Retirarse a tiempo es una muestra de sabiduría

Retirarse en el momento oportuno de una visita, de una reunión, de un evento, de una junta directiva y hasta de un cargo, es algo que todos deberíamos saber hacer; requiere especial sensibilidad y prudencia que, infortunadamente a muchos les falta.

Quedarse en una visita hasta cuando los anfitriones estén agotados y deban hacer maromas para no dormirse o se sientan interferidos porque tienen muchas otras cosas pendientes por hacer, resulta un acto de suma desconsideración. Así mismo, permanecer en una reunión más tiempo del razonable, cuando la gran mayoría de los invitados ha salido, obliga a los anfitriones a quedarse a pesar del cansancio y tensión que les ha producido atender a los asistentes, ello es también un acto desconsiderado. Para referirse a ese tipo de personas  hay quienes dicen que “… es de los que tienen que pararle la escoba a ver si se va”. Claro que, en esos casos, los anfitriones bien podrían decir: la fiesta o reunión ha terminado, les agradezco su asistencia; pero, lo cierto es que no suelen hacerlo por “pena”.

Por ello, cuando se trata de reuniones profesionales, comerciales o de otro tipo, es conveniente precisar, no sólo la hora de inicio sino también la de finalización, y ello se puede escribir en la tarjeta de invitación si la hay, o anunciar al iniciar la reunión, si se trata de un evento profesional o comercial. De este modo, no sólo se evita la incomodidad de que algunos se queden más del tiempo deseable sino que, también permite que los invitados puedan programar otras actividades. De otro lado, se da también el caso de que los anfitriones le inviten a permanecer un rato más y entonces puede hacerlo si lo desea.


Algo similar sucede también con personas que permanecen por excesivo tiempo en, en Comités, Consejos y Juntas Directivas de entidades y organismos de diversos tipo; de ellos se dice que “se sembró en el cargo”. Tal parece que no tienen la sensibilidad para entender que, a pesar de sientan aprecio por ellas, en su entorno son muchos los que consideran que su permanencia fue suficiente, y que es tiempo de dar la oportunidad a otros de participar, de aportar nuevas ideas y comprometer el esfuerzo que implica asumir ese tipo de posiciones, si es que lo hacen con responsabilidad.


Lo mismo puede decirse de personas que permanecen por más tiempo del razonable en cuerpos colegiados, dígase: Concejos, Asamblea, Congreso y otros entes, a pesar de que haya consenso en que su presencia no aporta mucho, que se limita a ocupar un asiento y a devengar un sueldo y que hay otras personas que  merecen la oportunidad y pueden cumplir un mejor papel.


No hay duda, retirarse a tiempo es un acto de respeto consigo mismo y de consideración con los demás. Lo contrario, esperar a que los demás se sientan saturados con su presencia, que sientan que su aporte dejó de ser valioso, que quieren ver nuevas caras, escuchar nuevas ideas, no sólo es imprudente sino que se expone a perder el reconocimiento por las cosas buenas que haya hecho. Por ello, se puede afirmar que retirarse a tiempo es una muestra de sabiduría.

Credito
MARTHA CRUZ

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