¿$1.100 millones a la ‘basura’ por fiestas en Chicoral?

Crédito: Archivo / El Nuevo Día Esta es la cancha sintética que en el 2015 se entregó en Chicoral para promover el deporte.
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Ciudadanos piden que se usen otros escenarios para los conciertos y no afecten el futuro deportivo de los niños y jóvenes como la economía del municipio despilfarrando dinero en reparaciones.
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Varios espinalunos y chicoralunos están indignados porque el alcalde, Juan Carlos Tamayo, designó la cancha sintética como escenario de conciertos para el desarrolló de la versión 38 de las ferias y fiestas del retorno en el corregimiento Chicoral. Lo que traducen como un atentado al futuro y progreso del deporte en el municipio.  

Según la programación, desde el viernes 12 de agosto hasta el lunes se van a realizar varios conciertos donde se espera la presencia de miles de pobladores que van a bailar, saltar, beber y realizar las diversas dinámicas que encierran las fiestas.

Incluyendo el peso de la tarima y la disposición de un estimado de 60 palcos que podrían ocupar la mitad del espacio deportivo. Con el agravante que será en un escenario delicado y que es exclusivo para jugar fútbol.

Algunos de los ciudadanos que tienen el descontento comentaron que, la pretensión no es dañar las fiestas, sino que esperan que el alcalde sea consciente de sus acciones y realice los eventos en otros espacios como se ha hecho por años, pues no son las primeras fiestas.

Esta redacción dialogó con Carlos Suárez, persona encargada de construir el escenario deportivo de aproximadamente 1.700 m2 hace unos ocho años, lo que lo hace conocedor de la estructura del campo de juego. Además reside en Espinal.

“La cancha se basa de un manto sintético que cubre todo el área deportiva que simula la grama, además, el drenaje subterráneo construido en pvc va de forma superficial para sacar las aguas lluvias de la cancha, por consiguiente, es una malla asfáltica delicada”.

Agregó, “este escenario está diseñado para resistir un estimado de 24 personas que están en la cancha de manera dinámica y no estática; la sola tarima con todos los elementos de base puede pesar unas dos o tres toneladas ocasionando el daño, colapso o ruptura de la red hidráulica y del manto asfáltico”.

Suministrada / El Nuevo Día

Suministrada / El Nuevo Día 

Desaciertos 

El veedor Antonio Rodríguez, quien ha recibido el sentir de los diferentes pobladores, y reconociendo la importancia de la cancha sintética para la población, ayer radicó ante la Administración Municipal una carta justificando las razones por las cuales deben abstenerse de desarrollar los eventos en dicho escenario.

“A pesar de todas las crisis económicas que se viven, se han construido unos escenarios de renombre a nivel departamental, que nos costaron hace más de cinco años unos $1.100 millones y ahora por una decisión amañada, quién sabe con fundamento en qué. 

“Y a pesar de que todavía estamos de luto, con la muerte de las personas en la plaza Gilberto Charry, se siguen tomando decisiones que afectan notoriamente el patrimonio y los escenarios que promueven la cultura deportiva a nivel local, sin tener en cuenta lo manifestado por la ciudadanía”. Puntualizó Rodríguez.

Esta redacción intentó comunicarse con el mandatario, sin embargo, como es costumbre, no contestó. Varias personas indicaron que Tamayo, en un medio radial, dijo que tenía $200 millones destinados para el mantenimiento de la cancha y que antes del 31 de diciembre la entrega.

Respuesta, que robustece el descontento de la población, ya que ven esa actitud como un despilfarro de los recursos que el municipio no tiene para reponer una cancha de tal magnitud y que se podría evitar.

Suárez afirmó que ese dinero no sería suficiente para resarcir todos los daños del escenario deportivo, “la cuestión es que primero se debe adelantar un proceso para arreglarla, lo que podría durar más o menos unos seis meses, entonces no habría uso de la cancha.

“Además, cambiar el manto requiere una mayor inversión, y si toca hacer reposición de tubería se debe escarbar, reponer y demás, lo que representa un costo elevado que podría estar en unos $600 millones”. 

En redes sociales, diferentes personas se pronunciaron y en algunos comentarios se puede leer: “de eso se trata, de dañar la cancha para volver a invertir una millonada en contratos para el arreglo y repartirse los dineros”.

Si hay voluntad política y amor por el municipio, se van a realizar los conciertos en otros escenarios.

Antonio Rodríguez.

El viernes en la tarde se estaba cerrando el perímetro con vallas para manejo de personal.

 

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Credito
REDACCIÓN TOLIMA

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