Desayunos de trabajo

Con el propósito de hacer rendir la actividad diaria el desayuno de trabajo es un tipo de invitación que se volvió muy usual en las instituciones y empresas.

La hora más adecuada para invitar es entre 7 y 7:30 a.m., pero una vez cumplida la hora fijada, se deberá dar inicio sin dilación con quienes atendieron la convocatoria y sin esperar a los retrasados.

Es una invitación que se puede cursar telefónicamente, si la envía por internet o en físico, precise el tema a tratar y, de ser posible, la agenda y hora de terminación. La confirmación por parte de los invitados es muy importante, así no se solicite la nota de invitación.

Este tipo de evento usualmente es corto y se anticipa que no dure más de dos horas. Suele ser informal en su etiqueta, pero se mantienen vigentes todas las normas de cortesía. Al anfitrión le corresponde recibir a sus invitados y es de mal gusto hacer esperar por su presencia.

Sea una entidad pública o privada, en la cabecera de la mesa se deberá ubicar el anfitrión y quienes éste designe según el caso; lo más práctico es utilizar portanombres para asegurar la ubicación correcta de acuerdo con el protocolo que corresponde. Los demás invitados podrán ocupar los sitios a su gusto pero, preferiblemente dando continuidad, es decir, sin dejar espacios entre los comensales.

El menú seleccionado deberá ser liviano teniendo en cuenta que los asistentes continuarán con la jornada laboral. En caso de tener alguna restricción en la dieta no tema advertirlo a quien invita, por el contrario, lo correcto es avisar con anticipación a los anfitriones u organizadores y no esperar a tener el plato frente a usted para pedir que se lo cambien. Recuerde que plato servido es plato cobrado así no se consuma, o tal vez plato perdido.

Sea un buen vecino a la hora de comer, su forma de hacerlo no debe incomodar a quienes están a su lado o al frente. Recuerde las reglas de oro: comer con la boca cerrada y no hablar con la boca llena. Olvídese de soplar si la bebida está caliente o de revolver los líquidos para enfriarlos, espere unos minutos para su reposo. No se le ocurra meter un trozo de pan en el chocolate, eso déjelo para hacerlo en casa y cuide de no hacer ruido con los cubiertos. Permita que el mesero retire los platos, no los corra del sitio en que los han ubicado.

¡Y disfrute su desayuno, para comenzar un buen día!

*Asesora y formadora en Desarrollo de Habilidades Sociales y Productividad Personal.

macruztol@yahoo.com

Credito
MARTHA CRUZ

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