Con frecuencia las personas no saben cómo comportarse con quienes tienen alguna discapacidad o alguna característica especial.

Lamentablemente con mucha frecuencia observamos cómo se ha olvidado la actitud de expresar agradecimiento e incluso se llega a pensar que solo hay necesidad de expresarlo por cosas que se consideren significativas.

El segundo semestre del año suele ser la temporada en que se realiza el mayor número de bodas, evento que demanda la mayor planeación y detalle en el marco de las actividades sociales y familiares.

¿Se imaginan cómo sería jugar un partido de fútbol sin reglamento? Sería una batalla campal, pues con tal de ganar, cada jugador haría su voluntad; darían patadas por doquier, el apasionamiento les haría decir palabras de grueso calibre, y seguramente se lastimarían unos a otros al no respetar los espacios.

Somos seres sociales, vivimos en comunidad y hacemos parte de muy diversos grupos; por ejemplo, la familia, en el colegio o universidad, en el trabajo, en el vecindario, con quienes hace deporte y con quienes sale de rumba.

Por estos días es pertinente volver a este tema del cual escribí con anterioridad. Si bien estamos en época de fiestas y la rumba motiva a subir el volumen a los equipos, con seguridad se disfrutará más de la compañía de familia y amigos si el volumen de la música permite que pueda conversar con ellos.

Junio es una época de mucha diversión para algunos, mientras no lo es tanto para otros, esto último originado con frecuencia por las molestias que causan el mal comportamiento, los desmanes y el desorden de algunas personas.

Llegó junio y con él la temporada de festividades regionales, días en que se espera disfrutar de la cultura local, promover sus expresiones más tradicionales y exaltar su valor.

Es agradable recibir visitas y es una bonita expresión de amistad y afecto visitar a las personas enfermas.

Con frecuencia advertimos en las tarjetas de invitación que se reciben, la poca atención que se da a las mismas. La razón es que organizadores y anfitriones subestiman la gran importancia que ellas tienen y delegan decisiones sobre las mismas a terceros, o a las empresas que prestan el servicio de impresión o de diseño, en el caso de las invitaciones virtuales.