Veeduría ciudadana logró cambios en diseños del proyecto de Malecón de Ambalema

Crédito: ARCHIVO - EL NUEVO DÍA Los diseños originales incluían la tala de ocho árboles y la poda de 75, con la modificación también, se respetan los rieles de la antigua vía férrea.
Una de las mayores preocupaciones de la Fundación Ambaviva y de los habitantes, era la desaparición de varios árboles y áreas verdes, que hacen parte de un bosque tropical seco.
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Tras los cuestionamientos que giraron en torno a los diseños iniciales del proyecto de ampliación del Malecón de Ambalema, recientemente se conoció que el Consorcio Ingeniería, encargado de la obra, hizo una serie de ajustes que evitarán daños ambientales y patrimoniales, en zona aledaña al actual Malecón.  

Sobre estos cambios hablaron integrantes de la Fundación Amigos de Ambalema Viva, Ambaviva, entidad que hace un riguroso seguimiento a una inversión que supera los $3 mil millones, provenientes de regalías y de la que se empezó a hablar desde el 2018.

El arquitecto Óscar Mauricio Reyes Villamizar, integrante de la Fundación, mencionó que el proyecto tenía varios inconvenientes, que iban a terminar generando daños en la ribera del río Magdalena, pues se planteaba hacer construcciones innecesarias basados en que el río horadaba parte de la orilla, “la verdad no era así, los mismos estudios decían que no, entonces iba a hacer unas obras de relleno sobre el cauce del río”.

Otra de las grandes preocupaciones y que prendió las alarmas de la ciudadanía, fue la tala de ocho árboles, pues varios de ellos tienen al menos 50 años y conforman un bosque tropical seco, ecosistema que está en vía de extinción.

A lo que se le sumaba el permiso para podar 75 árboles, dicha autorización fue vista por Ambaviva como una “excusa” para desencadenar afectaciones, “era un proyecto que iba a generar un daño ecológico y no (brindaba) realmente una solución a problemas reales”.

Reyes Villamizar además mencionó, que otra de las fallas era la ausencia de diseños hidráulicos para los desagües y escorrentías de aguas lluvia.

Por su parte, Gloria Aponte también miembro de la Fundación, comentó que generalmente en esta clase de proyectos se termina dejando a un lado las dinámicas y procesos naturales del río, al igual que, de las áreas que lo rodean.

“En ese primer proyecto se iban prácticamente todos los árboles, porque no los tuvieron en cuenta, normalmente se hace un levantamiento topográfico y los árboles es como si no existieran. Por eso, se pidió el apoyo de la Procuraduría Judicial, Ambiental y Agraria del Tolima, con esa intervención logramos que Cortolima entendiera lo que estaba pasando”, explicó Aponte.

La mujer mencionó que “si cada uno dice yo modifico este pedacito y el otro este pedacito (y así sucesivamente), estamos dando un tremendo mal ejemplo para otros lugares y las generaciones que vienen.

“Este lugar es muy particular porque está frente a la Estación del Ferrocarril, que es patrimonio cultural y que va a ser un (escenario) muy visitado, entonces allí lo que se debe dar, es una muestra de como se debe interactuar con el bosque seco tropical”.

 

¿En qué consisten los cambios?

Eduardo Peñaloza Kairuz, docente de Arquitectura de la Universidad de Ibagué, miembro de la Junta de Patrimonio e integrante de Ambaviva, explicó que tras un seguimiento continuo y argumentar los efectos negativos de la propuesta, finalmente fueron escuchados y se hicieron modificaciones a la idea original. 

En cuanto a los nuevos diseños se incluyó unas estructuras elevadas, “como especies de puentes que están levantados y logra que el agua circule más fácil por debajo e inclusive, que la misma fauna terrestre se pueda mover. Esto es importante, pues se convirtieron en el nuevo proyecto en una especie de balcones que se conecten con el río, me parece positivo”.

De la misma forma, se cambió la altura del muro de contención a construir, pues con la idea inicial se  perdía la vista al río, “era muy alto y lo que hacía era modificar esa relación del municipio con el agua”, ahora la estructura quedó con un medida acorde al paisaje y a la vez se convierte en soporte de los balcones.

El proyecto también contemplaba una rampa de acceso al río para dar abordaje al ferry, lo que significaba la desaparición de un área boscosa y la creación de una estructura que a la larga no iba a ser funcional, pues se iba a construir en un área en la que el río mantiene con un caudal bajo. Una vez entendidos los daños que se iban a causar, en los nuevos diseños ya no aparece la rampa. 

En el lugar ya se adelantó el cerramiento e instalación del campamento, sin embargo, hace 15 días se habría informado que no se iniciaban labores por la falta de suministros a causa del paro nacional. 

CAMBIO

Con los cambios, la idea está orientada a un “sistema de miradores que aumentan el contacto visual con el río Magdalena, que era una de las grandes falencias del proyecto”, comentó el arquitecto Reyes Villamizar.

 

Vigilancia ciudadana no termina

Los miembros de Ambaviva coincidieron en que los cambios que favorecen al municipio, fueron posibles gracias a la participación ciudadana y a la veeduría que puede ser efectiva, pues permitieron abrir paso a una concertación con el contratista y el alcalde Justiniano Chacón. 

A ellos se les mostró “una propuesta, porque no era criticar simplemente un proyecto, que obviamente desde su comienzo traía muchas falencias, sino (presentar) una propuesta de acuerdo a cuestiones relacionadas con la ingeniería y algunos elementos arquitectónicos”, comentó Peñaloza Kairuz.

Pero el trabajo de los miembros de la Fundación no termina, pues ahora la tarea es vigilar que la idea que está en papel se lleve a la realidad.

Por lo que Gloria Aponte agregó que se debe estar pendiente de las intervenciones que se harán, como es la poda de varios árboles para darle movilidad a maquinaria, “ahí creo que hay que estar muy pendiente para que esas podas no deformen los árboles, que no vayan a ser excesivas o agresivas. También, se debe tener en cuenta el cuidado de las raíces”, precisó.

Y Ricardo Borrero, presidente de la Fundación, agregó que la idea es adelantar una veeduría si se puede por medio de Ambaviva, si no como particulares. 

 

DATO

En 2017 el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural aprobó el Plan Especial de Manejo y Protección, Pemp, del centro histórico de Ambalema, no obstante, pasado más de tres años no se conoce aún el acto administrativo del Ministerio de Cultura que le dé validez jurídica. 

$2.861 millones es el valor del nuevo Malecón de Ambalema y el costo de la interventoría es de $288 millones. El tiempo de ejecución es de seis meses. 

Credito
Redacción Tolima

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