A través del tiempo la gente le ha dado un simbolismo a cada año que se cumple.

Esto tiene especial vigencia cuando se trata de celebrar años de matrimonio, permanencia de una empresa en el mercado o de una persona en una actividad; igualmente, se usa para denominar el tiempo que alcanza un libro u otro producto en un mercado de manera particular. 

Con esta simbología se indicaba también el material del obsequio que se daba con motivo de la celebración o conmemoración.

No todos los aniversarios que se celebran implican la necesidad de entregar obsequios, pero, cuando ello es así, hoy ya no se apegan a esta tradición; el regalo puede ser de materiales diferentes, siempre pensando en el gusto de quien lo recibe. 

De otro lado, cada vez, con mayor frecuencia las empresas y aún las personas y parejas homenajeadas, prefieren que se obsequien bonos para beneficiar obras sociales de su preferencia, como hogares para niños o ancianos desamparados, o programas para población vulnerable; ello es un acto loable de generosidad y resuelve lo que a veces se convierte en un dilema: ¿qué regalar?. 

Por supuesto, esa decisión implica una consulta directa con los festejados, quienes a veces facilitan las cosas haciendo la sugerencia a alguien de confianza que puede motivar a otros.