristas Isabella Santodomingo y Alejandra Azcárate, encargadas de las transmisiones del certamen 2005, cuando vio derrumbado su sueño de ostentar la corona, al recaer en Valerie Domínguez.

Con 1.84 de estatura, y un par de tacones, todas las candidatas se veían pequeñas a su lado, y quizá por ello la ‘envidia’ desencadenó una serie de comentarios para hacer contrapeso al favoritismo que la prensa y el público le daban, y que se sumaron a las intrigas y el mal ambiente de sus compañeras, que sin pensar afectaron su ánimo y salud, a tal punto que durante tres días se reportó enferma, y al final obtuvo uno de los puntajes más bajos de la final, su mayor desilusión, pues no “era la más fea”.

Hoy, nueve años después, reconoce que esta fue una experiencia maravillosa, que le dio la oportunidad de conocer mucha gente e ingresar a una compañía (Enertolima) en la que con esfuerzo, trabajo y dedicación le calló la boca a todos los que un día dijeron “pero qué viene a hacer la reinita acá”.

A sus 28 años, y sin ‘corona’ ejerce labores en el área de Talento Humano, concluye sus estudios de Administración de Empresas, hace las veces de papá y mamá y sueña con recobrar su carrera de modelo.

Yuliana, ¿ser reina es una etapa boba de su vida?

No, más bien una época de inmadurez, en cuanto a mi edad, pues era una niña recién salida del colegio. Pero debo decir que fue algo que disfruté y de lo que aprendí.

¿Qué aprendió?

A valorar el tiempo y a pensar en mí, porque las oportunidades solo llegan una vez en la vida.

Cada año cuando se elige la Señorita Tolima sale a relucir el tema de la rosca. ¿Realmente hay rosca en la elección?

No, porque, entonces, yo por qué fui. Lo que pasa es que la gente nunca está conforme porque no se pone en los pantalones de uno; critican porque se tiene plata, porque no se tiene, y ahora a la actual, María Paula Melo, la andan criticando por su posición social, por ser sobrina del alcalde Luis H.

¿Su estatura la perjudicó en Cartagena?

Más bien fue mi contextura. Yo soy una mujer grande, entonces por más delgada que estuviera (ya no podía bajar más) las cámaras me hacían ver gruesa, y para colmo de males estaba al lado de Sucre y Valle, que eran niñas de una talla delgada.

¿Usted escuchaba cómo la criticaban?

Claro. En el concurso no nos dejan ver televisión por dos factores: uno, las críticas, y el otro, el tiempo que es muy corto, pero mientras me estaban maquillando veía noticias y sacaban unas cosas muy crueles, que solo buscan destruirlo a uno, decían barbaridades de mí.

¿Realmente se enfermó?

Sí, porque estaba pensando en las críticas de los medios y la presión de las mismas niñas era bastante fuerte. Llegué a un punto donde dije ‘me rindo, yo qué más hago aquí’. En los desfiles el pueblo me aplaude, favorita hasta último día, pero internamente trata de destruirlo a uno, de hacerlo caer, y dije ‘no quiero seguir’, pero al pensar en que andaba representando mi Departamento me llené de valor.

Siendo así, ¿por qué se pelean por ese título?

Es cuestión de gustos. A mí me pasó algo y es que nunca soñé ser reina, jamás pensé en ser Señorita Tolima, más bien lo que me fascina es el modelaje. Estar en una pasarela es una adrenalina única, pero se me dio la oportunidad de disputarme el título y lo hice: la guerreé y gané.

¿Lloró por no clasificar en el nacional?

Claro. Lloré antes, durante y después, y más porque me dio mucha rabia ya que no era la más fea del año. De estar para los ‘reinólogos’ entre las 10, quedar en los últimos lugares, es frustrante y triste.

¿Entonces en Tolima no hay rosca, pero en Cartagena sí?

Decir que sí fue rosca en Cartagena suena a decir ‘soy mala perdedora’, pero sí, allá se siente. Valerie es una niña hermosa y pila, pero se amarra a muchas cosas: prima de Shakira, tiene mucho dinero y en Cartagena se sentían preferencias. No me considero mala perdedora: ganó ella y lo hizo muy bien.

¿Qué le dejó ser Señorita Tolima a la fecha?

La oportunidad de conocer muchísima gente; estoy en una maravillosa compañía, me di a conocer como reina e ingresé haciendo el reemplazo de alguien y no me quedé por ser reina, sino por mis resultados laborales.

¿’Miss Colombia’ está muriendo o está en su fase crítica?

Está muriendo porque los requisitos no responden a la sociedad actual. Ya es hora de pensar en otra opción.

¿Raimundo Angulo debería retirarse?

No sé, eso es de él...

¿Qué piensa de este personaje?

Que es un señor muy querido, pero que sigue con su método chapado a la antigua.

¿La actual señorita Tolima, María Paula Melo, le gusta o no?

Me gusta, porque es una niña preparada y tiene un rostro muy bello. La gente la debe apoyar porque estar en sus zapatos no es fácil ni tan glamuroso como se piensa.

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Mujer de altura

¿A quién salió tan grande?

No sé. Mi mamá es alta, pero no tanto, siempre fui la más grande de todas partes, ahora en la oficina...

¿Es ventaja o desventaja ser alta?

Sufrí mucho cuando niña, y en la adolescencia lloraba pensando en que adónde iba a encontrar un hombre como yo o más alto, pero con el tiempo lo acepté y ahora estoy orgullosa.

¿Qué la hace renegar de su cuerpo?

Comprar ropa y zapatos, pues todos los pantalones me quedan cortos, de hecho todos los uniformes tengo que mandarlos a hacer; con los zapatos soy igual, pues calzo 42 y los que encuentro son como de abuelita, entonces no compro lo que me gusta, sino lo que encuentro.

¿Usa tacones?

Sí. Me encanta. Yo digo grande... 10 centímetros más no importa, pero mi mamá se pone furiosa cada vez que me ve con tacones.

¿Qué la enamora?

La lealtad y el compromiso.

¿Y la desencanta...

La mentira y la traición.

¿Qué hizo la corona?

Nunca me coronaron. Soy una reina frustrada porque nunca me dieron corona, y reina sin corona no es reina...

De retoque

¿Tiene un rey en su vida?

Sí. Es mi papá, Gilberto, y también tengo una princesa, Salomé, mi hija de tres años.

¿Casada?

No, soy mamá y papá, porque el papá de mi bebé nunca ha estado con nosotras por su trabajo, y por mis condiciones laborales no he podido estar con él, entonces nuestra relación siempre ha sido a distancia.

Además de su estatura, ¿por qué la han criticado?

En un momento fui criticada porque no me monté en el papel de reina, pero es que he sido siempre sencilla y ese no es mi mundo.

¿Ser reina le facilitó la vida?

No lo creo. Me dejó muchas críticas y chismes y hasta rompí relaciones con personas con quienes de corazón estoy muy agradecida.

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Credito
EL NUEVO DÍA

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