‘No soy pantallero’: Jorge Bolívar Torres

HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
El cabildante conservador confiesa que se separó de Alfredo Bocanegra, que se quedó con las ganas de aspirar a la Alcaldía de Ibagué, que le gustaba ir a Cuero Show, que completó cinco hijos por una vasectomía fallida, y que su calva es su sex-appeal.

A sus 40 años, Jorge Luciano Bolívar Torres, es uno de los concejales de Ibagué más populares, no solo por su carisma sino por sus continuas figuraciones en programas radiales, por lo que algunos lo tildan de “pantallero”, calificativo con el que no está de acuerdo, porque para él hacer alarde de sus obras es dar ejemplo. 

¿La política para qué?

Para servir. Siempre he considerado que para muchos la política es el arte de ser vil, pero para mí es el arte de ayudar a los demás.

Concejal Bolívar, estudió derecho, ¿algún torcido?

No, para mí el derecho es sin el torcido.

¿Repetirá al Concejo?

Yo creo que sí, aunque tengo una propuesta de nuestro amigo el senador Andrade, para que me lance a la Asamblea.

¿De las y los concejales a quién considera su parcero?

La voy muy bien con el concejal Lozano, Héber Humberto Sánchez y Portela. Hay buenos concejales, pero con el que más me siento identificado es con el concejal Lozano.

¿Ha sentido que sus colegas lo tratan por la doble?

He escuchado algunos comentarios de algunos concejales pero no les paro bolas. Sé que en el tema político la realidad es que somos amigos de recinto, pero afuera somos rivales de votos.

¿Cuántos puestos tiene en la Alcaldía?

Ninguno, el mío que es como concejal a penas.

¿Por qué responde con risa?

Porque la pregunta es capciosa.

¿Con qué candidato se va a ir para la Alcaldía?

Mientras el Partido Conservador no tenga candidato oficial o no haya una directriz diferente, nosotros estamos apoyando a Jhon Ésper Toledo.

¿El concejal Bolívar es un conservador volteado?

No, yo no lo veo así. Yo soy un conservador de progreso, que no se ciñe solamente a los criterios que tienen que ver con un partido sino con una ciudad. Yo creo que tenemos que dejar de estigmatizar a la gente con el color azul o rojo, aquí lo que hay que pensar es que hay que tener una ciudad que tenemos que sacar adelante; que necesitamos gente joven, propositiva y que quiera realmente aportar nuevas ideas.

Con esas ideas no es incongruente apoyar a Jhon Ésper Toledo, ¿no son los mismos con las mismas?

La verdad es que nosotros también teníamos una aspiración seria a la Alcaldía. Yo quería ser el candidato del Partido Conservador, traté y en la base tenemos buena acogida, pero lamentablemente tratar de unificar el Partido fue muy difícil. Yo hablé con las diferentes vertientes y como no se logró consenso porque cada uno tiene sus intereses particulares creo que hay que apostarle a gente joven, preparada, que ha analizado la ciudad y que ha ocupado cargos públicos y lo haya hecho bien, por eso mi apoyo a Toledo.

¿Se siente triste por no haber podido aspirar a ser alcalde?

Claro, le deja a uno un sinsabor querer unir un partido y que no se haya logrado. Yo quería darme la pela y decir aquí podemos hacer cosas grandes por la ciudad, pero si desde el interior del mismo partido empezamos a hacernos la guerra no vamos a llegar lejos, porque no hay que desconocer que hay un cacicazgo en el Partido Conservador y que siguen las orientaciones de los jefes políticos.

¿Se divorció de Bocanegra?

Tanto como divorciarnos... digamos que sí. Nosotros no hemos tenido ningún altercado, pero hemos estado distanciados después de las campañas presidenciales donde él tomó la decisión de estar con la Unidad Nacional con el tema de Santos y yo con Zuluaga.

Dulce para las mujeres

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¿Coqueto?

No, simpático. Lo que pasa es que a uno le gusta ser extrovertido y amable con las féminas y algunos lo confunden con coquetería.

¿Cómo le va con las mujeres?

Muy bien.

¿Qué les mira?

El cuerpo... la inteligencia dicen.

¿Casado, soltero o arrejuntado?

Enamorado de mi novia, vamos para cinco años.

¿Cuántos hijos tiene?

Cinco.

Padre responsable, ¿a cada hijo le tiene una mamá?

Digamos que todos con la misma, pero con diferente mamá. Creo que los hijos son una bendición y como dice una canción es la prolongación de la existencia.

¿Vive con ellos?

Mis hijos se la pasan aproximadamente el 90 por ciento del tiempo conmigo, aunque viven con sus mamás. 

Vasectomía frustrada

Cinco hijos, ¿ha pensado en la vasectomía?

Le confieso que me la hice, pero lamentablemente no me sirvió.

¿Qué pasó?

Cosas de la vida. Me decía el médico ‘eso le pasa a uno en un millón y le pasó a usted’. 

¿Se la hicieron mal?

No. Me hice la cirugía, me desconectaron y mágicamente se reconectó el conducto seminal y nuevamente se activó y ahí fue donde salió el hijo número cinco.

¿Cómo fue ese proceso?

Difícil. Después de que uno se hace una vasectomía está muy seguro de que no tendrá más hijos, y por eso la noticia fue un impacto fuerte, no creí. Me hice nuevamente el conteo de espermatozoides y me dio que estaba fértil, es decir que nací para procrear.

¿Esa desconfianza deterioró la relación?

No, es que no era una relación seria.

De todo un poco

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¿Cómo le gusta que lo llamen?

Bolívar. En la universidad me decían el general Bolívar.

¿Cómo es su relación con sus ex?

Bien. La verdad es que hay que reconocer que al comienzo es muy duro el proceso de separación. Las mujeres son muy queridas, pero también cuando quieren atacar golpean con todo. 

¿Por qué las relaciones no le han funcionado?

Siempre he sido un poco acelerado y he descuidado las relaciones por estar pendiente de otros proyectos.

¿Le pagan en La Cariñosa o lo hace ad honorem?

Lo hago gratis por el servicio social y vivo muy agradecido con la gente de RCN por este espacio, por el que ni me pagan ni pago.

Dicen que usted es más pantallero que el concejal Camilo Delgado, ¿también lo cree?

La verdad es que no se trata de ser pantallero sino de mostrar lo que se hace para que la gente tome un ejemplo, y creo que Camilo ha hecho un buen ejercicio. Esa teoría de que la mano izquierda no vea lo que hace la derecha la usan algunas personas con el ánimo de decir que gestionan mucho y no muestran lo que hacen cuando en realidad no están haciendo nada. Nosotros no mostramos ni siquiera el 30 por ciento de lo que hacemos.

Hombre de poco pelo

¿Le gusta su calva?

Sí, me encanta. La verdad es que tengo incluso un problema y mi familia lo sabe, y es que cuando el cabello empieza a crecer me empieza a dar mal genio y por eso no duro mechudo ni un mes. La peluquera vive aterrada porque cada 15 días la visito, me dice ‘pero que se va a quitar’. 

¿Es su atractivo?

Sí, la verdad es que eso causa un efecto positivo en las mujeres.

¿Por qué su disgusto a sentir melena?

Es algo psicológico. Necesito que me entre aire a la cabeza para sentirme mejor.

¿A los cuántos años empezó a perder el pelo?

Como a los 30, es algo hereditario. Mi papá también era un poco bajo de cabello.

¿A parte del pelo, qué se le ha caído al concejal Bolívar?

Hasta hora nada más gracias a Dios y a la virgen, de eso pueden dar fe.

En pocas palabras

¿Para que se considera malo?

Para decir mentiras, se me nota.

¿Pero ha dicho algunas?

A veces toca decir unas para que no me regañen en la casa.

¿Tanga, clásico o bóxer?

Ya somos de los clásicos, como buen conservador.

¿Un afrodisíaco?

El gusto por las mujeres.

¿Concejal candente o concejal decente?

50/50.

¿Ha sido infiel?

Sí.

¿A visto revistas porno?

Cuando pelado.

Le va bien con las mujeres, ¿pero ha pagado por sexo?

No, la verdad es que ese vicio no lo he tenido, pero sí debo reconocer que cuando existía Cuero show iba, incluso iba con la novia del momento.

¿Un secreto de seducción?

Caballerosidad y amabilidad.

¿Qué lo ruboriza?

Los halagos.

¿Lo acelera?

Los proyectos, soy de metas y cuando me las pongo ni duermo.

¿Qué le altera los nervios?

El tinto.

¿Y lo pone a sudar?

El licor al otro día... el guayabo.

¿Algún defecto?

Los celos.

Credito
EL NUEVO DÍA

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