Alcaldía gira más de $3 mil millones para Acualterno

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Se espera que al terminar 2015 se tenga ejecutada la primera fase del proyecto, a cargo del polémico consorcio Acualterno.

A paso lento se concreta la culminación de la fase I del acueducto complementario, después de que las directivas de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado, Ibal, anunciaran en marzo la adición del 50 por ciento del valor del contrato. El pasado jueves, el Municipio renovó el convenio 051 de 2008 con el Ibal, para aunar esfuerzos técnicos y financieros tendientes a la construcción de la obra.

El ingeniero Ricardo Salcedo, jefe Operativo del Ibal, informó que la Administración municipal ya desembolsó los tres mil 144 millones de pesos, recursos provenientes del empréstito aprobado por el Concejo, con el fin de culminar los 3.7 kilómetros de la línea de conducción a cargo del consorcio Acualterno.

Y explicó que para esta semana se espera que el Ibal firme la adición del contrato 060 del 8 de noviembre de 2011, que inició con una asignación de seis mil 351 millones 851 mil 852 pesos, y que ascendería a nueve mil 495 millones, equivalente esto al 50 por ciento del valor adicional que se permite por la ley, es decir, los tres mil 144 millones que autorizó la Junta Directiva en agosto de 2013.

Según el funcionario, estaría por definirse la construcción desde el kilómetro cero hasta el uno, pues estas obras harán parte del litigio legal que deberá llevarse a cabo con Acualterno ante el tribunal de Arbitramento de la Cámara de Comercio de Ibagué.

Las obras comprenden la instalación de un paso subfluvial, el túnel y dos pasos elevados, por el que la firma estaría reclamando un valor adicional al contrato de siete mil 225 millones 351 mil pesos y cuya interventoría equivaldría a los 250 millones de pesos.

“Vamos a completar la conducción del kilómetro uno al kilómetro 4+350, después de terminado este proceso se espera el resultado del Tribunal de Arbitramento para determinar si ellos (Acualterno) ejecutan el primer kilómetro, es decir, los pasos elevados y subfluviales y, así, terminar los 4.7 kilómetros”, informó.

Y el tiempo

Salcedo explicó que lo que se tiene presupuestado, según lo expuesto por Acualterno, es entregar la instalación de los primeros 3.7 kilómetros de tubería en un año, que podría prologarse seis meses más, si el Tribunal de Arbitramento decide que sea este contratista el que ejecute las obras del primer kilómetro.

Los trabajos llevados a cabo en esta fase han sido suspendidos y prorrogados en dos oportunidades.

No se accederá a recursos de la Nación

El ingeniero Salcedo explicó que hasta tanto el Municipio no ejecute la primera fase, no podrá acceder a los recursos destinados por la Nación para la ejecución de la segunda fase del proyecto, como ha trascendido.

“La Nación nos ha exigido terminar los 4.7 kilómetros y después podemos disponer de los recursos que el Presidente nos expuso en 2012, y estamos haciendo el lobby para que los recursos se tengan de la manera más rápida”.

No hay detrimento en tubería

Pese a que la tubería que adquirió el Municipio por 10 mil 100 millones de pesos pasa por estado de abandono, arrumada y al intemperie en el sector de Boquerón, el jefe operativo del Ibal, Ricardo Salcedo, advirtió que no existe detrimento en la misma para no emplearse en los cuatro mil 700 metros lineales de la línea de conducción.

Según Salcedo, American Pipe ha llevado a cabo visitas y lo que se ha podido establecer, como lo había denunciado la Veeduría Agua para Ibagué, es la que la falta de codales de madera podría ocasionar filtraciones en los tubos.

“American Pipe es tan responsable con su producto que hace visitas cada tres meses y verifica el estado de la tubería; de hecho, así como la tenemos almacenada ellos la almacenan en los patios donde la fabrican, es decir a la intemperie.

“Reconocemos que está en un lote que contiene pasto, pero no hay detrimento o estado de no poder utilizarse”, indicó Salcedo.

El funcionario reveló que para evitar que la estructura se deforme, el Ibal licitará un contrato para la compra de estos elementos y evitar, de igual manera, que los residentes de Boquerón hurten los elementos.

“Tenemos que sacar un contrato para acomodar los codales y volverlos a instalar, porque la gente se mete al lote, quita la madera y están durmiendo ahí los indigentes, debemos sacarlos rápidamente, porque eso contribuye a que se puedan presentar fisuras”, concluyó.

Credito
EL NUEVO DÍA

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