Si reclama paz y respeto, comience por casa

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
Cuando los colombianos expresamos repudio a la violencia y clamamos por la justicia, el respeto y la paz, en general estamos pensando en los atropellos que recibimos de otros.

Parece que ignoramos el gran número de víctimas de la violencia generada por las confrontaciones por intolerancia y por la violencia doméstica. Así mismo, parece que no incluimos en nuestras consideraciones los actos de  violencia e injusticia que cada uno de nosotros protagonizamos, porque, como lo señala el adagio popular: es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga que cubre el nuestro.

Es necesario ser justos y tratar con sumo respeto a quienes nos rodean: a su cónyuge, a sus hijos, a los mayores, a sus compañeros de trabajo,  a quienes trabajan para usted, aceptando que la justicia y el respeto comienzan por casa y que solo si allí se practican y se enseñan estos valores, podremos tener un entorno y un país en paz.Asombra observar cómo hay tantas personas, inclusive con altos niveles de educación y recursos económicos, y asumiendo posturas arrogantes y abrumadas por complejos de superioridad  (que siempre denotan profunda inseguridad),  mal pagan y maltratan de palabra y hasta de acción, a quienes les sirven como empleadas en el hogar o en la empresa, o le atienden en el restaurante; a los conserjes, porteros, guardas de seguridad,  a los administradores del condominio o edificio donde habitan. Esto es, a personas en un cierto nivel de indefensión y a quienes, con frecuencia, solo les queda el llanto y la rabia como respuesta porque necesitan del trabajo, y eso lo saben quienes les agreden y se convierten en abusadores, sin que, en general, haya alguien que les llame la atención, bien porque actúa de igual manera, porque no les importa, o porque no quieren meterse en problemas. Resulta entonces muy difícil entender que personas como las mencionadas hablen de justicia y paz si personalmente no las practican.

La mayoría de los colombianos anhelamos avanzar hacia la superación de la violencia que por tantas décadas nos ha afectado y tantas oportunidades de crecimiento y desarrollo han malogrado, hoy como nunca se requiere una reflexión seria y profunda, que nos permita responder con sinceridad si con nuestras actitudes y comportamientos estamos contribuyendo al logro de esa sociedad justa y en paz que anhelamos. Reiterando que la justicia, el respeto y la tolerancia son valores, actitudes y comportamientos que comienzan en casa y que exigen que las apliquemos todo el tiempo, en todos nuestros actos, con la naturaleza y con todas las personas, muy  especialmente con las más débiles e indefensas. Si no lo hacemos de ese modo, no solo no aportamos al gran logro de vivir en paz sino que estaremos malogrando cualquier posibilidad de alcanzarla.

Credito
Martha Cruz

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