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“Muchos (menores) no pueden acceder a este alimento porque sus madres se encuentran enfermas o vulnerables en etapa de posparto y preocupadas por sus niños que están hospitalizados y en grave estado de salud, dichas condiciones psicológicas pueden dificultar la producción de leche”, explicó Lagos.
Y fueron estas dificultades y necesidades las que impulsaron a la también pediatra, a crear el Banco que empezó a funcionar desde hace ocho años, tiempo en el que se ha ayudado oportunamente en sus primeras semanas de vida a los bebés.
“Queremos ofrecer a todos los niños la misma oportunidad, el mismo derecho de la vida en cuanto a alimentación con leche humana”, agregó.
Con el paso del tiempo se ha contado con diferentes mujeres donantes, incluso varias repitieron este aporte; sin embargo, por la pandemia las donaciones disminuyeron, pues hubo inconvenientes con “la limitación del transporte, se presentaron dificultades para ingresar a las casas de las donantes a conjuntos o edificios, pero son cosas que se van superando. Tenemos unos protocolos de bioseguridad que siempre los hemos utilizado y que se le enseñan a la mujeres, (incluso) desde antes del Covid”.
Cuando el personal va a recoger la leche, la materna decide si permite su ingreso o no a las viviendas.
“Es muy importante en (este) momento nuestras mujeres lactantes que están amamantando y que sus hijos se están beneficiando, extienden ese beneficio y amor hacia otros bebés que no son los suyos”.
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