“Todos los días le doy gracias a Dios por las oportunidades que me ha dado”

JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA
La empresaria tolimense Luz Mila López se ha caracterizado por su perseverancia y humildad, destacándose en la industria de la moda y obteniendo el reconocimiento nacional. En entrevista con EL NUEVO DÍA contó sus inicios en el calzado, los momentos más difíciles que ha tenido que afrontar, su creencia en el amor y su alegría de ser abuela.

¿De qué parte del Tolima es?

Nací en Piedras Tolima y llegué a Ibagué a terminar mis estudios.

¿Cuál es su perfil profesional?

Vine a Ibagué a terminar quinto y sexto, en ese tiempo mi padre falleció. Después entré al Sena, y todos los días bendigo la capacitación que tuve allí de Auxiliar Contable. Salí con toda la claridad de lo que es el capital de trabajo, y eso me enamoró demasiado del mundo de los negocios, tenía 14 años.

También tengo un diplomado en Gerencia de la Pequeña y Mediana Empresa, otro en Mercadeo y Ventas, y uno en Imagen.

¿Cómo logró que su marca fuera tan reconocida?

Eso fue un proceso. Cuando arranqué con la actividad del calzado traía en mi cabeza que lo que quería hacer era negocios, y con las pocas y grandes bases que tenía empecé con un nombre, que fue el primero que se nos ocurrió, ‘Shoes’. Fue lo máximo en todo el departamento, un éxito total.

¿Apenas terminó el Sena se dedicó al comercio del calzado?

Cuando salí del Sena trabajé en el Club Campestre, ese fue mi primer empleo. Después en una distribuidora de telas, y fue una gran experiencia, porque era asistente del gerente y se tomaban decisiones muy importantes en toda la empresa. También estuve en el Banco Popular y en el Banco de Bogotá.

¿Por qué de ‘Shoes’ a Luz Mila López?

En el momento de registrar ‘Shoes’ en la Superintendencia, era un nombre genérico, así que no lo registraron, fuera de eso todo el mundo se copiaba. Cuando iniciamos no pensamos en una marca como tal, teníamos 3 o 4 almacenes y aprovechamos la apertura de Multicentro hace 15 años, fue en ese momento que tomamos la decisión de pensar en una marca de verdad y nos dimos cuenta que el nombre más adecuado sería el mío, por la cantidad de clientes que me conocían, así que ahí nació Luz Mila López.

¿Cuántos años lleva en la industria del calzado?

Bastantes. Nosotros registramos ‘Shoes’ en 1988, pero empecé a vender mis primeros pares de zapatos en 1982. Fueron varios años de estar vendiendo zapatos puerta a puerta, esa época fue maravillosa, me la gozaba.

Aparte de estar relacionada con el calzado, ¿ha estado en otros sectores?

Cuando nació mi segundo hijo, Jorge Luis, eran dos niños a los que tenía que dedicarles mucho tiempo, porque también estaba mi hija Tatiana, así que me retiré de trabajar para cuidarlos. Al permanecer en la casa todo el día, me di cuenta que no podía estar sin hacer algo y entré a Comfenalco a hacer muñecos de peluche, y un día abrimos un almacén que se llamó ‘Peluchín’ en la 15 con Octava, pero siempre tuve ahí una vitrina de calzado con unos 10 pares de zapatos.

¿Qué grandes experiencias le ha dejado la industria?

Visitar las ferias de calzado y marroquinería en Hong Kong. Conocer fábricas grandes y saber cómo las manejan, eso es otro mundo. Y otra muy importante fue ser invitada a las ferias de moda de Brasil en São Paulo y Gramado con todos los gastos pagos, junto a marcas como Mario Hernández o Vélez. En una de las ferias conocí a Mario.

¿Ha obtenido reconocimientos?

Para mí es un honor decir que en el 2006 recibí la exaltación al comerciante distinguido que otorga cada año Fenalco, en ese momento llevaba 24 años en la industria del calzado. Además obtuve en el 2015, el máximo reconocimiento que otorga Fenalco a los empresarios en la noche de los mejores, que fue el Mercurio de Oro.

¿Es diseñadora?

No, pero se aprende mucho con la experiencia. Me baso en lo que las clientas me piden, de lo que veo en los viajes y de lo que observo en las vitrinas. También es importante estar cuatro o cinco veces mirando lo que hay fuera del país (…) pienso que más que ser diseñadora, es algo innato, como la esencia.

Pasando al ámbito familiar, ¿cuántos hijos tiene?

Tuve tres hijos y perdí uno, a David Fabián. Él fue el último bebé que tuve y tenía dos años y ocho meses cuando se me fue.

¿Qué pasó?

Tuve problemas en el parto y al niño le faltó oxígeno en el cerebro en el momento de nacer, y eso le causó microcefalia. Nació en el 1983, y se me fue en el 1985.

¿Qué la ayudó a enfrentar la pérdida?

Practicar tenis, eso me ayudó mucho cuando perdí a mi hijo. Le daba duro a esa raqueta.

¿Y sus otros dos hijos, cómo están?

Bien, son Tatiana Lizeth y Jorge Luis; cada uno me ha dado un nieto.

¿Cómo ha sido esta etapa de abuela?

Es lo que más me hace feliz en este momento, jugar con mis nietos. Luquitas tiene tres años, y cuando me saluda me dice ‘Mila Te Amo’, eso me derrite. Luciano tiene seis años, y nunca me dijo abuela, me decía Mima, y cuando soltó bien la lengua, me dijo Mila.

Actualmente, ¿está soltera o casada?

Separada.

¿No se ha vuelto a enamorar?

No es fácil.

¿Cuánto duró casada con su esposo?

32 años, fue mi primer novio y esposo. Hace 10 años nos separamos.

Pero, ¿cree en el amor?

Sí creo en el amor, pero es difícil encontrarlo. Creo que sentirse amada y sentir que se está amando a una persona es maravilloso, y que se necesita mucho. Hace mucha falta.

¿Está dispuesta a recibir hojas de vida?

Yo creo que sí.

¿Cómo hace para distribuir el tiempo entre el trabajo y la familia?

No es fácil, los negocios son muy exigentes, se trata de estar encima, darse cuenta de lo que está pasando y pendiente todo el tiempo de la moda.

¿Qué le molesta?

Cuando no veo a una vendedora con una actitud arrolladora, de emoción, alegre o entusiasmada (...) en pocas palabras que me atiendan mal un cliente, me molesta mucho.

En cuanto a su personalidad, ¿cómo se describe?

Apasionada con lo que hago.

¿Es creyente en Dios?

Bastante, todos los días le doy gracias por todas las oportunidades, la salud y energías que me ha dado, y me siento a pedirle que me las siga dando.

¿Es de agüeros? ¿Tiene algún ritual?

De agüeros, no. Creo que el único agüero es hacer las cosas y lograrlas. Creo que todo lo que uno se propone se cumple... Aunque bueno no en todo, porque en el amor no siempre funciona eso.

De pequeña era deportista, ¿todavía practica deporte?

Sí, dos veces a la semana voy al gimnasio, me encanta. Desde que tenía seis años me gustaba jugar basquetball, hasta que el médico me dijo no más, por las rodillas. Me fracturé una mano jugando basquet. Le pregunté si podía jugar tenis y me dijo que sí, entonces desde ahí me dediqué al tenis.

Es toda una amante de la moda, ¿cuáles son esos oufits que le gusta usar?

Me encanta la moda, la ropa juvenil y la que está en tendencia; pero sobretodo la ropa que le quite años a uno, es la que más me gusta. Me fascinan los colores fuertes y acá en Ibagué ropa muy fresca.

¿Para usted qué es un zapato?

Cómo podríamos caminar sin él.

¿Anécdotas con famosos?

Estar acá con Hernán Zajar, en un evento de Maquila y Moda. Las modelos de él desfilaron mis zapatos, y le gustaron varios.

¿Es buena bailarina? ¿Cuál es la música que más le gusta?

Me gusta el reggaetón, pero las canciones con letra bonita. Esa música me da energía. También me gustan las canciones de Silvestre Dangond, Fonseca, Carlos Vives.

¿Qué le falta por hacer?

Cuando le doy gracias a Dios por todo lo que me ha dado, por mi salud, mis capacidades, mi familia, también le pido que me permita sacar el tiempo para ayudarle a tanta gente, que por una u otra razón tienen dificultades físicas, económicas y de salud. Y me gustaría poderles transmitir mis conocimientos y experiencias a las personas que están en la actividad del calzado y la marroquinería, y que no tienen las oportunidades que yo tengo.

Credito
EL NUEVO DÍA

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