Villa Clara, entre lo rural y lo urbano

 REDACCIÓN - EL NUEVO DÍA
Quienes se animen a transitar por esta urbanización, se encontrarán con uno de los sectores más tranquilos de la capital musical. Sus pobladores se han esmerado por cuidar las zonas verdes y han edificado una urbanización en donde prevalece el bien común.

Allí, a cuatro cuadras del parque especial El Salado, se ubica Villa Clara, sector que se diferencia de otros barrios porque, curiosamente, en las calles que separan las manzanas tiene plantaciones vegetales, característica que la asemeja a una zona rural o a un municipio de tierra caliente.

Villa Clara hace parte de la comuna Siete de Ibagué donde, como es bien sabido, el calor es el predominante; no obstante, la extensa arborización y plantas ornamentales que adornan los antejardines de las viviendas convierten a la urbanización en un sitio bastante fresco. De hecho, en el parque y debajo de los árboles es común encontrar a grandes y chicos departiendo de un juego de mesa, o simplemente haciendo la siesta.

Los primeros años 

La urbanización fue construida por la empresa Urbina Macia en 1986. Inicialmente el proyecto fue concebido como un punto clave para la construcción de viviendas de interés social, propósito que, según sus fundadores, se cumplió, pues la mayoría de ellos se desempeñaba como funcionarios públicos, pero, a su vez, carecían de suficientes recursos económicos como para adquirir una casa debidamente terminada.

De acuerdo con lo indicado por algunos habitantes del sector, el proyecto entregó inicialmente 80 soluciones de vivienda. “La mayoría de nosotros accedió a la casa por el Fondo Nacional del Ahor­ro. En un principio fue muy complicado el acceso hacia el sector, porque las calles eran destapadas.

En realidad sufrimos mucho para que nos las pavimentaran, pero, finamente, lo logramos. Así mismo fue un poco complicado el tema del transporte, puesto que casi no había rutas de servicio público”, comentó Luis Fermín Bautista, presidente de la Junta de Acción Comunal.  Otros de los inconvenientes enfrentados por los primeros moradores fueron la falta de redes eléctricas y telefónicas y de alumbrado público; aparte de ello, las vías parecían trochas.

“Nos une lapasión del fútbol” Uno de los proyectos liderados por la Junta de Acción Comunal es el entrenamiento de niños en la disciplina del fútbol.

Sin embargo, para ello no han tenido apoyo suficiente por parte de los entes gubernamentales. “El objetivo principal de entrenar a los niños y a los jóvenes es que permanezcan activos en el deporte, para que se alejen de las drogas y de los malos caminos. Nosotros hemos tratado de buscar apoyo para la compra de implementos, dotar mejor el polideportivo y tener uniformes para los chicos, pero no ha sido posible que Indeportes o cualquier entidad del Estado nos dé la mano”, agregó el Presidente.

En el mes de diciembre y en mayo, para el Día de la Madre, la comunidad acostumbra hacer actividades recreativas, en donde reparte pequeños obsequios y comparte, al son de la música, un plato de comida.

En el 2011 Villa Clara completa 25 años de historia y en la actualidad cuenta con cerca de 200 familias. “En los últimos  años se ha visto un cambio favorable en la actitud de los residentes, ahora somos más responsables con la preservación del medio ambiente y procuramos vivir en armonía.

Este es un lugar tranquilo, seguro y muy amañador”, aseveró María Helena Romero. En lo que respecta a las necesidades, Romero expresó que la falta de un recinto para las reuniones ocasiona que cuando el Sena u otras entidades anuncian la posibilidad de dictar cursos de capacitación, estos se pierdan, porque no hay un lugar para hacerlo.

“La viabilidad y el lote para construir la caseta comunal ya está; sin embargo, no ha sido posible que nos destinen ­recursos para la edificación. Otra de las cosas que nos preocupan es que el parque de los niños tiene los juegos muy deteriorados, le hace falta una poda; en el polideportivo no hay bancas y los tableros de las canchas están demasiado viejos”, agregó.

Dentro de los aspectos a destacar de la urbanización está el hecho de que las calles están pavimentadas, la red de acueducto y alcantarillado no ha colapsado y los episodios de inseguridad no son muy frecuentes, aunque, en algunas ocasiones, los delincuentes han intentado hacer daños.

“Esta comunidad es muy unida, aquí todos nos preocupamos por todos. En algunas ocasiones, unos ladrones intentaron robar, pero entre los vecinos logramos detenerlos. Frente al consumo de sustancias psicoactivas, por fortuna nuestros jóvenes son muy ­sanos; por aquí rara vez uno ve a muchachos en esas conductas. “Los que vivimos en esta urbanización somos muy tolerantes, pocas veces se registran problemas entre vecinos. Esto es un paraíso”, concluyó María Helena.

Credito
ANA LUCÍA RIVERA Q.

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