Gastronomía del Camino de Santiago I

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
Cuando hablamos de Santiago de Compostela debemos tener claro que se está mencionando el nombre del apóstol Santiago, discípulo de Cristo y hermano de Juan Evangelista. Se dice que después de la muerte de Jesús, con poco éxito, Santiago fue a evangelizar a tierras españolas y, regresando a Palestina, fue decapitado por Herodes Agripa, quien además prohibió su entierro.

En secreto, algunos discípulos lo pusieron en un sepulcro de mármol, lo llevaron a puerto y lo situaron dentro una embarcación solitaria, que empujaron a la mar, y las corrientes lo llevaron a las costas gallegas de Iria Flavia (La Coruña- España), en donde fue enterrado y donde se construyó un altar.

El lugar fue olvidado después de que se prohibieran las visitas por las persecuciones, hasta que, en el siglo IX, probablemente hacia 830, un ermitaño llamado Pelayo, sintió cánticos en la zona de un montículo pleno de vegetación, acompañados de resplandores como una lluvia de estrellas. 

Este avisó a Teodomiro, obispo de la zona; conjuntamente exploraron el lugar y encontraron la tumba del Apóstol con su nombre inscrito en la lápida. De inmediato dieron aviso al Rey Alfonso II quien acudió al sitio, declaró a Santiago patrono del reino y ordenó construir un santuario, después convertido en catedral.

El sitio del hallazgo se llamó “Campus Stellae” que significa Campo de la Estrella, para después llamarse “Compostela”. Muy pronto, este se convirtió en centro de peregrinación mundial, el más importante de la Edad Media, y en los siglos XII y XIII llegó a la mayor intensidad como símbolo religioso y de piedad. El Papa Calixto II otorgó a la Iglesia de Compostela el Jubileo del Año Santo; el Papa Alejandro III declaró perpetuo el Jubileo y Santiago de Compostela se convirtió en Ciudad Santa.

El Camino se inicia en tierras francesas y, desde Roncesvalles hasta Santiago, hay 775 Km que se recorren a través de tierras de Navarra, La Rioja, el País Vasco, Castilla y León y Galicia. La gastronomía del recorrido total es, por una parte, la de las regiones y, por la otra, la que se deriva de la influencia de tantas personas que se establecieron en el Camino con fines de explotación económica, y, por lo tanto, contribuyeron a crear una fusión de ingredientes y sabores. Dos ingredientes han sido emblemáticos: Las vieiras, símbolo del peregrinaje desde la Edad Media, y los gansos (ocas) que se convirtieron en guías sagradas para aconsejar a los humanos.

Pero siendo el total del trayecto un Patrimonio de la Humanidad y un símbolo de la cristiandad, la gran afluencia de peregrinos hace que la oferta de las cocinas tenga la posibilidad de llegar a toda clase de bolsillos. Se encontrarán platos derivados de la caza como palomas, ciervos y jabalí. La oferta de pato y sus derivados es muy copiosa. Son abundantes también los productos de mar como pescados y mariscos, la trucha y la carne de ternera. 

Al llegar a La Rioja se encontrarán sus magníficos vinos, el bacalao y la papa en diferentes preparaciones. También los callos y variedad de guisos con carnes de caza, liebres y caracoles. En Castilla y León se degustarán las famosas morcillas de Burgos y la legendaria “olla podrida”, que es un guiso que se consume desde la Edad Media y que contiene alubias (fríjol grande), morcillas, chorizo, cárnicos ahumados, costilla, oreja, morcillo, manitas y panceta de cerdo. 

Más adelante se encuentra el lechazo asado (cordero lechal al horno), la sopa castellana, que es un caldo de carne con pan, huevos y ajos, la cazuela de cangrejos de río con salsa picante de tomates, la chanfaina, que es un guiso con varias partes de cordero, las manitas de cerdo rellenas y las perdices. En Astorga se encontrará con el cocido maragato, elaborado con repollo, garbanzos y siete carnes; en Galicia, el lacón o brazuelo de cerdo, el pulpo y el cocido gallego. Todas las atracciones gastronómicas de la cocina típica del Norte de España estarán a disposición de los bolsillos de los turistas de cualquier condición económica. Para visitantes pudientes existen elegantes menús como las terrinas de foie de oca, las sopas de mariscos y pescados, los jamones curados, perniles, vinos y postres.

Caldo gallego (receta para 4 personas): 

En una olla, preferiblemente de barro, ponga 2 litros de agua con sal al gusto e introduzca 150 gr. de habas, un hueso de espinazo de cerdo y 2 libras de pata delantera del cerdo (trozo con hueso entre codillo y la manita). 

Ponga todo a hervir a fuego medio hasta que queden tiernas las carnes. Mientras tanto, pele y pique una libra de papas en trozos irregulares y agréguelos al caldo junto con 2 chorizos grandes y mantenga la cocción. Aparte, en una sartén, ponga 2 cucharadas de aceite de olivas y 50 gr de tocino de cerdo. Cuando la grasa esté completamente derretida adicione ½ cucharadita de páprika o pimentón en polvo, mezcle bien e incorpore al caldo. Agregue un poco de repollo picado. Deje reposar y sirva.

Cocido gallego (8 personas): 

Dos días antes de la cocción compre 2 lenguas, 2 colas, ½ pata (trozo con hueso entre el codillo y la manita), 2 orejas y 2 libras de piel de cerdo; Sálelas bien y resérvelas. La víspera ponga 2 libras de garbanzos en un recipiente con agua. El día de la cocción, en una olla grande, preferiblemente de barro, ponga a hervir en agua los garbanzos y los trozos de cerdo, retirando previamente la sal en un chorro de agua. 

Agregue 1 jarrete (murillo o lagarto) de ternera. Mantenga la cocción a fuego medio por 1 ½  a 2 horas. En la mitad de la cocción verifique la sal y agregue pimienta. A medida que las carnes se ablanden vaya retirándolas y trocéelas. Mientras tanto, en otra olla, cocine las hojas de 2 repollos con 2 libras de papas, un poco de tocino carnudo y troceado y 8 chorizos por unos 18 minutos. Cuando todo esté listo reparta los ingredientes cocidos en los platos. 

Credito
YEZID CASTAÑO GONZÁLEZ

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