La importancia de saber sobre Protocolo

¿Se imaginan cómo sería jugar un partido de fútbol sin reglamento? Sería una batalla campal, pues con tal de ganar, cada jugador haría su voluntad; darían patadas por doquier, el apasionamiento les haría decir palabras de grueso calibre, y seguramente se lastimarían unos a otros al no respetar los espacios.

Es por ello que en todos los deportes se hizo necesario establecer unos reglamentos rigurosos que se deben cumplir y hay sanciones para quienes los transgredan, aún en encuentros amistosos; con ello se busca compartir reglas claras, controlar los impulsos personales y evitar conflictos, porque solo así es posible disfrutar del juego.

Lo dicho es válido no solo para los deportes, también para el ejercicio de las profesiones, varias de las cuales cuentan con protocolos especialmente rigurosos como la medicina, el derecho, la ingeniería, y su incumplimiento acarrea sanciones. Así mismo, instituciones como las iglesias, las organizaciones empresariales, gremiales y ciudadanas, también acuerdan protocolos.

En todos los casos se espera no solo que se cumplan, sino que se interioricen a fondo hasta lograr que terminen siendo comportamientos espontáneos y no se tomen como complicaciones; que se entiendan como la forma de establecer un orden, procurar un trato respetuoso responder a las expectativas de sus integrantes y de otros.

Es lamentable, por ejemplo, observar cómo políticos, funcionarios públicos, directivos y personajes públicos desconocen ciertas normas de comportamiento, y sus actitudes evidencian desconocimiento, inclusive de lo establecido por el Estado para diversas circunstancias de la vida pública. Y llama la atención que cuando se habla de la práctica del Protocolo en el desempeño de la actividad pública, la gestión empresarial o la vida social, a muchos les parece que es complicación, enredo, cursilería o algo superficial. Nada más lejano de la realidad.

Es imperativo entonces, que acepten con humildad que no conocen lo suficiente sobre el tema y tomen la decisión de incluir en su agenda, por agitada que ella sea, el tiempo adecuado para aprender del asunto antes de lesionar más su imagen y hacer daño a otros. Nunca es tarde para aprender, así que hágalo ahora, sin duda alguna, es una inversión muy rentable. Conocer y practicar el protocolo y buenas maneras aplicables en unas y otras circunstancias le ayuda a establecer y conservar buenas relaciones a todo nivel, le dará seguridad para actuar en diversos escenarios y le ayudará a proyectar una buena imagen suya, y de las personas o entidades que representa.

*Asesora y formadora en Habilidades Sociales y Productividad Personal.

macruztol@yahoo.com

Credito
MARTHA CRUZ

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