Los estudios perdidos de Ingeominas en el Acueducto Complementario

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Ingeominas en su concepto técnico concluyó que si se seguían sus recomendaciones, se tendría que replantear ubicaciones, diseños y planes de contingencia para cada uno de los componentes, “lo que elevaría los costos del proyecto”.

Un concepto técnico efectuado por Ingeominas a los estudios de factibilidad y diseño para el Acueducto Complementario, pone en entredicho nuevamente este proyecto.

Según el documento, el trabajo elaborado por la firma Estudios Técnicos S.A. no estuvo suficientemente documentada en aspectos de geología, hidrología, geomorfología, geotecnia y amenazas geológicas. 

Incluso, señala que la descripción geológica fue “extremadamente pobre”, al igual que la parte geomorfológica estructural o tectónica. 

“Analizar toda la cuenca de drenaje aguas arriba de la bocatoma es fundamental, ya que cualquier obra sobre el lecho de una corriente, especialmente de tipo torrencial, debe estar diseñada no sólo para resistir los embates de los flujos (..) pues en caso contrario se debe desechar el proyecto, hacer nuevos diseños o buscar otro sitio que reúna las condiciones requeridas”, dice en uno de los apartes el mencionado documento.

Sustentado en este texto oficial, la red de veedurías Revisar también pone “el dedo en la llaga” y cuestiona el hecho de que los trabajos iniciales se hayan efectuado sobre memorias de diseños y planos de estudios de factibilidad deficientes.

Pero ¿por qué ninguno de los actores involucrados en este proceso habló de este análisis de Ingeominas?

Acaso ¿los ocultaron para justificar posteriores estudios?, ¿para tapar errores en el proceso? o lo que sería más grave, el Ibal contrató a Ingeominas para un concepto técnico, ¿pero lo engavetaron y nunca lo tuvieron en cuenta?

Antecedentes 

El Ibal mediante la resolución número 01132 del 6 de septiembre de 1994, adjudicó a la firma Estudios Técnicos S.A. el concurso de méritos II AA – 001-94 para los estudios y diseños del Acueducto Complementario de Ibagué; para ello firmaron el contrato 0380 del 26 de diciembre de 1994. 

Tales estudios se efectuaron entre marzo y noviembre de 1995 y con base en estos, se tomó la decisión de utilizarlos como fuente para el suministro de agua para Ibagué -río Cocora, ubicar la bocatoma en el cauce del afluente, establecer una conducción de 12.5 kilómetros hasta la planta de tratamiento (en el sector de Boquerón) y la construcción de un tanque de almacenamiento y distribución.

Las obras civiles de captación empezaron a construirse en el año 1997 y en febrero de 1998 un aguacero generó una creciente, acompañada de un flujo de escombros en el Cocora, que afectó el área de construcción, causando daños en las obras civiles que se habían construido. 

En tal episodio la altura de afectación fue de dos metros por encima del cauce del río.

En ese momento, el Ibal consideró prudente suspender la ejecución de las obras y solicitar a Ingeominas un concepto técnico, sobre si los estudios efectuados contemplaron, entre otras cosas, las amenazas geológicas.

Sus principales objetivos se centraron en conceptuar desde el punto de vista geológico y geotécnico, si los estudios realizados para seleccionar la fuente, el sitio de la bocatoma, la planta de tratamiento y obras anexas del acueducto complementario de Ibagué, contemplaron las variables amenazas geológicas.

¿Qué hizo Ingeominas?

Ingeominas entregó al Ibal en abril de 1998, un documento titulado “Concepto técnico sobre los estudios de factibilidad y diseño para el Acueducto Complementario de Ibagué”.

En este informe, se valoró el trabajo de Estudios Técnicos y se mencionan aspectos como que no se hicieron trabajos detallados sobre la falla de Ibagué para conocer las características del área. 

“Únicamente se menciona que tiene actividad neotectónica y que controla el cauce de la quebrada Cocora. Se insinuó alto riesgo sísmico por la falla Ibagué – Cocora, pero no se valoró”.

También señala que, “para establecer los costos de las alternativas, se utilizaron datos suministrados por el fabricante de la tubería y análisis de precios unitarios para las actividades de excavación, concretos, vías de acceso, pasos sub-fluviales y pasos elevados. 

Pero, “no se tuvieron en cuenta obras de mitigación, prevención y control de erosión. 

“Se calculan los costos ambientales y financieros, mientras que el valor de las medidas de prevención y mitigación de amenazas geológicas e hidrológicas no se calcularon, porque no se analizaron estos eventos”. 

Entre las conclusiones del análisis de Ingeominas, también se mencionaba que la línea de conducción debía salir del fondo del valle del río, porque estaba controlada por una falla, además de la abundancia de flujos volcánicos y de ceniza de la zona. 

“Se puede decir que los estudios de factibilidad no analizaron los fenómenos de remoción y transporte en masa de la cuenca ni aspectos geotécnicos fundamentales, por lo que en la selección de la fuente y el sitio de la bocatoma no se estudiaron ni se utilizaron totalmente los soportes técnicos requeridos.

“En la trayectoria de la línea de conducción tampoco se estudió la geología, ni las condiciones geomecánicas y estabilidad de los materiales del suelo y rocas”.

Es válido recordar que para la fecha en que Ingeominas (1998) entregó su concepto técnico, el Ibal ya había firmado un contrato con Ingeniería y proyectos Regionales Limitada Inpro Ltda (19 de julio de 2007). 

Lo anterior, para “gerenciar asesoría y estructuración legal, técnica y económica, precontractual, contractual y poscontractual de los procesos de contratación para el Acueducto Complementario”.

Se recuerda este dato porque resulta confuso el hecho de que el Instituto de Geología y Minería, haya pedido, por ejemplo, que la línea de conducción debía salir del fondo del valle del río, porque estaba controlada por una falla. Aspecto que, según ellos, no tuvo en cuenta Estudios Técnicos.

Pero, en declaraciones del exgerente del Ibal, José Alberto Girón, a este medio, se dijo que Inpro (firma que se contrató después de Estudios Técnicos para la actualización de los diseños del Acueducto), no modificó los diseños. 

“Que investiguen”

La red de Veedurías del Tolima Revisar y la Mesa Protectora de los Derechos Humanos Restitu-righs, en un comunicado, pide abrir investigaciones disciplinarias y fiscales a los funcionarios, asesores, consultores y contratistas que han participado en el proyecto desde 1998 a la fecha.

“El fin es que se establezcan las responsabilidades administrativas y penales para llegar a la verdad de lo ocurrido con este desastre de corrupción.

“Le pedimos a los órganos de control informes sobre las medidas fiscales y contractuales que han realizado desde 1998 a la fecha”, dice el documento.

Y también menciona: “Han transcurrido más de 18 años en que se entregó por parte de la firmas Estudios Técnicos, con un horizonte de 20 años. 
“Pero, los magos de las administraciones han manejado nuestros recursos tomando decisiones que no se sabe a qué parámetros obedecen, porque al parecer se dedicaron a trabajar sobre memorias de diseños y planos de estudios deficientes”.

“Mientras tanto, los ibaguereños seguimos aportando a través de nuestros impuestos con la esperanza de algún día tener un suministro de agua. 

“Fue un grave error por parte del Ministerio dar viabilidad a un proyecto que no se encontraba con los suficientes soportes técnicos y científicos exigentes para la magnitud de la obra, siendo el estudio de factibilidad el más importante para la viabilidad de grandes proyectos como lo es el acueducto alterno de Ibagué.

“¿Qué fue lo que ocurrió en el Ministerio que aprobó este adefesio técnico?, valdría la pena averiguarlo”.

En relación a lo que sostiene Revisar sobre la viabilidad por parte del Ministerio, EL NUEVO DÍA recuerda que dicha aprobación por parte de Leila Rojas Molano, exministra de Aguas y Saneamiento, la otorgó el 16 de febrero de 2007.

¿Qué pasó entonces con los estudios de Ingeominas?, ¿lo conocían o lo ignoraban?, ¿lo engavetaron o desaparecieron?, esas son algunas de las inquietudes que deberán resolver los entes de control.

Credito
ANA LUCÍA RIVERA Q. REDACCIÓN EL NUEVO DÍA

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