Adiós a Ricardo Espinosa, un grande de la fotografía en el Tolima

Crédito: Suministrada - EL NUEVO DÍA
Durante décadas ‘Richie’ como le decían sus amigos, se encargó de enaltecer e informar al departamento a través de valiosas imágenes que marcaron la historia y harán que su talento permanezca en la memoria de los tolimenses.
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La fotografía es el arte de capturar imágenes empleando la luz y los mejores ángulos, pero sobre todo dedicándole ganas y pasión para que cada foto comunique y remueva emociones. No todo aquel que tiene cámara necesariamente sabe sobre el arte de comunicar a través de la imagen; no obstante, Ricardo Espinosa siempre se caracterizó por ser de los mejores en su trabajo, y de los más veteranos.

Como un hombre apasionado, cómico, amable, solidario, hogareño, trabajador, y enamorado de la vida se le conoció a ‘Richie’, quien siempre estuvo dispuesto a enfrentar los retos más complejos con tal de cumplir con su labor de reportería gráfica.

“Ricardo era muy amable, él sabía escuchar, y tenía una particularidad y es que era un hombre de una alegría y energía la berraca. (…) Daba sopa y seco caminando; estaba en primera fila cuando se le necesitaba. Él estaba listo para una foto social o para una foto en acción, para una toma guerrillera o para ir a hacer una crónica, para lo que sea, siempre estaba listo”, afirmó Esperanza Páez, periodista, excompañera de trabajo, y amiga de Ricardo.

Su trayectoria

Después de pensionarse de Telecom se dedicó a su verdadera pasión que era estar detrás del lente, y es que Espinosa se desempeñó en el mundo de la fotografía por décadas. Trabajó para varios medios locales como los extintos Tolima 7 días o Nuestro Diario, casas editoriales en las que se sintió orgulloso de mostrar su talento, y donde conoció compañeros y colegas a los que les solía compartir sus saberes, pues su vocación de servicio siempre fue una de sus grandes cualidades.

“Al ‘viejo Richie’ lo conocí hace unos 20 años; siempre era un caballero, una persona con un don de gente tremendo, colaborador, amigable y sociable. Él me veía como joven en el campo de la fotografía, nosotros trabajamos como reporteros gráficos en Tolima 7 días, y me daba los consejos para saber cómo desempeñarme, siempre lo hacía con mucho agrado y nada de egoísmo o envidia”, contó Jorge Cuéllar, reportero Gráfico de El Nuevo Día.

Su amor por lo que hacía se reflejaba en cada imagen que terminaba siendo la primera plana de alguno de los diarios, lo que le inspiraba a seguir ejerciendo su profesión. Tanto así, que cuando ya no trabajaba en medios de comunicación siempre buscaba la manera de moverse, entre una idea y otra encontraba cómo seguir mostrando la pujanza que caracteriza a los tolimenses.

“Era muy inquieto, los últimos años que no estaba vinculado a ningún medio él me llamó y me decía ‘Panchuela tengo un proyecto, por qué no sacamos una revista de esto o de lo otro, el Tolima tiene mucho que hacer y que dar’’’, agregó Páez.

Aparte de ese carisma para capturar imágenes, sus compañeros de trabajo disfrutaban compartir espacios con él porque se caracterizaban por las carcajadas; donde fuera que iba tenía un chiste que hacía reír al periodista y al entrevistado, rompía el hielo y hacía los espacios más amenos.

“Ricardo era muy de chistes pero aterrizados que dejaban una enseñanza. Era muy apegado a Dios, y crítico del Gobierno”, refirió Páez.

Su amor por la familia

Como un hombre entregado a su hogar lo describe Páez, quien recuerda que siempre en cada viaje de trabajo buscaba el modo de llevarle algún presente a Alba Salazar, su esposa. Y su amor también era inmenso por sus hijos Juan David y Daniel Ricardo Espinosa Salazar, de 22 y 24 años respectivamente.

“Era un hombre profundamente amoroso de Alba y sus hijos, un enamorado. Cuando viajaba se me perdía en algún momento y era porque estaba comprando algún detalle, dulce o cosa para Alba”.

Y ese sentido filial que tenía por sus seres queridos también lo tenía por sus amigos para quienes estaba cuando lo necesitaban, porque siempre tenía algo que enseñar o qué decir.

Benita, su lorita favorita

Todo aquel que entraba a la casa de Ricardo se convertía en su familia, y es que su corazón solidario se destacó durante sus acciones que se vieron reflejadas cuando sin pensarlo decidió brindarle un hogar a Benita, un ave que quedó desamparada cuando era una cría, su madre había sido devorada por una culebra.

Benita se desplazó durante nueve años como un miembro más de la familia al interior de la casa de Ricardo, no obstante una orden de Cortolima y la Policía Ambiental, hizo que se la llevaran para el Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre, CAV, en Llanitos; lugar donde ha permanecido durante más de un año.

De esta manera, ‘El viejo Richie’ se fue y no pudo despedirse de su amada mascota.

Ricardo falleció el domingo en horas de la tarde a causa de una infección en los riñones.

Credito
EL NUEVO DÍA

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