La virtualidad, una importante aliada para la cultura y sociedad tolimense

Crédito: Suministrada / EL NUEVO DÍA
Fueron las plataformas digitales y otras estrategias los ‘salvavidas’ para que pudiese reactivarse la economía e industria cultural. Conciertos, festivales, recitales, talleres, encuentros, bibliotecas y teatro en formato virtual, los protagonistas del año.
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A pesar de las adversidades que trajo la pandemia y su obligatorio confinamiento, y que además fuera la cultura junto al entretenimiento una de las áreas más afectadas, el arte se mantuvo activo de manera titánica durante el 2020. La virtualidad, fue reto y oportunidad, sin duda alguna.

En el Tolima, el quehacer cultural no estuvo ajeno al tema de pérdidas y angustias; sobre todo, entendiendo que Ibagué como ‘Ciudad Musical’ tuvo que guardar voces e instrumentos, y de ahí, varios establecimientos y agendas públicas y privadas decidieran cerrar o cancelar.

Sin embargo, fue la virtualidad y otras estrategias los ‘salvavidas’ para que pudiese reactivarse la economía e industria cultural.

Fueron conciertos, festivales, recitales, talleres, encuentros, bibliotecas y teatro en formato digital los protagonistas del año.

 

Un panorama gris

La aparición del Covid marcó un nuevo rumbo para la cultura. Por ello aquellas festividades que son insignia en la región pasaron a un panorama incierto y desalentador; no hubo Semana Santa, Fiestas del Folclor ni conmemoraciones por fundaciones.

Las administraciones tuvieron que pensar y actuar de inmediato, pese a que el objetivo principal ha sido la salud. Unos meses agridulces que dieron como resultado el aplazamiento de festivales insignes, así como la cancelación de otros que se proyectaban de manera importante. Durante los primeros meses del año, el vacío económico afectó principalmente a promotores y artistas, obligándolos incluso a cambiar los escenarios por las calles, estrategias como las convocatorias de estímulos ‘exprés’ funcionaron como plan de choque.

 

De caídas y esperanzas

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Uno de los temas que más tuvo repercusión en la agenda informativa del departamento y a nivel nacional fue el inminente cierre de La Coral, una ‘institución’ de la música tradicional colombiana que se vio afectada a tal punto de entregar la sede en pleno Centro de Ibagué.

El clamor de su más de 30 músicos, entre ellos duetos y tríos, entre los pocos que podían salir, buscaban monedas en las calles, mientras otros por su edad pasaban tiempos difíciles sin sustento económico. Una historia de más de 50 años se vio pendiendo de un hilo.

No obstante, empresarios de la región unieron esfuerzos y generaron un nuevo espacio en el que paulatinamente desde el próximo año volverán a sonar los tiples, guitarras y voces. Mientras tanto, las administraciones locales gestionaron presentaciones en lo corrido del 2020, bajo todas las medidas de protección.

Asimismo, Ibagué, a pesar del cambio de varios jefes de cartera en el año, en el segundo semestre consiguió la primera Zona ADN (Área de Desarrollo Naranja) bajo el nombre de ‘Capital Musical’, mediante el decreto 0482 del 24 de septiembre.

Esto permitirá a la ciudad y a la región, que desde el polígono de 25 hectáreas se geste y consolide un eje de desarrollo cultural, económico y social, acrecentando la industria musical.

Y sumado a ello, la postulación ante la Red de Ciudades Creativas de la Unesco, en la categoría de la Música, trayendo para el 2021 importantes retos y mucho trabajo por parte de mesas consultivas con artistas de la región, y el apoyo técnico de destacados personajes de la escena tanto local como nacional.

 

Los festivales ‘on line’

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Una de las grandes apuestas que tuvo la cultura en el 2020 fue el paso hacia la virtualidad, que trajo consigo adaptarse a las plataformas tecnológicas como ‘esperanza’ para seguir llevando el arte a cada uno de los hogares.

De esa manera, la agenda se reestructuró y a través de las redes sociales, canales de televisión e incluso la radio, estos fueron transmitidos. Dentro de la oferta se destacan los 25 años del Festival Nacional de Música Mangostino de Oro, con una producción destacada a nivel nacional e internacional.

De igual manera, el Festival Nacional de la Música Colombiana que reunió a los mejores exponentes del país; y otros como el Ibagué Ciudad Rock, la Plataforma Disonarte, el Góspel, el Ibagué Blues Festival y los concernientes a danza tradicional y contemporánea, teatro, poesía y cine.

Cabe resaltar que encuentros anuales como el Ármate de Arte, llegó a los 15 años, y el Encuentro Ibagué Hip-Hop tuvo dos fechas y celebró nueve años. El Ibagué Festival no logró desarrollarse.

Otra de las apuestas estuvo desde el área audiovisual, pues festivales nacientes como el Mobile Film Festival surgieron como plataformas para narrar la manera en que se vivió el confinamiento.

En cuanto al tema textil, se cumplió la edición número 11 de Ibagué, Negocios y Moda, con una agenda académica que contó con importantes invitados y la tradicional rueda de negocios, todo desde la virtualidad.

El tradicional Festival Folclórico Colombiano esta vez no se vivió en las calles, solo dos encuentros - Nacional e internacional -  se llevaron a cabo a través de las redes sociales, pero sin duda el vacío de la fiesta nacional quedó entre los tolimenses. Incluso los días del tamal y la lechona fueron restringidos.

 

Las novedades

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A pesar de las restricciones de desplazamiento, los artistas tolimenses llegaron a otras latitudes con importantes intercambios. Entre ellos, Nicolás Beltrán, Luis Felipe Cifuentes que expusieron en la Mifa Gallery de Miami, bajo la curaduría de Darío Ortiz.

José Augusto Rivera Castro, el hervense que llevará su escultura ‘Ritual de reconciliación’ hasta El Vaticano al Papa Francisco; además de la artista Juan Camilo Arévalo, que se quedó con el segundo lugar del Premio Arte Joven, y la obra de la maestra Mariana Varela, única tolimense relatando desde el dibujo la pandemia en el MamBo.

El Museo de Arte del Tolima cumplió 17 años y aunque cerró de manera total sus puertas durante varios meses, replanteó sus dinámicas y se volcó a las muestras virtuales. Por otra parte, desde la música, el Tolima participó en Circulart, el mercado musical más importante de Latinoamérica.

 

De educación y periodismo de soluciones

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Las buenas ideas del área rural, principalmente, hicieron regresar las clases a la radio, como lo fue el caso de Murillo y el sur del Tolima donde los profesores generaron contenido para sus estudiantes, quienes entre montañas no tenían acceso a la señal de internet.

Siguiendo la línea de educación, el Conservatorio del Tolima cumplió con dos nuevos programas que ponen en el mapa a Ibagué desde la Lutería y la Producción de audio y sonido, con equipos y profesionales que renovarán las dinámicas del país.

Los escritores también participaron en las ediciones virtuales de la Feria del Libro, y otras académicas en las que las universidades de la región se destacaron. Se realizó el segundo Bioblitz, y documentales como El Caimán de Apaporis y Margures Managrande llegaron a las pantallas grande y chica nacionales.

Finalmente, desde el periodismo regional, dos destacadas actividades fueron bandera en lo corrido del año: la Noticiatón con más de 24 horas de información de soluciones; y la primera Semana Cultural Virtual de EL NUEVO DÍA, donde se congregaron diversas manifestaciones del arte tolimense.

 

Cambios en la Arquidiócesis

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Por designación del Papa Francisco, el nuevo Arzobispo de Ibagué es monseñor Orlando Barbosa, quien asumió en julio su título, realizando importantes cambios que según su objetivo serán de beneficio para los creyentes de la capital del departamento y otros municipios.

Asimismo, monseñor Miguel Fernando González, quien fue el Administrador Diocesano mientras tomó en propiedad monseñor Roa, es el nuevo Obispo de la Diócesis de Espinal. Estas buenas nuevas para la iglesia Católica tolimense, fueron recibidas con agrado por la ciudadanía.

Credito
EL NUEVO DÍA

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