Alfonso Cruz se lanza a la política

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Tener a su mamá en la comodidad y tranquilidad del campo llevaron al empresario a decir adiós a la tierra en la que por 21 años embelleció a las mujeres y resaltó el atractivo de los caballeros que se hicieron sus clientes.

Alfonso Cruz, el peluquero de cabecera de empresarios, políticos, modelos y reinas del Tolima, cierra su salón en Ibagué para partir a Lérida, donde se instalará de tiempo completo, entre otros para echar a andar su campaña por la curul al Concejo.

El estilista tendrá el aval del partido Liberal, el mismo que 18 años atrás lo apoyó para su búsqueda de un puesto en el cabildo de la capital tolimense. 

Su meta en esta nueva etapa es lograr su máximo sueño: ejecutar un parque gastronómico y artesanal en la vereda Iguacitos, proyecto arquitectónico que pretende se convierta en una alternativa económica para los moradores de este caserío.

Además de la contienda electoral, lo mueve a regresar a la tierra en donde creció y donde sueña morir acostado en una hamaca leyendo un libro de Paulo Coelho, el que su mamá pueda disfrutar en sus últimos años del aire puro y la tranquilidad del campo.

“Estoy cerrando un ciclo profesional en mi vida. Mi mamá es de Lérida y me ha estado acompañando desde hace ocho años aquí y ya es hora de que haga este sacrificio por ella: retornaremos a sus orígenes”, refirió.

A la vez indicó que no se va millonario, pero sí muy feliz y lleno de satisfacciones, entre otras porque pudo dar un estatus a la profesión. 

Esto no quiere decir que Alfonso Cruz guardará sus tijeras; todo lo contrario: en Lérida está montando un salón de belleza mucho más grande, en el que espera continuar poniendo sus manos al servicio de la belleza. El 60 por ciento de sus clientes serán las damas de la alta sociedad tolimense que lo visitan y el resto público nuevo.

Su cercano cambio de residencia ha causado muchas lágrimas en las mujeres que confiaban en su trabajo, lo que lo obligó a no desvincularse por completo de la Musical. Para ello está cuadrando con su secretaria una agenda, en la que dos veces al mes atenderá en un local de un exempleado suyo.

Credito
EL NUEVO DÍA

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