“Tengo años de perro”: Natalia Durán

JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA
La actriz que da vida a Victoria en ‘Secretos del Paraíso’ asegura que enamorarse demasiado del trabajo es un peligro.

Natalia Durán siempre ha sido una persona precoz. Empezó a hablar antes de lo habitual y a los nueve años tomaba clases de astronomía, con compañeros de 30.

En su vida el reloj ha girado demasiado rápido y eso le encanta, porque ha logrado quemar todas sus etapas, lo que sin titubear la lleva a decir que vive su presente a plenitud y a sentir que tiene años de perro: uno equivale a siete.

Si hay cosas de las que se arrepienta, el haber sido madre adolescente no es una de ellas. Todo lo contrario, si pudiera retroceder el tiempo volvería a hacerlo.

La razón de esta determinación es que ve en la corta edad que la separa de sus hijos, Mía, Nina y Dante, grandes bondades, entre ellas ser su amiga y confidente, algo que quizá si la brecha generacional fuera extensa no sería tarea sencilla.

Vivir en ese acelere constante permite que su día parezca tener más de 24 horas y con ello ejercer todos sus roles sin que uno interfiera en el otro: madre, actriz, cantante y hasta embajadora y benefactora de distintas causas sociales, porque tiene claro que debe “devolver algo de lo mucho que Dios le ha dado”.

La mujer fatal que ha aparecido en varias revistas para caballeros, que conquistó a los 16 años las grandes pasarelas de Inglaterra, y que desde su primera figuración en la pantalla chica colombiana no han parado de figurar en exitosas series, es una mujer serena, cariñosa, divertida y muy expresiva que no soporta y teme a la indiferencia.

En la actualidad, además de estar en teatro, tiene al aire ‘Secretos del paraíso’, donde personifica a Victoria, la protagonista, y está en cartelera con la comedia ‘El cartel de la papa’, donde figura como una policía infiltrada en los zapatos de la reina de la habichuela.

Su más reciente visita a Ibagué fue el miércoles pasado, para participar del Desfile Rosado, a beneficio de la lucha contra el cáncer, un mal que le ganó la batalla a su madre.

¿Por qué dijo sí a la invitación de la Liga Contra el Cáncer zonal Tolima?

“Porque todos debemos ser parte activa del cambio de Colombia; además que todas las cosas que aquejan a la población me interesan mucho, y en la medida en que pueda devolver lo que me ha dado Dios a las poblaciones vulnerables lo hago sin pensar.

¿Cómo la ha tocado el cáncer?

Directamente: mi mamá se murió de cáncer de seno cuando yo tenía 16 años. Ella fue una luchadora, dio la ‘pelea’ por cuatro años lo que más pudo, pero Dios decidió llevársela.

¿Cómo la afectó?

Fue muy duro porque ella era el pilar de mi vida, pero ahora la siento como un angelito que me cuida y guía. ¡Es muy triste que no pudo conocer a mis hijos!

Con ese antecedente, ¿permanece alerta?

Por supuesto, porque realmente no quiero que me pase y la prevención es una de las armas más fuertes.

Ser mamá, su mejor papel

¿Qué ventaja le ve haber tenido sus hijos tan joven?

La cercanía generacional. A veces creo que cuando la brecha es alta es difícil comprender la etapa y he gozado cada una. Por ejemplo, la música que oyen mis hijos a mí me encanta, porque estamos en generaciones muy cercanas, y eso es muy divertido.Aparte de eso me siento muy bien de ver a mis dos hijas grandes y de hablarles como lo hago con un adulto.

¿Y los contras...

Que uno paga muchas primiparadas. Cuando uno es muy joven es muy impaciente, quiere que las cosas pasen ya; solo cuando uno tiene un poco más de experiencia puede sosegarse.

¿Lo haría de nuevo?

Las volvería a tener muy joven, hemos crecido todos juntos y yo no puedo tener una mejor relación con ellas.

¿Qué le representan?

Son mi todo, y los siento como un estímulo para crecer a toda velocidad y mi impulso a seguir y reinventarme, a no estancarme.

¿Asumir el reto de ser mamá le dejó etapas por quemar?

Para nada, quemé todas las etapas a toda velocidad. Según me cuentan, hasta empecé a hablar a los pocos meses. Mi vida fue muy rápida, tengo años de perro, no porque sea muy madura, sino por la experiencia.

Un año mío es como de siete, porque he quemado las etapas a toda y me siento muy bien por ello, no me hace falta quemar nada, estoy viviendo a plenitud mi presente.

Natalia Durán, ¿dura para qué?

Soy terca y valiente para muchas cosas.

¿Y ‘gallina’?

Hay muchas cosas que me dan miedo, entre ellas a enamorarme demasiado de mi propio trabajo; eso es peligroso, porque se puede perder la objetividad.

Una mujer que vive entre luces y flashes, ¿qué es lo más superficial que tiene?

Creo que las extensiones.

Escenas incómodas

‘Padres e hijos’, ‘A corazón abierto’, ‘La prepago’ y ‘Tiro de gracia’ son algunas de las producciones en que los colombianos la han seguido. ¿Tras concluido cada proyecto usted lo ve?

Para nada, yo hago mi trabajo como mejor me parece, con amor y responsabilidad, pero después prefiero no mirarlo porque uno se da muy duro y se juzga muchísimo, entonces prefiero que sean los televidentes los que digan qué les parece.

Natalia, ¿qué le dicen sus hijos de su trabajo?

Les gusta y se sienten orgullosos.

¿Usted los deja ver las escenas fuertes donde aparece?

Ellos saben que es parte de mi trabajo, que es actuación y que es arte. Saben que debo interpretar las diferentes facetas y sentimientos que pasan alrededor de un humano y en ellas las situaciones sexuales tienen su espacio, pero obviamente mis hijos todavía no están preparados para ver esas escenas.

¿Le ha tocado impedir que las vean?

Hubo una muy particular. Estábamos ‘canaleando’ y justo estaba ‘Tiro de gracia’ y yo me quedé viendo, cuando de pronto salió una escena y tuve que tirarme en plancha y aparte apagar el televisor, y no porque sienta que está mal, sino porque creo que uno no quiere ver a sus papás en esa situación, entonces les estoy ahorrando una hartera de ver a su mamá en circunstancias incómodas.

Y en su caso, ¿disfruta hacer ese tipo de escenas?

Son las más incómodas de hacer, pero finalmente ahí no está Natalia Durán sino el personaje. Son incómodas al principio cuando uno no se conoce mucho con los colegas, pero una vez se está en el rol uno se mete en la película. Yo le presto mi cuerpo y mis sentimientos al personaje, tengo muy claro que esa no soy yo.

¿Ha sentido atracción por algún compañero con el que haya tenido que besarse?

No, afinidades y química profesional tal vez, pero como que me sienta atraída, para nada. 

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EL NUEVO DÍA

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