Cuide su vocabulario evite generalizar y exagerar

Posiblemente una de las pocas generalizaciones válidas es que: ninguna generalización es cierta. Llama la atención entonces que, aún sabiéndolo, se mantiene la fuerte tendencia a generalizar sobre casi cualquier cosa.

Es así como con frecuencia se escuchan comentarios como: “la gente es desagradecida”, “las mujeres son complicadas”, “los hombres son mujeriegos”, “los costeños son perezosos”, “los políticos son corruptos”, “los funcionarios públicos son ineficientes”, “los productos chinos son malos”, etc., etc., y usted puede agregar muchísimos más.

Afirmaciones de ese tipo se escuchan aún a personas con niveles de educación muy superior y en cargos de alta responsabilidad. Parecen olvidar que con ello cometen injusticias y con frecuencia hacen mucho daño, además de que su afirmación pierde credibilidad e incurre en ligerezas inaceptables, pues si lo piensa dos veces debe reconocer que hay mucha gente agradecida, que hay productos chinos de buena calidad, etc.

Quienes incurren en semejantes ligerezas usualmente anteceden su comentario con expresiones como: “con contadas excepciones....”, queriendo con ello excusar lo incorrecto de la afirmación. El problema es que la repetición frecuente lleva a asumir que se trata de verdades incontrovertibles, cuánto más si lo dicen personas a quienes reconocen alguna autoridad.

Es pertinente entonces, insistir en que si quiere asegurar que sus comentarios sean recibidos con seriedad, que otros comprendan exactamente lo que usted dice, debe evitar el uso de generalizaciones y, en la medida de lo posible, aportar sustento válido a cuanto afirma, solo así logrará una acertada comunicación.

También es frecuente el uso de expresiones totalizantes como: nunca, jamás, siempre, toda la vida, por ningún motivo, nadie, todo el mundo, toda la plata del mundo… etc., etc., y ellas usualmente conllevan falsedad o exageraciones que restan seriedad y credibilidad a su discurso, con la consecuencia de que quienes le escuchan dejarán de tomarle en serio o dirán: “solo se le puede creer la mitad o el 10% de cuanto dice” y ello por supuesto va en detrimento de su imagen.

En su lugar prefiera decir: algunas veces, con mucha frecuencia, en numerosas oportunidades etc. Y si puede dar datos precisos, cuánto mejor. Esta tendencia en la forma de expresarse también puede afectar las relaciones familiares, de amistad, de colegaje, cuando se incurre en decir cosas como: en la vida vuelvo a su casa, jamás le pediré ayuda, primero muerto que volverla a saludar, nunca le vuelvo a hablar, jamás diría algo así.

Todas ellas suelen surgir como resultado de la exaltación o del disgusto y cuando estas emociones pasan, muy posiblemente vendrá el arrepentimiento y la dificultad para rehacer los lazos que han sido quebrantados.

En suma, si quiere ganar credibilidad y consolidar buenas relaciones con quienes le rodean, cuide el vocabulario que utiliza, tanto en la forma como en el contenido y asegúrese de que la emoción del momento no le lleva a decir cosas de las cuales tendrá que arrepentirse porque el daño causado es irreversible.

Credito
Martha Cruz

Comentarios