Siempre que no me afecte, despertar envidia no está tan mal” “

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Luego de una fructífera etapa en Colombia, Ecuador y México como actriz, modelo y conductora de televisión, se siente preparada para empezar a triunfar como empresaria, otra de sus vocaciones.

Diana Motta ha disfrutado las mieles del éxito en todo lo que se ha propuesto: ha sido modelo, actriz y conductora de televisión. A los ocho años soñaba con pisar una pasarela y así lo ha hecho, sobre todo en México, donde está radicada desde hace más de seis años.

Aunque es poseedora de un cuerpazo y de una cara muy bella, ella asegura que estas no son las puertas directas al éxito. Todo, según su experiencia, se logra tocando puertas y siendo puntual, perseverante y versátil ante las pruebas del camino.

Es administradora de empresas graduada de la Universidad del Valle de México y tiene un posgrado en Locución, lo que le ha dado las bases para profundizar en ambas facetas, a pesar de la envidia que, dice, suele rondar en esos mundos.

Modelo Latin Petit Colombia e Internacional 2009, participante de campañas en marcas como Bimbo, Coca - Cola, Pepsi y Toyota, actriz en telenovelas como ‘Mi corazón es tuyo’ y ‘Libre parta amarte’, así como conductora en ‘Diablito Show’, se suman a su trayectoria.

¿Hubo algún temor al salir del país?

Siempre hay miedo, pero mi mamá confió en mí y sabe cómo me crió, entonces no tiene por qué dudarlo.

¿Qué ayudó para decidir irte?

Las ganas y el hambre de crecer.

¿Has recibido propuestas malintencionadas?

En todos los medios siempre está la piedra en el zapato, pero el que pasa esa línea eres tú. Estoy haciendo las cosas bien y por eso voy poco a poco picando piedra, porque la tengo muy clara.

¿El camino lo has andado sola o has tenido compañía?

Tú eliges tus amigos y también he ayudado. Uno empieza a identificar quién tiene el potencial. Muchas veces a los que aconsejo se van haciendo amigos, porque yo empecé así y estuve agradecida.

¿La envidia te ha afectado?

Un montón. Cada loco con su cuento y donde hay envidia y siempre que no me afecte, despertar envidia no está tan mal.

 

Lo personal

¿Hay alguna dieta?

 La rompo cada rato. Llego a Ibagué y es al tamal y los buñuelos, eso es mitad y mitad: ejercicio y alimentación. Puedo comer todo lo que quiera, cero cirugías.

¿Tus mayores cualidades...

 Soy muy humilde. Llegar a un lugar y ayudar a la gente me encanta; soy perseverante, porque adonde llego lo logro y lo cumplo, sea a corto, mediano o largo plazos, y me gusta mucho la puntualidad.

¿Y tus mayores defectos...

A veces hay amigas que son de tomar el té, pero disfruto la soledad. Lo veo como positivo para mí y negativo para ellas. En la soledad piensas qué vas a hacer y cómo lo vas a lograr. Y como cada ser humano, tengo mis genios volados por cualquier circunstancia.

¿Qué tan sensible eres?

 Bastante. Todo actor debe hallar el centro de la sensibilidad y para interpretar debes tener vísceras bien puestas.

¿Has contemplado cirugías?

 No estoy contra la cirugía, pero si es estéticamente bonita, bienvenida. Cada quien como le guste el estereotipo, porque el mío es muy fitness, muy modelo. Me gusta verme mujer con clase.

¿Cómo es el vínculo que tienes con tu mamá?

Ella, cuando va, me acompaña a Televisa. Sabe que son muchas horas de trabajo.

¿Cada cuánto vienes a Ibagué?

Aprovecho cada diciembre. Siempre estaré en las fiestas de Navidad y en junio. No me olvido de las personas y los lugares con que en algún momento crecí.

¿Qué te gusta?

Me gustan mucho la lectura y el tenis. También, hacer pereza. ¿Es que a quién no le gusta?

Pero también te diviertes...

¡Claro! Disfruto, rumbeo. No me gusta el cigarrillo, pero respeto a los que fuman. Y tomo mis aguardienticos cuando vengo. Aquí sí salgo, pues estoy cerca de casa.

 

Pasión y carrera

¿Has tenido que interpretar papeles de todo tipo?

Con Lila desde que llegaba era llore, llore y llore, y terminaba igual. Decía “Pobre Lila”, pero era así. Por eso me gusta más presentar: puedo ser más yo, pero si me sale el ‘papelazo’, lo hago.

¿Cuál de los papeles te ha representado más satisfacción?

Una obra de teatro en que tenía que interpretar el Siglo XVIII, con los modismos y la corporalidad, pues hemos evolucionado totalmente. Eso es crear tu personaje y fue u+n gran reto.

¿Ha habido alguna frustración?

A veces uno pelea mucho actoralmente con algún papel, pero lo empiezas a investigar y uno llega a la línea de decir “Tú eres Diana y tienes que hacer esto”, personajes que salen de la realidad.

¿El modelaje lo es todo para ti?

Tengo plan B y plan C: no todo es modelo. Me gusta la publicidad, pero quiero pisar bien en lo empresarial. El entretenimiento y la publicidad son una montaña rusa: un año no estás contratado y no hay que sentirte mal. Cuando la montaña rusa cae, estoy amortiguada con el plan que tengo.

¿Entonces te ves ahora como empresaria?

Antes trabajé vendiendo fajas postquirúrgicas a cirujanos plásticos, y como estudié Administración de Empresas, tengo las bases para iniciar. Realmente el mundo lo mueven las empresas, y me gustan las empresas y el dinero.

¿Cuál es el mejor consejo para los futuros modelos?

Que se preparen. No es solo una cara linda o un cuerpo lindo.

Credito
EL NUEVO DÍA

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