Si usted cree que decir sí a todo cuanto le plantean o solicitan, logra como resultado agradar a todos, está muy equivocado. Serán muchos más los que opinen que usted es una persona débil, sin carácter, e incapaz de respetar las prioridades.
Es posible que con frecuencia usted se pregunte por qué ciertas personas no cambian, o porque en algunos sitios la gente no atiende bien o por qué hay personas tan fastidiosas a la hora de relacionarse con los demás.
En la gestión de las empresas e instituciones es común invitar a almorzar o desayunar a personas consideradas claves, ya sean colegas, clientes o prospectos de clientes, para tratar proyectos o cerrar negocios. Cualquiera que sea la situación deberá ser un momento amable donde se den condiciones para avanzar y generar confianza entre las partes.
Cuando reciba una invitación, sea para un evento social o empresarial, tenga en cuenta lo solicitado por los anfitriones y cúmplalo por cortesía y respeto con quienes amablemente lo convidan.
Es importante reiterar sobre este tema tan cotidiano. Ocurre que con frecuencia no se cuida la forma en que se come, ya sea porque piensan que no es importante o porque en la casa no les han cultivado la correcta manera de hacerlo.
En ocasiones sentimos que la vida es muy complicada y difícil y ello puede generar altos niveles de estrés. La buena noticia es que esta situación es posible mejorarla y llegar a alcanzar una vida más sana, si ponemos de nuestra parte y nos proponemos a modificar ciertos hábitos personales o introducimos comportamientos que se consideran positivos.
¿Cómo va el cumplimiento de sus propósitos para este año? Con frecuencia nos encontramos ante la situación de que nos formulamos muy buenos propósitos sobre las cosas que queremos hacer pero, luego, en la práctica posponemos el momento para concretar las acciones necesarias para hacerlos realidad.
Algunos disculpan su uso como una forma para distraerse, de controlar los nervios, de olvidar el uso del cigarrillo, de limpiar la boca, de suprimir el apetito, o de reducir la acidez de la boca o estomacal. Es posible que tenga esas bondades, pero de todas maneras el masticar chicle en público no deja de ser una muestra de mala educación.