Necesitamos recuperar los modales

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
A nadie le gusta que le traten en forma irrespetuosa o descortés y cuando así lo hacen muy seguramente se sentirá contrariado e incluso lastimado. Sin embargo, son muchas las personas que no aplican el más mínimo cuidado para ofrecer un trato amable a los demás.

Son diversos los estudios elaborados por expertos en comportamiento social sobre actitudes y comportamientos que más contribuyen a la convivencia social y que, lamentablemente, parecen caer en desuso. Su pérdida, por supuesto, constituye una grave lesión para la armonía que quisiéramos hallar en nuestro entorno.

Es preciso evitar que esto siga ocurriendo y en consecuencia es urgente hacer un esfuerzo por recuperar las actitudes que hacen más amable nuestro día a día. Algunos comportamientos que lamentablemente evidencian mayor desuso son:

Ser respetuoso en las conversaciones, incluso en discusiones; sobre todo escuchar sin interrumpir y respetar las opiniones diferentes.

Sonreir. Ofrecer una cara amable a los demás. Recordemos la popular frase que dice “no somos culpables de la cara que tenemos, pero sí de la que ponemos”.

Saludar a todos, sin hacer distinción. Diga: buen día, buena tarde o una palabra amable con quien se encuentre, así no lo conozca.

Pedir las cosas con un “por favor” y dar las gracias por un servicio; aún por cosas pequeñas y sin importar si usted está pagando porque se le atienda.

Decir “con mucho gusto” cuando se le solicite un servicio o se atienda a una persona, hágala sentir bien para que dé más valor a su oferta.

Reconocer el mérito, la iniciativa o la autoría de otros, no solo por grandes logros o realizaciones. Así sea por pequeñas cosas, obsequie un elogio, pero que sea sincero y creíble.

Dejar de utilizar el celular mientras charla con otra persona, o atiende a alguien. Mírela y dele la atención que merece. Además, apáguelo en sitios como la iglesia, un cine o un concierto; no hacerlo, es un acto irrespetuoso con los artistas y con los demás asistentes.

Detener su vehículo entes de la cebra para dejar el espacio al peatón. La persona tiene prevalencia sobre el vehículo: respétela.

Respetar las filas. Espere su turno, no es gracioso colarse, como tampoco lo es creer que con una sonrisa disminuye la molestia de quienes están en la fila.

Ceder el paso a personas con discapacidades y facilitarles el acceso.

Es posible que algunos consideren lo anotado como detalles insignificantes, pero lo cierto es que su práctica o el desconocimiento hacen una gran diferencia al relacionarse con los demás.

Las actitudes y comportamientos mencionados son tan sencillos de practicar, que no debería representar dificultad el retomarlos y arraigarlos, sobre todo si sabemos que el beneficio personal y social es grande.

Cabe recordar la observación del filósofo Rafael Arguello: “Se está produciendo una pérdida general de los modales y de la tolerancia social. Y la cosa es preocupante, porque ritos tan sencillos como dar las gracias o saludar son imprescindibles para convivir. Sin ellos, la barbarie está servida”.

Credito
MARTHA CRUZ

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