“Los amigos de mi hijo me ven como la alcahueta”: Íngrid Levy

La Gerente del centro comercial Acqua es amante de los gatos y los tatuajes; a pesar de estar separada, expresa que su exmarido es su ‘partner’ y que Ibagué es una ciudad que la ha recibido con las puertas abiertas.

Íngrid Levy llegó a Ibagué hace aproximadamente un año a asumir un gran reto: gerenciar el centro comercial Acqua. Es una mujer activa, apasionada, tranquila y algo bohemia, que afronta cada situación de su vida como un aprendizaje más.

Esta bogotana creció en un hogar muy amoroso, como ella lo describe, de madre paisa y padre judio-alemán, con una combinación de religiones entre la católica y la judía. Su padre, quien falleció hace dos años, le enseñó a trabajar muy pequeña.

Esta diseñadora de modas e industrial ha dedicado su vida a trabajar, siempre con el objetivo de brindar a su familia, conformada por su hijo y madre, lo mejor y por ello, todos los días agradece a Dios por su familia y el trabajo que hoy cumple.

“Soy una persona que entrega todo y hace las cosas con pasión, soy solidaria y leal, y me encanta hacer equipo. Me encanta que la gente se sienta muy bien trabajando y que cuando uno se va de alguna parte deje huella y haga amigos, gente que de verdad le enseñe algo”, dice Íngrid Levy.

¿Cómo llega una diseñadora de modas a ser gerente?

La vida. Estudié Diseño de Modas y Diseño Industrial en Bogotá y mis primeras experiencias laborales fueron como directora de producto de empresas importantes y reconocidas del país; luego, creo mucho en Dios y la Virgen, y ellos lo ponen a uno donde debe estar; mi padre, siendo yo hija única me complacía en todo y fui a San Francisco (Estados Unidos), él me dio la oportunidad y empecé a especializarme en mercadeo e ilustración de la moda y allí mi formación comenzó a cambiar y Dios puso en mi camino la parte comercial y de mercadeo de empresas. Luego me llamaron para gerenciar centros comerciales y me fui a gerenciar Unicentro Pereira, finalmente me llamaron los chilenos para abrir los centros comerciales aquí en Colombia y aquí estoy.

¿Cómo fue llegar a Ibagué?

Primero, un reto enorme, el impacto es fuerte, venir de Bogotá, una ciudad caótica, y al tener la experiencia de vivir en ciudades pequeñas y otras maravillosas como Ibagué, el cambio no fue fuerte. La ciudad tiene la gran bendición de ser muy cerca a Bogotá, donde viven mi hijo y mi mamá. El cambio ha sido mucho más duro para ellos, quienes tratan de visitarme y he tratado de visitarlos, pero cada vez tengo más trabajo.

¿Qué ha sido Acqua en su vida?

El centro comercial ha sido un reto espectacular, porque de lejos es uno de los mejores proyectos que hay en Colombia y pesar de que siempre hay inconvenientes, las cosas empiezan a fluir y ya vuelve y toma el ritmo que debía tener desde el inicio, pero ahí está la gran satisfacción, saber que uno trabaja para Ibagué y los ibaguereños, que uno realmente está haciendo las cosas bien, con el alma y con el corazón, y está creando y está haciendo historia para el Tolima y esto es una satisfacción enorme.

¿Cual es la clave del éxito para Íngrid Levy?

Trabajo, trabajo y trabajo. Tener los objetivos claros, saber hacia dónde se quiere llegar y entregarse a Dios.

En lo personal

¿Qué es lo que más le apasiona?

Lo que más me apasiona es poder dar gusto a mi hijo y a mi madre. Me apasiona ver cómo mi hijo crece y ver cómo hicimos y construimos un buen hombre, un hombre de bien. Me apasiona consentir a mi mamá y compartir mucho con ella, a pesar de que la tengo lejos.

Me gusta compartir una buena comida y un buen vino; también me gusta mucho estar con la gente y ayudarla mucho.

¿Cómo es la relación con el padre de su hijo?

Tengo una relación excelente con Ricardo Trujillo, el papá de mi hijo, mi exmarido, que vive en Medellín. Somos grandes amigos y grandes ‘partners’, porque sacamos un hijo adelante y él es una gran persona y fue un excelente marido, pero no funcionó el matrimonio. Cada vez que puedo, trato de compartir espacios con él y mi hijo, muy valiosos.

¿Cómo la ven los amigos de su hijo?

Todos los amigos de mi hijo que están de 17 a 20 años, me ven como la alcahueta, yo soy la que les hace la rumba, los acompaño a que se tatúen, entonces todos le dicen a Pablo que no soy de la edad que tengo y tal vez sí tengo los 53 años, solo que mentalmente me opongo a tenerlos.

¿Por qué cree en Dios así como en la Virgen si tiene una amalgama de religiones?

Mis padres se casaron por matrimonio mixto, mi papá no le pidió ni obligó a mi mamá a que se convirtiera en el Judaísmo, entonces era muy simpático porque íbamos a la Sinagoga y a la iglesia y fuera de eso estudié en en colegio Alemán y con este apellido Levy fue muy fuerte, porque había mucha discriminación.

Y un día le pregunté a mi papá ‘¿Yo de qué religión soy?’. Me dijo ‘mira, hija, cree en un solo Dios, hay un solo Dios para todas las razas y para todo el mundo’, y mi familia materna es muy católica, entonces el judaísmo no se hizo fuerte en mí, por eso para mí el catolicismo y la Virgen son lo más maravilloso.

¿Cuál es su truquito de belleza?

El truquito de belleza creo que es mental: ser muy positiva, estar muy activo todo el día, tener mucha fe en Dios y hacer las cosas con amor y darle todo a la gente, y creo que eso va en la sangre, es lo que uno hereda. También debe haber una gran dosis de humildad, ser inmensamente transparente e inmensamente honesta; problemas hay muchos, pero hay que saber afrontarlos y bendecir a los detractores.

¿Es muy amiguera?

Mucho. Mis amigos son mis hermanos, tengo grandes amigos desde hace años, pero también tengo amigos de hace tres días que quiero muchísimo.

Soy muy amiguera, creo en la gente y me gusta hacer algo por ellos.

Íngrid, un poco bohemia

“Tengo una parte muy bohemia y no es fácil encontrar personas de mi edad con tatuajes, porque yo tengo una forma de ser relajada, pero pienso que los tatuajes se deben hacer en una edad adulta y consciente, porque uno puede cometer errores y rayarse la piel es para toda la vida.

“Tengo cuatro tatuajes. Hay dos que no son tan importantes, que son unas estrellas en el brazo y un pequeño corazón en el tobillo; los más significativos son el nombre en hebreo de mi hijo ‘Pablo Trujillo Levy’, en el antebrazo y el de la espalda es un moño que lo hice por mi papá, con un texto muy lindo que dice ‘Que el dolor de haberte perdido no me quite la alegría de haberte tenido’. Mi padre lo era todo para mí”.

Y sobre Ibagué...

“Ibagué me ha sorprendido gratamente, gente muy linda y pujante, Ibagué es geográficamente favorecida y en este momento por lo que está viviendo la ciudad está siendo bendecida, hay un crecimiento impresionante, la gente quiere venir hacia acá. El mensaje es a que hagamos juntos empresa, hagamos de esta ciudad la mejor ciudad; así no sea de Ibagué, amo esta ciudad, que me ha recibido con las puertas abiertas, y he recibido lo mejor de los ibaguereños”.

Credito
EL NUEVO DÍA

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