Despídase del egoísmo

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
Es sorprendente y lamentable cómo el egoísmo se ha arraigado tan fuertemente entre nuestros conciudadanos.

Y es lamentable, porque ello limita la posibilidad de aprovechar las oportunidades que surgen para construir de forma colectiva; nos impide igualmente superar tantas dificultades personales, familiares, de la comunidad y, en general, de la ciudad e inclusive del país. 

Vivimos una época en la que cada uno quiere ser el que se destaca, el más vivo, el más fuerte, el que más poder tiene para conseguir lo que quiere, sin importar a costa de qué o quién y sin tener en cuenta cuánto incomode o lastime a los demás.

 En esas condiciones, aún cuando no lo crea o no se haya dado cuenta, usted está generando a su alrededor un ambiente que le perjudica, así que cuídese de ello. Para detectar cuánto se acerca a ese tipo de persona, piense sinceramente si usted tiene los siguientes comportamientos.

Se las ingenia para que le atiendan primero, sin importar cuánta gente esté en la fila esperando.

Se come dos porciones del refrigerio, no importa que no alcance para todos.

Dice que fue quien hizo el trabajo, no importa que este sea el resultado de un trabajo en equipo.

Saca la mercancía o elementos de su negocio a la puerta y ocupa el andén, no importa que a la gente le toque  caminar por la vía.

Ignora los aportes e iniciativas de los demás sin escucharlas porque da por descontado que la suya es superior. Hace esperar a los demás porque es persona importante y no le importa el tiempo de los otros.   

Son muchas las situaciones similares a las anteriores que se viven a diario y usted fácilmente podrá complementar la lista y pensar en nombres de personas que actúan así.  Es preciso reflexionar y analizar si se es parte de ese grupo de personas egoístas, que quieren conseguir lo que sea ignorando a los demás. Tal parece que para ellos la amabilidad, la generosidad y el compromiso sorprenden. Incluso, la bondad a veces es tomada como debilidad y la cortesía como bobería. 

Nos negamos a entender que tales comportamientos atentan contra la posibilidad de progreso personal y colectivo. Las metas de desarrollo de la ciudad serán inalcanzables si a cada persona sólo le preocupa satisfacer sus expectativas sin importar el daño que se le cause a toda una comunidad. Se desconoce que lo mejor para todos es lo mejor para uno.

La próxima vez que experimente el deseo de tomar ventaja de algo o de alguien,  deténgase y reflexione. Recuerde: no le haga a los demás lo que no quiere que le hagan a usted.

Cada persona tiene el derecho de ver las cosas desde su propio sitio y circunstancias. No pretenda que los demás tengan que pensar y actuar como usted. Respete y evite juzgar o hacer comentarios sobre otros a la ligera.

Colabore, preste apoyo, ayude, muestre su buena actitud hacía los demás. De a los demás el trato que le gustaría que le dieran a usted. Es posible que algún día necesite del apoyo y solidaridad de los otros. Siembre para recoger.

Ser amable y generoso da muy buenos dividendos. Salude, sonría, dé las gracias, ceda el paso, aporte con gusto, escuche, celebre y analice las iniciativas de otros. Usted se gana fácilmente la voluntad de las demás personas si las trata con amabilidad.

Credito
Martha Cruz - macruztol@yahoo.com

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