Pero no se desanime, tal vez exageró en sus pretensiones, o no hizo el esfuerzo que se requería, o quizás se impuso muchas tareas a la vez.  

Otro puede ser el caso, sentirse muy feliz por lo que consiguió, por lo positivo que fue el año y por poder marcar como realizado cada tarea propuesta. Si es así, lo o la felicito.

Ahora los invito a esta reflexión. ¿Qué hizo por Ibagué en el 2017? ¿Participó en alguna actividad cívica? ¿Apoyó alguna buena causa? ¿Cumplió sus deberes como ciudadano? ¿Contribuyó para dar una buena imagen de su ciudad? ¿Se ocupó del cuidado de la fachada de su casa o su empresa? ¿Se preocupó por controlar que las basuras de su residencia o negocio las depositen donde debe ser y en la hora que corresponde?

Es muy agradable recibir y además es muy cómodo. Igualmente con mucha rapidez se critica, se exige y se espera que el sitio donde vivimos sea agradable, limpio y cuidado. Pero… ¿Hace algo por qué así sea?

Una ciudad no es limpia porque se tenga cientos de escobitas barriendo o muchos carros recogiendo basura por las calles. No. Una ciudad es limpia cuando sus habitantes se ocupan de mantenerla aseada y además los encargados de la tarea de aseo cumplen con ella.

Una ciudad es ordenada cuando quienes viven en ella cumplen con las normas de tránsito, atienden las señales de los peatones y respetan los andenes. Una ciudad es agradable cuando no se pita sin motivo, cuando se cuidan los jardines y los separadores.

Una ciudad progresa cuando sus habitantes son emprendedores, positivos, generan puestos de trabajo u oportunidades para otros. Una ciudad se desarrolla cuando hay contratistas que construyen bien las obras y entregan a tiempo los espacios hechos con responsabilidad.

Entonces… además de evaluar si alcanzó todas sus metas personales, califique que tan bien cumplió con su ciudad. Si su respuesta es “Si”, felicitaciones. Si poco o nada aportó, es el momento de comprometerse a cambiar su actitud en el 2018. Incluya entre sus propósitos demostrar con su comportamiento que le preocupa la suerte de su vecino, su familia, su entorno y su ciudad.

Si no le gusta lo que ve, haga algo por mejorarlo. Hacer algo positivo por la ciudad es hacerlo por usted mismo. Necesitamos una revolución mental y espiritual, una que transforme nuestra actitud y nos convierta en un pueblo positivo y proactivo.

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