“Qué me digan pantallero”

Milton Restrepo, pronto a cumplir 39 años, sigue viviendo en casa de su madre, al lado de su hermana, su sobrino, a quien ha criado como a un hijo, y su perra Wanda. Aunque dice tiene una relación amorosa seria, no tiene planes de boda.

El diputado Milton Restrepo admira tanto a Álvaro Uribe Vélez, que no solo dejó al partido Liberal para seguirlo, sino que una fotografía autografiada por él hace parte de los mayores tesoros que exhibe en su oficina.

De su “presidente” ha adquirido muchos ademanes, posturas y formas de promocionarse, a tal grado que está a puertas de estrenar página web, para mantener un diálogo permanente con la comunidad, y con la que no descarta que más de uno de sus detractores le seguirá llamando pantallero.

Al siempre polémico asambleísta no le incomodan las críticas, no le teme a los señalamientos ni mucho menos se arrepiente de haber puesto una placa que lo inmortalice en la Asamblea y solo le preocupa que los envidiosos le roben la buena energía.

¿Es el punto aparte de la duma?

Creo que más que punto aparte hemos tratado de hacer un ejercicio de que la Asamblea no es una junta cualquiera, sino la más importante del Departamento; que los diputados son gente que, además de ser elegida por voto popular, representa sectores electorales que merecen todo el respeto.

La Asamblea pasó muchos años encerrada en sus puertas y creo que eso no les gustó a muchos, cuando logramos que en nuestra presidencia tuviera un viraje distinto de tener esa Asamblea más cerca, de visitar los municipios, de meternos en las discusiones no solo públicas, sino cercanas a los gremios económicos; si eso nos hace punto aparte, coma o dos puntos, me siento orgulloso de haber hecho un ejercicio que hace mucho tiempo no se hacía, como hoy lo reconoce la gente.

Muchos se refieren a usted como el ‘diputado pantallero’. ¿Le gusta el protagonismo?

A mí me gusta mostrar lo que hacemos. Yo creo que uno en el ejercicio público no puede ser público para unas cosas y privado para otras; estamos en el ejercicio diario de que los electores y ciudadanos sepan qué estamos haciendo y la mejor manera de enterarlos es mostrarlo, por eso incluso para los que dicen que somos pantalleros, los invito a que visiten una tecnología que vamos a lanzar en estos días, que es la página de Internet miltonrestrepo.com, muy interactiva, que va a tener un chat en línea para que puedan hablar con el diputado y sigamos en ese ejercicio de control político y dialogando con la comunidad, al mejor estilo de Uribe.

Si eso me hace pantallero, entonces ¡qué me digan pantallero!

Al mejor estilo de Uribe, ¿además de en el uso de los crocs en qué lo emula?

Yo no lo emulo, yo creo que en el ejercicio de poder tener una relación cercana a Álvaro Uribe de hace cerca de 21 años nos ha permitido aprender, conocer y vivir la política como una profesión con altura, con honestidad. Hemos aprendido que hay que estudiar todos los días, que las discusiones de la mecánica electoral se quedan para las elecciones y una vez pasan las contiendas la diferencia se marca con contenidos programáticos, por eso he sido uno de los diputados que más proyectos de ordenanza han presentado a la Asamblea.

DEFENDIENDO SU AUTOELOGIO

¿En qué terminó la polémica por la placa que erigió en la Asamblea?

La placa sigue ahí.

¿Se siente orgulloso de ella?

Lo volvería a hacer muchas veces. Creo que lo que logramos al plasmar no es mi nombre, porque la placa cuando la lees en toda su dimensión habla es de una Asamblea más cerca, de lo que se hizo, y quién no va a estar orgulloso de un hijo. Mi hijo como presidente de la Asamblea quedó plasmado en esa placa donde tuvimos una Asamblea más cerca.

Hubo muchas críticas de sus compañeros: ¿acaso es que son envidiosos?

Yo creo que uno trata de velar por lo suyo. Yo acá he aprendido a conocer diferentes valores de muchos de nuestros compañeros de duma, también muchos antivalores, pero en últimas terminamos siendo una familia de 15 diputados que unos y otros tenemos que aguantarnos durante los cuatro años para los que fuimos elegidos.

¿Cuál es el antivalor más recurrente?

No sé qué nombre ponerle, pero ¿recuerda cuando su presidente Santos dijo que ‘era como cuando se ponían debajo de la ruana un puñal’?, creo que eso suele pasar mucho en la Asamblea. Hay algunos que tienen el puñal debajo de la ruana esperando a ver cuándo atacan.

Yo tengo una característica: que independientemente de cualquier cosa soy muy frentero, los debates los hago de frente y las cosas las digo de frente; a algunos les gusta, a otros no, pero la gente sabe a qué atenerse con Milton Restrepo. No soy capaz de armar bigornias encerrado en oficinas a ver cómo sin que me logre visibilizar hacerle daño a cualquier diputado, pero suele pasar.

¿Cuáles de sus compañeros son los traicioneros (que cargan el puñal debajo de la ruana)?

Invito a los tolimenses a que vengan a las sesiones, eso no es difícil de detectar.

MUY PERSONAL

¿Qué es lo más atrevido que ha hecho en la cama? 

Levantarme después de las 7 a.m. Yo soy muy madrugador y a las 4 a.m. ya estoy en pie. 

¿Se siente un semental? 

Me siento un hombre dispuesto a responder en todas las facetas. 

¿Cuál es su punto G? 

El micrófono, en el cual debatimos los proyectos de ordenanzas. 

¿Qué lo excita? 

Me puede excitar los sentidos un buen helado, un buen libro o un buen beso. 

¿Cómo ha lidiado con el karma de la engatillada? 

A mí me da risa, incluso folclóricamente decía que si a mí me dan la posibilidad de comprar el motel Mi oficina lo compro, y yo creo que le puede pasar a cualquier persona. 

Creo que en su momento desenfocaron completamente la noticia, maltrataron en lo más profundo la intimidad de mi familia; sin embargo, el mismo día estando en la clínica salí y puse la cara a los medios, porque terminó siendo mentira lo que los medios dijeron. Definir su condición sexual a través de los medios de comunicación creo que es bastante irrespetuoso, pero me sentí obligado a explicar ‘no soy homosexual’ y si lo fuera, no tendría problema en haberlo dicho, tengo muy claro mi gusto por las mujeres. 

Usted dice que el motel Mi oficina lo compraría. ¿Ha tenido alguna ‘faena’ en su lugar de trabajo? 

Nunca, aquí las faenas son de debates y trabajo. ¡No se puede salar la oficina ni los carros! 

¿Es soltero o casado? 

Tengo una relación de hace varios años. Ha sido una persona demasiado importante en todos mis proyectos políticos y que hoy me sigue acompañando a pesar de los años, y de los escándalos que han querido golpear la relación. 

¿De quién se trata? 

Yo le agradecí el día de mi posesión a mi familia y a ella: María Catalina González. 

¿Por qué no ha dado el siguiente paso? 

Porque primero estamos en la Asamblea juiciosos, siendo diputados. 

¿Se la ha jugado a su novia? 

Yo he sido una persona leal, ahí miraremos después el concepto de fidelidad. 

¿Cuánto pesa?

Hoy, 108 kilos, la semana pasada 110.

¿Está a dieta?

Comencé un proceso para adelgazar, y estamos juiciosos.

¿Cuánto tiene que bajar y en cuánto tiempo?

Veinticinco kilos en este semestre.

¿Qué lo llevó a bajar de peso?

Salud, con esas discusiones y debates acalorados es mejor estar en forma.

¿Qué lo hizo ganar tantos kilos?

Diversas circunstancias, principalmente el estrés que se maneja.

CREYENDO EN LAS ENERGÍAS

¿A qué le teme?

Creo que le temo a frustrar las esperanzas de la gente. Tengo una frase que me resume y es: que ‘soy preso de la vocación que escogí y de la expectativa que la gente tiene en mí’.

¿Cuál es su mayor frustración?

Creo que no haber llegado al Congreso en el momento en que fui candidato a la Cámara.

¿Qué lo incomoda?

Que la gente no sea frentera, así como la falta de sinceridad y carácter.

¿Qué fe profesa?

Soy católico, aunque también he ido a iglesias cristianas y mormonas. Creo que la religión, más que una secta o una fanaticada, es un modo de vida.

¿De quién duda?

Del diablo, de las Farc y de Santos.

¿Tiene algún amuleto o se hace leer las cartas?

No, creo mucho en los salmos, en la oración. De hecho, tengo muchas oraciones que cada nada me traen los pastores de protección, porque sí creo en la envidia y esta crea mala energía, y el ser humano es capaz de hacer cualquier cosa.

¿Lo envidian mucho?

Como tenemos amigos, tenemos enemigos, y ahí sí, como dicen en el Tolima, especialmente en el sur: uno no debe creer en brujas, pero de que las hay las hay.

Credito
EL NUEVO DÍA

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