El arte abstracto se toma el MAT con la exposición ‘El color de la memoria’

Crédito: Jorge Cuéllar – Suministradas por el MAT / EL NUEVO DÍALa exposición estará disponible hasta principios de mayo en el Museo de Arte del Tolima.
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Desde ayer se inauguró esta muestra del artista guajiro Douglas Mendoza, quien a través de 15 pinturas demuestra cómo el color se ha convertido en el protagonista de su obra, y cómo por medio de este intenta comunicar parte de sus recuerdos o anécdotas.
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Nacido en La Guajira pero radicado hace 20 años en Bogotá y dedicado hace 25 años a la pintura, Douglas Mendoza se caracteriza por desarrollar su obra en la corriente del expresionismo abstracto o abstracto lírico.

Dichas líneas artísticas enmarcan la exposición de ‘El color de la memoria’, en la que se reúnen cuadros elaborados desde 2017 hasta 2021; en estos la luz juega un papel importante que se refleja en la calidez de los colores.

“Con el tiempo se van advirtiendo cambios en cuanto a la estructura de los cuadros, si bien hay unos que están de lado geométricos, hay otros que sí son más orgánicos y más influenciados por fauna y recuerdos de paisajes más figurativos”, comentó Mendoza.

 

Su incursión en lo abstracto 

Douglas Mendoza

La llegada de Douglas a lo abstracto se hizo de manera gradual; anteriormente se dedicaba al arte figurativo pero con el tiempo descubrió que se sentía limitado y decidió darle espacio al color para que sus pinturas surgieran sin planes ni bocetos previos, sino con el sentir de cada pincelada.  

“Mi pintura no siempre fue esta, era figurativa, pero eso fue desapareciendo con el tiempo porque todo lo que yo quería expresar en el color, esas formas, comenzaban a incomodarme y a quitarme libertad, palabras y discurso; así que ese trabajo figurativo fue desapareciendo y el color fue tomándose ese espacio, fue inundando la forma de contar y el que se comenzó a comportar como el protagonista”, expresó Mendoza.

Es por esto que gran parte de su obra está enfocada en paisajes, fauna y experiencias que recuerda en cada encuentro con el pincel, lo que hace que cada cuadro esté cargado de emociones que buscan ser contadas.

“A diferencia de muchos pintores no tengo una planificación antes de hacer un cuadro, casi que por lo general me lanzo al lienzo en blanco con la paleta de colores, los pinceles y mis recuerdos, esos siempre llegan, están ahí presentes. Siempre hay una palabra, un atardecer dándome vueltas, un canto de pájaros, una anécdota”, contó.

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Credito
Redacción Sociedad

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