“Sí, me casé embarazada”: exseñorita Tolima Sandra Paola Arias

JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA
Sandra Paola Arias además de expresar lo feliz que se siente de saber que pronto será mamá, cuenta que no sabe quién es más madre si ella o su esposo, a la vez que recuerda que en La Heroica se sintió vestida por una enemiga

La exseñorita Tolima Sandra Paola Arias está viviendo la experiencia más bella de su vida: la gestación. Sus días transcurren entre las labores como subgerente de la Federación de Productores de Mango, Fedemango, y los preparativos para el nacimiento de su primogénito, Simón.

Ya completó 23 semanas y el embarazo transcurre con normalidad, espera que a finales de agosto nazca el fruto del amor con Juan Rodrigo Alvarado, su ‘media naranja’, la cual encontró mientras buscaba trabajo, pocos meses después de haberse despedido del concurso Nacional de la Belleza de 2013.

Precisamente de esta experiencia real guarda los mejores recuerdos, entre ellos, haberse disputado el título nacional, con la hoy Miss Universo, Paulina Vega Dieppa, de quien cree su personalidad es un ejemplo a seguir.

Sandra le luce la ‘pipa’, ¿cómo se siente?

Feliz y agradecida con Dios por este regalo. Sentir que una vida crece dentro de mí es indescriptible, cada día es un descubrir.

¿Fue planeado?

Sí. Mi esposo se moría por tener un bebé. Él ya es papito dos veces y extraña mucho a sus hijos, y cuando me propuso matrimonio me dijo que quería llenar ese vacío, y dije ¡entonces de una!

¿Lo hizo para complacerlo?

Yo siempre soñé ser mamá, solo que si hubiera sido por mí me hubiera esperado un poco más, por lo menos un añito, pero mi esposo sí quería, entonces yo le concedí el deseo.

Ustedes se casaron y a los pocos días se conoció que estaba embarazada, ¿llegó al altar en cinta o fue durante la luna de miel?

Él me propuso matrimonio en septiembre y nos enteramos que estábamos embarazados de tres semanas, dos días antes de casarnos, entonces sí, me casé embarazada.

¿Cuál fue la reacción?

Felicidad total, acompañada de llanto de emoción. Teníamos todas las razones para estar dichosos, porque no fue algo accidental sino algo que nos nacía, y la noticia fue recibida por mis padres con mucha alegría.

¿Le ha dado duro?

Los tres primeros meses fueron fatales, muchas nauseas, mareos e incomodidad, pero eso pasó. Lo único que me molesta un poco son los dolores musculares.

¿Muchos antojos?

No muchos, pero los que me han dado son curiosos. Por ejemplo, no soy muy buena para el alcohol y me dieron unas ganas de una cerveza que me tocó buscar una sin alcohol para matar el antojo.

Igualmente estando en Bogotá me dieron unas ganas locas de comer tamal, lo hice pero me fue muy mal.

¿Le preocupa su figura, o dejó de lado el tema de la belleza?

La belleza jamás la dejaré en un segundo plano, sin duda de los secretos que no solo debe mantener una reina sino la mujer en general es mantenerse siempre radiante, más aún cuando está conformando una familia. En cuanto a perder la figura es algo que ahora no me preocupa, porque lo fundamental es que mi bebé continúe bien, pero de todas maneras estoy completamente segura que cuando nazca Simón tendré que tomar unas clases de ejercicio intensivo para volver a tener el peso que tenía.

¿Cuál ha sido su aliado en este proceso?

Además de mi esposo, mi familia y amigos, la faja materna, es indispensable, un descubrimiento maravilla.

¿Cómo el embarazo cambió su visión del mundo?

Siempre he sido muy sensible, y ahora lo soy más. Mis prioridades cambiaron totalmente, todo gira en torno a este nuevo ser que llevo en mi barriguita.

¿Quién es más madre, usted o su marido?

Yo creo que hay un embate. Los dos somos igual de cursis.

SU ENCUENTRO CON EL AMOR

Dicen que buscando trabajo encontró a su ‘media naranja’, ¿es cierto?

Totalmente, buscando empleo conocí a Juan Rodrigo. Él me hizo la entrevista y luego la junta directiva me eligió.

¿Trabajar en la misma empresa (Fedemango) con su pareja le ha traído problemas?

Para nada, hay mucho entendimiento entre los dos, y los miembros de la Federación jamás han dicho algo al respecto.

ÉPOCA REAL 

¿Cuando mira hacía atrás qué le duele de haber sido Señorita Tolima?

Me duele no haber exhibido un vestido de gala como siempre lo soñé, ese es el único desequilibrio que tengo del reinado, del resto fue absolutamente perfecto.

¿Quién le hizo ese vestido?

Ya la verdad ni recuerdo el nombre de la diseñadora, pero el tema es que infortunadamente es tolimense y habiendo más talento di con la que no era, y lo que más me duele fue que desde el principio sabía que no me iba a ir bien.

¿Qué pasó con él?

Yo no lo quiero volver a ver ni en pintura, apenas me lo quité lo regalé. De hecho en este momento no sé que destino tuvo; no conservo ni fotos.

¿Se sintió vestida por una enemiga?

Increíblemente, pero te juro que así me sentí.

¿Volvería a lucir alguna otra creación de Liliana Montalvo, quien en su momento dijo le había hecho el ajuar?

La verdad no, ni pensarlo.

Borrando ese ‘lunar’, ¿qué la llena de orgullo de haber ido a Cartagena?

Muchas cosas: un sueño cumplido, pude mostrar mi esencia y además participé al lado de la actual Miss Universo.

¿Que recuerda de ella?

Que siempre se mostraba fresca, desparpajada, muy alegre y amiga de todas. Su personalidad es realmente un ejemplo a seguir.

¿Con el Concurso Nacional de Belleza quemó su etapa real o participaría en alguno de señoras?

Por ahora creo que sí, que disfruté lo que debía en ese medio, pero no me cierro a las posibilidades, quizá cuando recupere 100 por ciento mi figura me arriesgue.

¿Conserva todo las coronas?

Yo conservo todo, hasta la banda de cuando fue reina de mi colegio Normal Superior de Ibagué y los recortes de prensa, excepto el traje de coronación de Cartagena.

“NO SOY MADRASTRA”

Sandra, usted decía que Juan Rodrigo tiene más hijos ¿cómo es su relación con ellos?

Maravillosa. Desde que los conocí fueron muy lindos.

¿Ayudaron a su relación?

Sí. Yo siempre le digo a mi esposo que las razones por las que pudimos formalizar nuestra relación fue ver que los niños tenían un apego especial conmigo y yo con ellos, lo que se prestó para que viera más allá de un noviazgo a formar una familia.

¿Entonces salió buena madrastra?

Ellos son unos principitos, y no me considero una madrastra porque ellos tienen a sus padres, yo soy una amiga, una confidente. 

Credito
EL NUEVO DÍA

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