Recuerde ser agradecido

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Lamentablemente con mucha frecuencia observamos cómo se ha olvidado la actitud de expresar agradecimiento e incluso se llega a pensar que solo hay necesidad de expresarlo por cosas que se consideren significativas.

En general, no se enseña a ser agradecido y a los niños es poco lo que los educan para que expresen gratitud, así, muchos llegan a adultos sin valorar todo lo que padres, personas que los cuidan, y demás de su entorno hacen por ellos.   
Ocurre lo mismo con los cumplidos. Con frecuencia la gente por una incorrecta comprensión de la modestia responde en forma inadecuada cuando recibe un cumplido, cuando exaltan su mérito, reconocen su esfuerzo, o le agradecen un favor recibido. No lo agradecen, o no lo hacen de manera correcta y con ello no se contribuye a crear la buena costumbre de ser agradecidos.

Un cumplido es un obsequio así que aprenda a agradecerlos. Cuando le digan que hizo un buen trabajo, que su blusa nueva le queda bien, o que está bonita o chusco, responda de manera asertiva, dé las gracias por haberlo observado, y por lo bien que lo hace sentir o porque le anima el día, en fin, diga algo amable, no haga sentir mal al oferente al dar una insulsa interpretación a sus conceptos. 

Cuando haga un obsequio y quien lo reciba le agradece y dice “que está muy bonito”, “que le gusta mucho”, diga “que bueno que le gustó” “me alegra que sea de su gusto”. Absténgase de decir “hay perdonará”,  “perdone lo poquito”, o  “que va…eso no es   nada”. 

Los buenos y los malos hábitos son el resultado de la repetición de un comportamiento y, si son buenos, es importante que se arraiguen, hasta que surjan en forma espontánea sin que haya alguien atrás recordándole cada vez que actúe de esta u otra manera. Es ahí donde juegan un papel importante los padres y los maestros que deben ocuparse de ello desde los primeros años para asegurar que los niños adquieren comportamientos correctos, y para ello nada mejor que enseñar con el ejemplo.

Es válido recordar lo que algunas investigaciones dicen sobre la gratitud y su efecto en nuestro bienestar, por ejemplo: que ser una persona agradecida contribuye al buen funcionamiento cerebral, a disminuir el estrés, a ser más positivo y optimista y a sentirse útil.

Cuidemos nuestra forma de comunicarnos, aún en asuntos que pudieran parecer insignificantes, pero que en verdad no lo son. Los pequeños detalles tienen una gran capacidad para hacer amables nuestros días, contribuye a desarrollar una actitud positiva y hacen la diferencia al relacionarse con los demás.
“La gratitud siempre tiene cabida en nuestra vida. Estudios demuestran que la gente agradecida es más feliz porque en vez de preocuparse por las cosas que le faltan, agradece lo que tiene”, Dan Buettner

Credito
MARTHA CRUZ

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