Recuperemos actitudes que se están perdiendo

Es preciso reiterar sobre la necesidad de retomar actitudes que se están perdiendo. Si bien la mayoría de las personas están de acuerdo con ello, son muchas también las que aún reconociendo lo importante que son, poco hacen para recuperarlas.

Un estudio consultó un grupo de expertos en el tema sobre aquellas actitudes y comportamientos que más contribuyen a la convivencia social y que, a su juicio, estuvieran cayendo en desuso en la actualidad.

Sus respuestas se registran a continuación, con la observación de que su pérdida constituye una grave lesión a la sociedad y, también, la que mayor pérdida presenta es la falta de respeto al escuchar y al hablar.

Las actitudes y comportamientos que según los expertos consultados se encuentran en peligro de extinción son:

Ser respetuoso en las conversaciones, incluso en las discusiones.

Escuchar sin interrumpir

Ceder el asiento a una señora embarazada o a una persona mayor.

Dejar salir a las personas antes de entrar.

Auxiliar a alguien en la calle.

Detener su vehículo antes de la cebra para dejarle el espacio al peatón.

Utilizar el pito del vehículo sólo cuando es indispensable.

Permitir que alguien nos adelante en una cola si su caso es apremiante.

Ayudar a una persona al verle muy cargada.

Atender al cliente con respeto, consideración y agradecimiento.

Sonreír.

Pedir las cosas con un “por favor”.

Saludar, incluso a los desconocidos.

Dar las gracias.

Reconocer el mérito, la iniciativa o autoría de otros.

Decir “con mucho gusto”.

Presentar disculpas.

Dejar de utilizar el celular mientras atiende o comparte con otras personas.

Es posible que algunos consideren lo anotado como “boberías” o detalles insignificantes pero, lo cierto es que su práctica o desconocimiento, hacen una gran diferencia al relacionarse con los demás.

No sólo hacen más amable la vida sino que expresan respeto y reconocimiento por los demás, y es algo que cada uno de nosotros merecemos y esperamos de los otros. En consecuencia, resulta imperativa la invitación a revisar cuál es nuestra postura y la de la gente que nos rodea, frente a los comportamientos señalados y, también, a definir estrategias y acciones que nos permitan recuperarlas.

La ventaja es que todas esas actitudes y comportamientos son tan sencillos de practicar, que no debería representar dificultad el retomarlas y arraigarlas, sobre todo si sabemos que el beneficio personal es muy grande.

Cabe aquí recordar la observación del filósofo Rafael Arguello:

“Se está produciendo una pérdida general de los modales y de la tolerancia social. Y la cosa es preocupante, porque ritos tan sencillos como dar las gracias o saludar son imprescindibles para convivir. Sin ellos, la barbarie está servida”.

macruztol@yahoo.com

Credito
Martha Cruz

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