La gloria del automovilismo bogotano Juan Pablo Montoya visitó Ibagué para conocer en vivo y en directo los niños beneficiados con su fundación Fórmula Sonrisas, que preside su esposa Connie Freydell.

El piloto, que llegó junto con su hija Paulina, al desayuno de trabajo desarrollado por su esposa en el Club Campestre, aseguró que espera contar con el apoyo de benefactores para que la entidad sin ánimo de lucro pueda extender su cobertura.

Sin embargo, prefirió no dar mayores detalles, porque tiene claro que quien lleva el ‘timón’ de Fórmula Sonrisas es su compañera, pues él está dedicado a su mayor pasión: las carreras, en las que espera obtener un par de victorias en la fórmula Nascar, de las 19 que tiene pendientes este año.

Para lograr su cometido, ansía que lo acompañe la suerte para no volver a caer en los errores de equipo que lo han tenido lejos del podio.

Operación Nuevo Armero 

Así como Montoya habló de sus proyectos, Connie Freydell indicó que con una inversión que supera los 981 millones de pesos la Fundación Fórmula Sonrisas ha logrado a través del proyecto Nuevo Armero beneficiar a mil 881 niños tolimenses de los estratos Cero, Uno y Dos, complementando su educación académica con disciplinas deportivas y promoviendo valores. 

“En la actualidad beneficiamos con clases de educación física a mil 731 niños de las instituciones educativas Alberto Castilla y Raíces del Futuro. Dictamos seis mil 370 clases de fútbol y baloncesto y mejoramos la calidad de vida de los niños en una zona golpeada por la violencia”, explicó Freydell.