Familias de veredas ubicadas en límites de Rovira y Ortega están incomunicadas

Crédito: Suministrada - EL NUEVO DÍA El lunes por la noche una creciente del río Cucuana arrastró el puente artesanal. Ahora hay más de 200 familias incomunicadas.
Desde hace 10 años los habitantes de veredas como la Calichosa (Rovira) y Balso Frutero (Ortega), sortean el río Cucuana con puentes artesanales o ‘hamacas’, que terminan siendo arrastradas en invierno. El más reciente hecho ocurrió el lunes, cuando una creciente dejó a decenas de familias sin forma de movilizarse.
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Una vez más los habitantes de las veredas Calichosa, Balso Frutero, Balsa Rocío y Bellavista, ubicadas en los límites de Rovira y Ortega, quedaron incomunicados tras la fuerte creciente del río Cucuana que arrastró la ‘hamaca’ que habían construido con tablas y guaduas.

Algunos residentes señalaron que son 25 años con la problemática y recordaron que a pesar de que se cuenta con una acción popular a favor de por medio, las soluciones no llegan.

“Habíamos hecho un puente artesanal y prácticamente quedamos incomunicados y ahora para sacar los productos, el aguacate, maíz, café, quién sabe por dónde, porque quedamos bloqueados, ojalá los gobernantes se pongan la mano en el corazón”, comentó un ciudadano.

RIÓ

Lo que sucedió fue que durante el fin de semana llovió con intensidad, provocando que el ‘Cucuana’ tomara fuerza y arrastrara con lo que había a su paso. Se estima que son más de 300 familias las que están incomunicadas.

Por su parte, Orlando Herrera contó que son dos años “luchando” para lograr que se construya un paso digno y seguro, “interpuse una acción popular y salió el fallo a favor de nosotros, les dieron 18 meses a los alcaldes (Rovira y Ortega) y a la gobernación de ese entonces para la construcción del puente. De ahí hacia acá se ha venido dilatando ese proyecto y ya estamos cansados, de tanto pedirle al Estado que por favor nos ayuden con la construcción”.

El hecho tiene como antecedente que en 2011 se cayó el puente existente, época en la que un niño perdió la vida, asimismo, un habitante quedó invalido a causa de la ausencia de un paso seguro.

Herrera narró que en las anteriores administraciones, una comisión visitó la zona e instaló avisos de prohibición para que ninguno volviera a cruzar o instalar puentes artesanales en el lugar acostumbrado, sin embargo, “para todas las partes bajas de las veredas, ese es el paso rápido que tenemos nosotros, porque estamos muy cerca de la vía central, que viene del corregimiento de Playarrica hacia Rovira”.

Explicó que el puente mular más cercano estaría a un extremo de la vereda Balsa Rocío, a dos horas de camino.

Y es que el tránsito no ha sido fácil para los habitantes, quienes ante la necesidad adelantaron  diferentes actividades comunitarias para reunir dinero y pagar algunos estudios que se exigieron, a pesar del esfuerzo, el puente mular no llega. 

 

Acción popular

 

El concejal Edgar Tafur Chávez también recordó la acción popular, documento que en teoría obligaba a las administraciones de Rovira y Ortega a construir el puente en un año con el apoyo de la Gobernación del Tolima, “pero los alcaldes han venido dilatando el proceso y la verdad los que llevan la responsabilidad son el Municipio y la Gobernación, ya que es un puente de alto riesgo, hace años el río se llevó a un niño, hemos tenido accidentes”.

Reiteró que no hay otras opciones de movilidad y que lo último que hicieron los lugareños fue amarrar de un árbol caído la ‘hamaca’ que finalmente desapareció entre las aguas del río. 

“No hay medios por donde pasar, para hacerlo tendrían que meterse de un filo a otro a casi más de cinco horas, para buscar otro puente pero está muy lejos, por eso la gente tiene que pasar por encima de unas tablas”, precisó.

 

Un fallo a favor que solo está en papel 

En 2015 la comunidad instauró una acción judicial en contra de los municipios de Ortega y Rovira, para solicitar la construcción de un puente mular. Un año después un juzgado falló en primera instancia a favor de los demandantes y amparó los derechos invocados. 

En ese entonces, la decisión consistía en un plazo de 12 meses para que las Alcaldías y la Gobernación del Tolima con su apoyo, lograran crear un puente similar al desaparecido en 2011. La media fue apelada, por lo que el caso llegó al Tribunal Administrativo del Tolima y aunque en 2017 se reconfirmó el fallo que daba razón a las comunidades nada sucedió. 

La personera de Rovira, Ana María Enciso, contó que el Ministerio Público hace acompañamiento al caso desde hace seis años y busca que se instale un paso seguro sobre el río Cucuana para los habitantes de su municipio y los de Ortega. 

“Hasta la fecha no se ha producido e incluso hubo un desacato que interpuse en 2017, al ver que no se cumplía esta orden por el juez, el cual duró casi un año en trámite y finalmente fue negado, debido a que los informes enviados por los dos municipios y la Gobernación (daban a entender) que se están realizando acciones tendientes a dar cumplimiento”, esto ocurrió en 2018. 

Pero pasados ya tres años, la comunidad sigue con una aguda problemática sin solución. El más reciente movimiento en el caso, fue un derecho de petición que envió la Personería al Alcalde de Ortega para conocer cuáles son las acciones adelantadas, sin embargo, hasta ayer no se tenía respuesta. 

Igualmente, se envió la misma comunicación a la administración de Rovira, con el propósito de iniciar un nuevo desacato, “para que el juez considere a estas alturas si han dado cumplimiento o no. Estamos en 2021 y el puente mular aún no se le construye a la comunidad”, concluyó.

 

DATO

Geográficamente, las veredas ubicadas en los límites de Ortega, quedan más cerca de Rovira y Playarrica que del mismo casco urbano de su territorio, razón por la cual se arriesgan a cruzar el río Cucuana y a sortear las dificultades.

Credito
Redacción Tolima

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