Arepa’ e huevo, joya gastronómica

El gusto del colombiano por esta delicia es indiscutible. Cuando se presenta la oportunidad de cocinarla, comprarla, o recibirla como atención, no deja de generar los mayores elogios.

En esencia, es una arepa de maíz amarillo, frita, dorada y rellena con un huevo. Es un caso evidente de cocina fusión, si se tiene en cuenta que América está aportando el maíz, tradicional ingrediente nativo; los europeos trajeron la gallina y el huevo con los viajes de Colón y los africanos introdujeron la técnica de la fritura.

La arepa, como tal, es un alimento precolombino en el Caribe venezolano que prontamente se incorporó a nuestro país como un elemento básico de la alimentación de los conjuntos indígenas. Cuando llegó la conquista de América, la arepa ya estaba incorporada a la tradición de la comida colombiana. Desde finales del Siglo XV, Europa tuvo noticias de este plato, pero es a partir del Siglo XVI cuando se sabe de ella en detalle pues casi todos los cronistas que llegaron a las Indias Occidentales hacían alguna referencia a tan sabrosa receta.

Así lo cuenta por ejemplo Galeotto Cei, en su “Viaje y descripción de las Indias”, según Wikipedia, la referencia más antigua: “Hacen otra suerte de pan con el maíz a modo de tortillas, de un dedo de grueso, redondas y grandes como un plato a la francesa, o poco más o menos, y las ponen a cocer en una tortera sobre el fuego, untándola con grasa para que no se peguen, volteándolas hasta que estén cocidas por ambos lados y a esta clase llaman ‘arepas’ y algunos fecteguas”. Por su parte, Pedro Cieza de León, antes de morir escribió: “Entre estos indios de que voy tratando, y en sus pueblos, se hace el mejor y más sabroso pan de maíz en la mayor parte de las Indias, tan gustoso y bien amasado que es mejor que alguno de trigo que se tiene por bueno”. (Blog Desde la Otra Orilla-María R. Ochoa).

En lo que tiene que ver con uno de sus descendientes, la ya mencionada arepa de huevo, este provocativo bocado ha generado no pocas controversias, especialmente entre la comunidad caribeña, tanto por su origen, como también por su denominación. En el primer caso, el cartagenero puro sostiene que nació en su ciudad capital del departamento, con el nombre de ‘empanada de huevo’ y su relleno está compuesto por un poco de carne molida o desmechada con guiso de especias, además del huevo.

Otros comentaristas sostienen que es originaria del municipio de Luruaco, vecino de Bolívar, pero parte del Atlántico. Aunque parece que el verdadero sitio de nacimiento de este producto sí es Cartagena, en Luruaco su producción y comercialización se ha constituido como la base principal de la economía local, en las manos de docenas de portadoras de tradición. Además, el sitio es parada obligatoria de una inmensa afluencia de turistas, teniendo en cuenta que su localización está sobre la carretera de la Cordialidad y a solo 67 km de la capital de Bolívar. En este inmenso centro ofrecen el producto como arepa, o como empanada, y lo disponen con las dos formas de preparación; con solo huevo, o con la adición del guiso con carne.

Existe un registro histórico de lo que pensaban los cartageneros de pura cepa sobre esta provocativa joya de nuestra cocina, hay un poema del pintor, poeta y empresario Daniel Lemaitre Tono (1884-1961) que dice… “Cosa vieja, cosa buena/ con que no podrá “lo nuevo”/ es la empanada con huevo/ oriunda de Cartagena./ Si alguna dicha terrena/ entre los mortales anda/ es esa cosa admirada/ de masa y de huevo frito/ nacida en el Corralito/ una noche de parranda./ No hay adjetivo sonoro/ que apologice fielmente/ una empanada caliente/ con su encajito de oro./ Y siendo una maravilla/ autóctona y singular/ se le deben dispensar/ honores de historietilla,/ pues Bogotá, Barranquilla/ el Norte, el Sur, y el Oriente/ vienen aquí expresamente/ para saber a qué sabe/ con la mano y con cazabe,/ una empanada caliente./ Brillat-Savarín ya muerto/ Si volviera de la nada/ diría ante la empanada/ si oyera la Eterna voz:/ espérate papa Dios/ que tengo aquí una empezada!.

En Cartagena esta joya se consigue a cualquier hora del día y muchos la prefieren al desayuno. Según Julián Estrada, antropólogo, investigador y escritor gastronómico, “no es osado afirmar que la arepa se constituye en la receta indígena por antonomasia…”, y continúa vigente después de 500 años de conquista, colonización y mestizaje…. “Y es así como una arepa de huevo puede significar no solo el sustento de familias en el caribe colombiano, sino una parte importante de nuestra identidad” (Vanessa Vallejo).

toronjilcanela@yahoo.com

Credito
Yezid Castaño González

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